Igor Yebra, el "niño curioso" que inventaba historias, se pasa a la ópera

Montevideo, 14 may (EFE).- Con la misma curiosidad del niño que jugaba a inventar historias, el exbailarín español Igor Yebra afronta la dirección escénica de la ópera "Dido & Eneas" en Uruguay, país cuyo Ballet Nacional dirigió durante tres años y que considera su "segunda casa".

Pese a las diferencias técnicas entre la danza, su hábitat natural, y la ópera, el también coreógrafo y docente vasco (Bilbao, 1974) confiesa que acepta "desafíos" como este o el que lo llevará próximamente a actuar en teatro con Eusebio Poncela en una mezcla constante de deseo por aprender y de "locura".

Recibe a la Agencia Efe en el Teatro Solís de Montevideo, donde este jueves 19 de mayo se estrenará su versión de la ópera compuesta por el británico Henry Purcell, uno de los mejores autores del barroco, y que contará con la dirección musical de Cristina García Banegas, especialista en ese período artístico.

NUNCA UN "NO"

Aún con giros uruguayos incorporados en su forma de hablar, pese a que se marchó a finales de 2020, después de tres temporadas al frente del Ballet Nacional del Sodre (BNS), Yebra sonríe emocionado explicando este proyecto que surgió –como suele pasarle- en una charla informal entre colegas en plena pandemia.

"Hay una cosa que me caracteriza y es que me gusta que me pongan desafíos. Y me gusta ponerme desafíos y apasionarme por las cosas. Lo vi como un desafío; no me gusta decir que 'no' si se puede hacer", relata, al tiempo que rememora que la ópera no le es ajena, pues ya con 20 años diseñó varias coreografías sobre este género en Bilbao.

El que fuera, en 2004, primer bailarín no ruso en protagonizar en Moscú "Iván el Terrible" suele huir, "aunque no a propósito", de su zona de confort y confiesa que "la curiosidad" que siente por muchas cosas le lleva a "no desperdiciar" un tiempo que "está muy limitado".

"Puedo irme de aquí mañana, pero voy a cerrar los ojos y voy a decir: 'Al menos lo he intentado'", resume como filosofía de vida.

Para este trabajo, cuenta con colaboradores uruguayos, como el escenógrafo Hugo Millán o el iluminador Sebastián Marrero, con quienes ya compartió en el BNS "El Quijote del Plata" o "La tregua", y ha incorporado al diseñador Ángel Amor -bilbaíno, como él-, conocido por, entre otras producciones cinematográficas, los vestuarios de "Maléfica" y "La Cenicienta".

"No creo que (yo) haga aportación ninguna", responde cuando se le consulta si su versión sumará algo a la ópera basada en el Canto IV de "La Eneida" de Virgilio y en la tragedia "Los amantes encantados", de Nahum Tate, también autor del libreto.

"La aportación me la hago a mí mismo con seguir divirtiéndome y ojalá que a la gente le aporte un momento de placer y belleza, que es lo que busco. Hay gente que le gusta la provocación, que busca otro tipo de cosas. A mí también me gusta provocar y hacer que la gente reflexione, pero es a través de esos lugares", agrega.

LOS CLICKS DE FAMOBIL

A sus casi 48 años, el que fuera bailarín en grandes compañías internacionales y sobre los mejores escenarios de todo el mundo reconoce tener "la suerte y la fortuna de seguir siendo el niño que jugaba con los clicks de Famobil (juguetes muy famosos en España en la década de los años 70 y 80) y se inventaba historias".

"Es lo que hacía de pequeño. Por lo tanto, el niño ese ha pasado a una mayor escala", comenta sobre su inmersión en adaptaciones de la novela al ballet, como ocurrió con "La Tregua", o con esta ópera.

Ese espíritu curioso, que le hizo interpretar un papel en la obra de teatro "Esto no es 'La casa de Bernarda Alba'", le llevará en unos meses a protagonizar junto a Eusebio Poncela, uno de los actores españoles más reconocidos, "El beso de la mujer araña", del argentino Manuel Puig, bajo la dirección de Carlota Ferrer.

"Me meto en muchos líos", exclama entre risas antes de agregar que siente "una responsabilidad muy grande" ante el que será su estreno en las tablas con un rol protagonista en el Teatro Bellas Artes de Madrid, en septiembre, antes de iniciar una gira por toda España.

Y, tras comentar que "es un equipo muy potente", este "niño curioso" que se acerca al medio siglo confiesa que no sabe cómo saldrá de la situación pero tiene la certeza de que va a aprender y, sobre todo, "crecer", algo que para él "es un placer".

Concepción M. Moreno

(c) Agencia EFE