Iga Swiatek se consagró frente a Sabalenka en Madrid, en la mejor final de 2024

Iga Swiatek se ríe, luego de sufrir un gran susto al caerse tanta parafernalia; la polaca, además, se emocionó
Iga Swiatek se ríe, luego de sufrir un gran susto al caerse tanta parafernalia; la polaca, además, se emocionó - Créditos: @Bernat Armangue

Novak Djokovic, el más ganador de la historia, avisó con suficiente antelación que no sería de la partida. Rafael Nadal, el mejor de todos los tiempos sobre arcilla, lucha contra el inexorable paso del tiempo. Jannik Sinner, el crédito ideal rumbo al futuro, se baja por un dolor en la cadera (y tampoco estará en Roma). Carlitos Alcaraz es una moneda al aire: si cae ceca, puede perder con (casi, casi) cualquiera.

El Masters 1000 de Madrid presenta este domingo una final con el cartel algo desvencijado: el ruso Andrey Rublev contra el canadiense Félix Auger Aliassime, desde las 13.30 de nuestro país. Por eso, había que cambiar de carril, correrse al cuadro femenino. La número 1 del mundo, la polaca Iga Swiatek, contra la número 2, la bielorrusa Aryna Sabalenka crearon una obra maestra de suspenso y acción. Y pura emoción al final: algo poco frecuente en la polaca, que suele jugar con hielo en la sangre...

Iga Swiatek, lágrimas al cielo
Iga Swiatek, lágrimas al cielo - Créditos: @Bernat Armangue

Swiatek venció por 7-5, 4-6 y 7-6 (7) a Sabalenka y se proclamó campeona del Mutua Madrid Open, tras una final de más de tres horas con un desenlace agónico que encumbró a la número uno del mundo. Fue, sin dudas, la mejor final de 2024. Del lado femenino, seguro. Y del lado masculino...

Swiatek se tomó la revancha de la derrota del año pasado ante Sabalenka en la final madrileña y alzó su tercer título de esta campaña, todos de categoría WTA 1000, luego de Doha y Indian Wells, el vigésimo de su historial. ¡20 títulos a los 22 años! La polaca doblegó a su mayor rival, una Sabalenka que tuvo tres oportunidades para liquidarlo. No pudo, no supo. Son las mejores del mundo desde hace dos, tres años. Qué duda cabe: le dan al tenis de las chicas un brillo impensado un lustro atrás.

El festejo, una auténtica locura
El festejo, una auténtica locura - Créditos: @THOMAS COEX

La dos veces campeona en la cancha Manolo Santana -a uno del récord de títulos en la capital de la checa Petra Kvitova- llevó al límite a una Swiatek que tomó ventaja con el primer set. A la final aún le quedaba mucha historia, ya que la número dos del mundo reaccionó con todo y aprovechó un servicio más irregular de la polaca.

Swiatek perdió tres veces su saque y se vio contra las cuerdas con un ‘break’ más para un 1-3 en el tercer set. La polaca, tres veces campeona de Roland Garros y de nuevo favorita para París, tuvo que salvar las primeras dos bolas de campeonato para poner el 6-6 y forzar una muerte súbita donde los centímetros marcaron el desenlace de la mejor final femenina del torneo de Madrid.

Ganó, se arrojó sobre la arcilla, se le cayeron unas cuantas lágrimas, como pocas veces antes. Suele parecer imperturbable, de hielo. La emoción pinta de cuerpo entero al más duro, a la más agresiva. Saludó a su equipo de trabajo, chateó con amigos, hasta hizo una videollamada. La polaca es la mejor del mundo. Y lo seguirá siendo: Roland Garros la espera con los brazos abiertos.

La polaca le dio las gracias a su rival por obligarla “a ser una jugadora mejor”. Recibió el trofeo de manos de la española Garbiñe Muguruza, ganadora de Wimbledon y de Roland Garros y que hace dos semanas anunció su retiro del circuito. “No sé qué decir para que esto sea especial, pero es especial”, aseguró la jugadora polaca tras pelear más de tres horas por la victoria. Es una felina sobre el campo de juego y, sin embargo, al hablar en público y en inglés, se pone nerviosa, le cuesta un mundo.

Sabalenka se tomó la derrota con suma deportividad y se mostró sonriente en la entrega de trofeos y al salir de la pista camino de los vestuarios. Fue para ambas el choque más largo de sus dos semanas en la Caja Mágica: tres horas y 11 minutos al borde del ocaso punto a punto, con una exigencia física máxima. Llegaron con ímpetu hasta el final y decidieron el desenlace en el desempate del tercer set. Hasta entonces, nada de lo que pareció definitivo, lo fue.

La crack nacida en Varsovia puede tachar su única tarea pendiente en los torneos sobre polvo de ladrillo, ya que solo Madrid faltaba en una lista que ya incluía dos trofeos en Roma, dos en Stuttgart y tres en Roland Garros (2020, 2022, 2023). Tal vez, se aproxime el cuarto...

En plena premiación se llevó un susto de novela, al límite, como en el partido. De pronto, cayeron cientos de papelitos sobre su cuerpo. Nadie le avisó, evidentemente... “¿Quién va a decir ahora que el tenis femenino es aburrido?”, preguntó, desafiante, en sus primeras palabras en la entrevista la fuera de serie que, a los 22 años, continúa su increíble marcha triunfal como la tenista más joven en alcanzar los 20 títulos desde la danesa Caroline Wozniacki en 2012.

El tiempo transcurre demasiado rápido.