Huracán Otis asola icónico Acapulco, persiste incomunicación

Por Javier Verdín

ACAPULCO, México, 25 oct (Reuters) -El huracán Otis dejó el miércoles edificios derruidos, árboles caídos, inundaciones y desprendimientos de tierra en la conocida zona hotelera de Acapulco, obligando a turistas y pobladores a guarecerse de los fuertes vientos y lluvias, mientras el Gobierno de México empezaba a enviar ayuda a la devastada zona.

Durante la madrugada, Otis tocó tierra cerca de Acapulco, en el estado Guerrero -en el suroeste del país-, como un huracán "extremadamente peligroso". Por la mañana, el ciclón se degradó rápidamente y entrada la tarde se disipó sobre las montañas del estado Michoacán.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que aunque las autoridades no tienen reportes de pérdida de vidas humanas, "no hay comunicación" con las zonas más afectadas. Más de 12 horas después de que Otis tocara tierra, todavía no había un reporte oficial sobre posibles afectaciones.

"Pegó muy fuerte el huracán en Guerrero, en la Costa Grande, en Acapulco (...) y otros municipios. Todavía está afectando el huracán", dijo el mandatario, conocido por su acrónimo AMLO.

"Es un huracán muy fuerte, de mucha intensidad y tuvo un comportamiento atípico. Esto no pasaba en décadas en el comportamiento de un huracán así", agregó.

Christian Flores, un meteorólogo de la Fuerza Aérea Mexicana, dijo que, hasta el momento, no había pérdida de vidas pero sí "muchos daños materiales". Agregó que las comunicaciones continuarían interrumpidas probablemente hasta el jueves.

A las 15.00 hora local (2100 GMT), los remanentes de Otis se encontraban a 260 kilómetros al nor-noroeste de Acapulco y soplaban vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora (km/h), mientras avanzaban en dirección norte-noroeste a 17 km/h, según datos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por su sigla en inglés). Cuando tocó tierra, Otis llegó a tener vientos de 270 km/h.

"Las fuertes lluvias de Otis continuarán impactando la zona del suroeste y centro sur de México hasta el jueves", dijo el NHC en su más reciente reporte.

"Estas lluvias producirán inundaciones repentinas y urbanas, junto con deslizamientos de tierra en áreas de terreno más alto", agregó.

"ME PUSE A REZAR"

Imágenes y videos compartidos por testigos en redes sociales mostraban habitaciones de hotel destrozadas por el paso del huracán, techos y paredes destruidos y autos parcialmente sumergidos en las aguas en Guerrero.

Además, la autopista de conecta Ciudad de México con Acapulco estaba bloqueada por árboles caídos, deslaves y crecidas de ríos. Algunos hospitales de Guerrero lucían derruidos. Brigadas del Ejército fueron enviadas a las zonas afectadas para prestar ayuda a la población.

"Como a las 11 de la noche se fue la luz y los vientos estuvieron a todo lo que da, a 260 (km/h) o más y me escondí en el clóset, me puse a rezar y a tratar de calmarme, aunque el pánico se apoderó de mí", relató en su cuenta de TikTok Luisa Peña, una estilista quien dijo que estaba hospedaba en el hotel Princess Mundo Imperial, en Acapulco.

"Soy afortunada, estoy viva y no me pasó nada. Por aquí reportan que todavía no saben cuáles son los daños más allá de los materiales", contó en el video, tras asegurar que en su habitación se cayó el techo, se rompieron los vidrios y se inundaron los pisos.

Las lluvias y fuertes vientos de Otis llegaron hasta Zihuatanejo, otro popular destino de playa en Guerrero, además del puerto Lázaro Cárdenas.

Las autoridades informaron de cierre de puertos en el Pacífico, cortes de electricidad en todo Guerrero, mientras se suspendieron los vuelos hacia y desde Acapulco, y se cancelaron las clases debido al huracán, uno de los más potentes que ha azotado la costa del Pacífico del país en varios años.

El fin de semana, el huracán Norma dejó al menos tres fallecidos a su paso por la costa Pacífica mexicana. Días antes, el potente huracán Lidia dejó un fallecido y varias afectaciones en la costa occidental de México.

(Reporte de Javier Verdín en Acapulco; Reporte adicional de Diego Oré y Raúl Cortés Fernández en Ciudad de México)