¿Qué implicará una nueva variante de coronavirus para la primavera y el verano?
Durante la mayor parte de este año, una abrumadora mayoría de los casos de COVID-19 se debieron a la variante JN.1 del coronavirus. Pero ahora está empezando una variante descendiente de esta que han llamado KP.2, la cual, a mediados de marzo, solo se vio en el uno por ciento de los casos registrados en Estados Unidos, pero que ahora aparece en más de una cuarta parte.
La KP.2 pertenece al subgrupo de las variantes del coronavirus que los científicos han denominado con insolencia “FLiRT” (palabra que significa coquetear en inglés) por las letras del nombre de sus mutaciones. Estas son descendientes de la JN.1, y la KP.2 es “muy, muy cercana” a ella, señaló David Ho, un virólogo de la Universidad de Columbia. Pero Ho ha realizado pruebas de laboratorio iniciales en células que sugieren que algunas pequeñas diferencias en la proteína de la espícula de la KP.2 pueden hacer que sea más hábil para esquivar nuestras defensas inmunitarias y que sea un poco más contagiosa que la JN.1.
Aunque parece que en la actualidad los casos no van en aumento, los investigadores y los médicos están observando con atención si esta variante provocará un repunte en el verano.
“No creo que nadie espere que las cosas cambien necesariamente de manera repentina”, comentó Marc Sala, codirector del Centro Integral COVID-19 de Northwestern Medicine en Chicago. Pero lo más probable es que la KP.2 “sea nuestra nueva normalidad”, explicó.
Esto es lo que debemos saber.
La propagación actual del COVID
Los especialistas mencionaron que tardarían varias semanas en ver si la KP.2 podría provocar un aumento de los casos de COVID y señalaron que solo contamos con un conocimiento limitado de cómo se está propagando el virus. Desde que terminó la emergencia de salud pública, hay datos menos sólidos disponibles acerca de los casos y los médicos afirmaron que también hay menos personas que se hacen la prueba de COVID.
Pero lo que sí sabemos es alentador: pese al cambio de las variantes, los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) indican que solo hay niveles “mínimos” del virus circulando en las aguas residuales a nivel nacional y que las hospitalizaciones y visitas a las salas de urgencias disminuyeron entre marzo y fines de abril.
“No quiero decir que ya sabemos todo acerca del KP.2”, comentó Ziyad Al-Aly, director de investigación y desarrollo del Sistema de Salud de San Luis del Departamento de Asuntos de los Veteranos de Estados Unidos. “Pero en este momento, no veo muchas señales de nada preocupante”.
La protección de las vacunas y de infecciones anteriores
Los especialistas mencionaron que aunque hayas tenido JN.1, de todas maneras puedes contagiarte de KP.2, sobre todo si tu último episodio de COVID ocurrió hace varios meses o más.
Ho señaló que la variante KP.2 podría infectar incluso a personas que recibieron la vacuna más actualizada, ya que esta sirve para la XBB.1.5, una variante que es muy diferente a la JN.1 y sus descendientes. Una versión inicial de un artículo publicado en abril por investigadores de Japón planteaba que la KP.2 podría ser más hábil que la JN.1 para infectar a las personas que recibieron la vacuna de COVID más reciente. (Esta investigación todavía no ha sido publicada ni revisada por otros expertos). Un vocero de los CDC señaló que esta agencia seguía monitoreando el desempeño de las vacunas contra la KP.2.
No obstante, al igual que las infecciones anteriores, la vacuna ofrece cierta protección, sobre todo contra una enfermedad grave, señalaron los médicos. En este momento, no hay razones para creer que la KP.2 provocaría una enfermedad más complicada que otras cepas, afirmó el vocero de los CDC. Pero las personas de 65 años o más, las mujeres embarazadas o las personas inmunodeprimidas siguen teniendo un riesgo más elevado de presentar complicaciones derivadas del COVID.
Tal vez esos grupos, sobre todo, quieran recibir la vacuna actualizada si aún no lo han hecho, comentó Peter Chin-Hong, un infectólogo de la Universidad de California, campus San Francisco. Los CDC han recomendado que las personas de 65 o más que ya recibieron una dosis de la vacuna actualizada reciban una vacuna más al menos cuatro meses después.
“Pese a que estamos en el nivel más bajo que se ha visto de fallecimientos y hospitalizaciones, yo sigo atendiendo pacientes con COVID”, señaló. “Y todos tienen un punto en común: que son mayores y no recibieron la vacuna más reciente”.
Lo último en cuanto a síntomas y el COVID persistente
Los médicos mencionaron que los síntomas tanto de la KP.2 como de la JN.1 —que ahora constituyen cerca del dieciséis por ciento de los casos— muy probablemente son parecidos a los que se vieron con otras variantes. Estos incluyen irritación de garganta, escurrimiento nasal, tos, dolor de cabeza y cuerpo, fiebre, congestión, fatiga y, en muchos casos, dificultad para respirar. Ahora, menos personas pierden el sentido del gusto y el olfato que al inicio de la pandemia, pero algunas personas siguen experimentando esos síntomas.
Chin-Hong comentó que a los pacientes a menudo les sorprendía que también la diarrea, la náusea y el vómito pudieran ser síntomas de COVID y que a veces confundían esos problemas con signos de que tenían norovirus.
Para muchas personas que ya tuvieron COVID, una reinfección es, por lo general, tan leve o más leve que su primer caso. Aunque los nuevos casos de COVID persistente son menos comunes ahora de lo que lo fueron al principio de la pandemia, las infecciones recurrentes sí aumentan el riesgo de desarrollar COVID persistente, comentó Fikaud Tafesse, un virólogo de la Oregon Health & Science University. Pero los investigadores siguen tratando de determinar hasta qué punto, uno de los muchos asuntos que los científicos tratan de desentrañar mientras la pandemia sigue desarrollándose.
“Esa es la naturaleza del virus”, explicó Tafesse. “Siempre está mutando”.
c.2024 The New York Times Company