No importa lo que diga el controversial libro, los cubanos somos exiliados | Carta del lector

Cuando cualquier ciudadano puede expresar su pensamiento, esa persona es libre. Nuestro gran país es aún libre, por tanto, la profesora Susan Eckstein de la Universidad de Boston tiene el derecho de escribir un libro negando, que los cubanos desde los 60 no somos exiliados, refugiados ni deportados, también presentar su obra en cualquier lugar del país, inclusive Miami.

Lo que es insensible es que alguien en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), institución estatal que pagamos los contribuyentes, no considere el sentimiento de los muchos estudiantes actuales y antiguos, además de la mayoría de la población cubana de este condado.

Después de más de una docena de años, laborando y estudiando ocupando un puesto importante en una empresa, fui elegido delegado de mi distrito, en un fuerte e importante sindicato el 26 de junio de 1959, pero se me expulsó de consejo provincial por haberme expresado en contra de la directiva por los despidos de 400 empleados por razones políticas, además se pidió el paredón (fusilamiento). Si esto no es suficiente razón para ser un exiliado, cuál sería para la profesora Eckstein, porque en su libro no lo menciona.

En mi caso en particular, con mi hijo de 4 años y mi esposa dejamos atrás la tierra donde nacimos, rumbo a Kingston, Jamaica. En cuanto a la única ayuda que mi familia ha recibido en más de seis décadas residiendo legalmente en Estados Unidos, fue en abril de 1961 al llegar al exilio con un cheque de $100, una tarjeta de salud que nunca usamos, una lata de carne y una barra de delicioso queso. Enseguida conseguí un trabajo descargando rastras en el almacén de las tiendas Eagle Army and Navy en Opa-locka a 75 centavos la hora, sueldo mínimo en ese momento.

No me quita el sueño que una profesora universitaria que desconoce la situación del pueblo cubano bajo la tiranía marxista de Cuba, al igual que ocurre actualmente en muchas universidades, y que tengan admiración por el asesino argentino Che Guevara o por la idolatría a los Castros.

Pero si me preocupa mucho que este libro está hecho para dividir la población hispana y caribeña, negando nuestro derecho de llamarnos exiliados, lo cual somos debido a que no queríamos dejar esa maravillosa isla, los marxistas nos expulsaron con sus amenazas y acciones. Lo que no menciona la profesora en su libro es que antes de 1959, los cubanos podíamos viajar libremente y regresar a Cuba, pero ahora no se le permite por los asesinos que gobiernan a esa linda isla.

Que lástima que esas mentes jóvenes universitarias sean impregnadas de esa doctrina que quiere destruir nuestra cultura occidental.

Julián Darío Miyares, Miami.