Huracán Otis deja sin sustento a habitantes de Xolapa y El Papagayo en Guerrero; perdieron 42 negocios

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“Necesitamos que nos echen una mano. Nos quedamos sin nada”, dice Urbana García Reyes, dueña de la enramada Tres Hermanas, en la playa del río Papagayo, uno de los negocios desde los que ofrecía comida y bebidas a los turistas que quedó destruido por el paso del huracán Otis.

Esta mañana, Urbana García con otros habitantes de Xolapa, el primer poblado de Acapulco yendo por la carretera federal, acudieron a la orilla del río Papagayo para rescatar lo que se pueda de sus negocios, conocidos como enramadas, su sustento económico desde hace más de 40 años.

El huracán Otis arrasó con los 12 locales de este tipo de Xolapa y 30 de El Papagayo. Una zona apenas dividida de Acapulco y Juan R. Escudero por un puente.

Hoy los pobladores empezaron a limpiar y contabilizar los daños. Mientras trabajan sólo se oye la corriente del río ya con su nivel normal. Todas las personas que hacen faena a la orilla del río intentan recuperar algo, lo que sea, para no iniciar desde cero.

Perdieron las bebidas, los alimentos y  las enramadas con sus mesas, sillas, cocinas ecológicas y refrigeradores. Urbana calcula que perdió como unos 40 mil pesos, 20 mil en productos y unos 20 mil invertidos en su negocio. Entre todos los de Xolapa calculan perdidas por unos 400 mil pesos.

daños Xolapa huracan otis
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Xolapa y El Papagayo en Guerrero golpeados por el huracán y la falta de cosechas

Otis nomás nos vino a completar”, dice Urbana, pues en Xolapa y El Papagayo no sólo perdieron lo que el huracán, categoría cinco, se llevó. Antes perdieron su cosecha por falta de agua, por eso el próximo año no saben cómo van a subsistir.

“Al principio no quería llover y después nos echaron junta toda el agua que nos faltó en la temporada”.

En Xolapa, un pueblo de unos 800 habitantes, viven de la venta de maíz y de las ventas de comida en las enramadas. “Ahora no tenemos nada”, insiste Urbana.

La noche del martes y madrugada del miércoles ninguno pegó los ojos del miedo. Escucharon en las noticias que iba a llegar el huracán y se encerraron. Estuvieron en vela pendientes de lo que pudiera ocurrir. En 2013, con el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel, las aguas del río llegaron hasta la mitad del cerro, algunas casas se inundaron. El puente se cayó.

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Ese año nadie los ayudó, asegura Gregorio Cortés Carroza, comisario de Xolapa y dueño de una enramada.

Los habitantes dicen que como son el último pueblo de Acapulco -del puerto hacia la capital- los dejan al final y ya no alcanzan nada de apoyos.

Este miércoles, vieron cómo a los vecinos de El Papagayo, los fue a ver la alcaldesa de Juan R. Escudero, Diana Carolina Costilla Villanueva para llevar algunos apoyos. “Pero a nosotros, nada, nunca nos vienen a ver cuando se trata de ayudarnos”.

En Xolapa saben que no es buena idea esperar ayuda, por eso, desde ayer intentaron recuperar algo, pero cuando amaneció el río estaba hasta la carretera y había pasado por encima del puente. Llevaba mucha corriente y era peligroso. Esta mañana del jueves que ya regresó a su nivel, bajaron a ver qué cosas pueden rescatar.

Otis causó dejó incomunicado al puerto de Acapulco
Otis causó dejó incomunicado al puerto de Acapulco

Contabilizan los daños por el huracán

Nada de lo que la corriente dejó quedó en buen estado. Se ve un refrigerador semienterrado y una mesa de tres patas boca arriba. El lodo quedó como 30 centímetros arriba de la plancha de concreto que hicieron en el acceso al río para la comodidad de los visitantes.

“Tenemos que traer una retroexcavadora para que levante el lodo”, dice el comisario.

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Tienen que poner prisa a los planes, porque en noviembre comienza la temporada alta de visitantes y es una forma de recuperarse de las pérdidas por lo que piden a la presidenta municipal de Acapulco, Avelina López, y a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.

Xolapa también se quedó sin energía eléctrica y sin agua, porque el agua la extraen del río con bomba y mientras no haya electricidad no tendrán agua.

Otis les recordó de nuevo que son el último pueblo de Acapulco y, Acapulco, por lo que escucharon, volvió a quedar en ruinas.

De Amapola Periodismo Transgresor