Imposible que un gol pueda tapar tanto horror: Palestina en la Copa Asiática, pero Gaza sólo busca sobrevivir

Gaza vive uno de los momentos más difíciles mientras el seleccionado de Palestina disputa la Copa Asiática
Gaza vive uno de los momentos más difíciles mientras el seleccionado de Palestina disputa la Copa Asiática - Créditos: @Sebastián Domenech

El sábado, un día antes del debut, Makram Dabboub, DT de la selección de Palestina, lamentó la muerte de su colega Hani Al Masdar, entrenador del equipo olímpico, de 42 años, por las bombas que impactaron su casa en el centro de Gaza. Media hora antes de iniciar el entrenamiento, el goleador Mahmoud Wadi se enteró de que su primo había muerto en otro ataque aéreo israelí. Al plantel lo angustió además un apagón récord de tres días en Gaza. Era el día 100 de la guerra. Algunas respuestas de los seres queridos demoraron diez días. Así salió Palestina el domingo a la cancha. Primera fecha de la Copa Asiática en Qatar. Derrota 4-1 contra Irán. Pregunto a colegas árabes si, aun en medio de la destrucción, hubo posibilidad de seguir el partido en Gaza. “¿Puede tu amigo decir en su artículo que estamos averiguando entre la gente de Gaza, pero que, éticamente, solo podemos preguntar si todavía están vivos? Que pueda contarle esto al mundo. De lo contrario”, me trasmite una de las fuentes consultadas, “todos somos cómplices del crimen”.

Palestina debutó en Education City, el estadio mundialista de Qatar donde Corea del Sur y Croacia golpearon a Portugal y Brasil. “Gaza nunca te dejaré sola”, cantaron también allí hinchas marroquíes la noche dorada que eliminaron a España. El domingo, con casi 28.000 personas en el estadio, Palestina ya perdía 2-0 a los 12 minutos. El resultado fue lo de menos. Aplaudieron a Palestina los hinchas de la diáspora (hay miles en Qatar) y también iraníes que tenían banderas mixtas. Cantaron todos “Palestina Libre” (sucedió también ayer en el partido Arabia Saudita-Omán). Antes, en pleno minuto de silencio, un grupo cantó “Muerte a Israel”. Banderas palestinas por todos lados. Afuera del estadio, los hinchas bailaron al ritmo de “Dammi Falastini” (Mi sangre es palestina), una canción popular de Mohammed Assaf, un “Arab Idol” de la TV que, en 2014, en pleno Congreso de la FIFA en Brasil, celebró su show gritando “Viva Palestina”. La nueva FIFA proEstados Unidos de Gianni Infantino jamás se permitiría un desliz así.

La Federación de fútbol de Palestina pide a la FIFA que, así como suspendió a Rusia por la invasión a Ucrania, cumpla con sus reglamentos y sancione ahora a Israel. Gary Lineker retuiteó (y luego borró) el pedido. Lo lapidaron. El periodista estadounidense Dave Zirin escribió en The Nation que, con la muerte del DT Hani Al Masdar, Israel mató a 88 atletas de primer nivel en los últimos tres meses, en la represalia iniciada tras el salvaje ataque de Hamas del 7 de octubre pasado (todavía hay más de cien rehenes israelíes). “¿Qué más se necesita para que el Comité Olímpico Internacional haga algo?”, se preguntó Zirin. Más directo, el movimiento paneuropeo de izquierda DiEM25, fundado en 2016, en Berlín, por el exministro de Economía de Grecia Yanis Varoufakis, suma firmas para que Israel sea suspendido de todos los deportes. Acusa a la FIFA, el COI, la UEFA y las demás Federaciones deportivas de “cómplices” de las más de 24.000 muertes (casi la mitad niños y bebés), un “genocidio” que Israel obviamente rechaza.

La selección de Palestina entona el himno nacional antes del partido frente a Irán, por la Copa Asiática
La selección de Palestina entona el himno nacional antes del partido frente a Irán, por la Copa Asiática - Créditos: @Aijaz Rahi

DiEM25 recuerda el éxito del boicot deportivo contra el otrora régimen racista de Sudáfrica. El país de Nelson Mandela tiene máxima autoridad moral para hablar hoy de “apartheid”, como lo hizo en la acusación de “genocidio” que presentó contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Sudáfrica (imposible tacharlo de “antisemita”) rechaza el argumento de “autodefensa” israelí y reclama un “alto el fuego”, como también lo piden, entre otros, Naciones Unidas, el Papa, organismos de derechos humanos y cientos de miles de ciudadanos que protestan en capitales de todo el mundo, mientras grandes medios, afirma Nesrine Melik en The Guardian, omiten el desastre: 6000 bombas por semana al inicio del conflicto (“el equivalente a dos bombas de Hiroshima”), 85 por ciento de habitantes desplazados, 250 muertes por día y 93 por ciento de población con niveles críticos de hambre. Está el video viralizado el lunes, cientos de palestinos desesperados cuando llega un camión con alimentos. Me lo mandó otra fuente cuando también me animé a preguntarle cómo vivió Gaza el partido del domingo.

El listado del drama humanitario en un territorio que lleva más de medio siglo encerrado, dice DiEM25, incluye muertes de bebés en unidades neonatales, por cortes de suministro de oxígeno, combustible y electricidad, y por evacuaciones forzadas. Murieron también médicos en plena labor de asistencia, 150 trabajadores humanitarios de Naciones Unidas y decenas de periodistas. Experta en derecho deportivo, la abogada bosnia-estonia Katarina Pijetlovic promovió la iniciativa de DiEM25 por su “fuerte sentido de justicia”. Pijetlovic sufrió en Bosnia cuatro años de bombardeos de la OTAN y cohetes musulmanes, uno de los cuales mató a su padre. Treinta años después, Pijetlovic pide hoy el fin del genocidio de musulmanes en Gaza. “Del sufrimiento de seres humanos”, me dice. La selección de Palestina vuelve a jugar este jueves en Qatar. Un triunfo ante Emiratos Arabes Unidos, esperan sus jugadores, acaso lleve un mínimo de alivio a Gaza. Solo eso. Imposible que un gol pueda tapar tanto horror.