La huelga en Audi México: antesala de una nueva era en las relaciones laborales de la industria automotriz en México

undefined
undefined

El pasado miércoles 24 de enero a las 11 am, el Sindicato Independiente de Trabajadores de AUDI México (SITAUDI) estalló la huelga después de más de 80 días de negociaciones en las que la empresa y el sindicato no lograron un acuerdo. Originalmente, el emplazamiento estaba programado para el 1 de enero de 2024, pero el SITAUDI realizó una prórroga de 24 días buscando una solución a sus demandas.

La demanda inicial de SITAUDI en noviembre de 2023 era un incremento del 20% global (13% directo al salario y 7% a prestaciones); la empresa respondió con una propuesta de 0% del incremento salarial y prestaciones. En su lugar, ofrecía un bono de $7,464 a pagar por única ocasión, así como una invitación al sindicato para que firmara una propuesta de incremento salarial multianual para los próximos 3 años sin presentar porcentajes exactos. Ya en diciembre y con la intervención del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, el SITAUDI realizó un esfuerzo y modificó su propuesta a un 17% de incremento de manera global (10% de incremento directo al salario y 7% a prestaciones, sobre todo vales de despensa, fondo de ahorro, prima vacacional y apoyo para útiles escolares, entre otros); sin embargo, la empresa mantuvo su postura original de 5% de incremento global (4.5% de incremento directo al salario y 0.7% de incremento a las prestaciones), con lo cual la posibilidad de huelga aparecía con más fuerza.

El SITAUDI convocó a los 4,159 trabajadores a una consulta el lunes 22 de enero, para definir la aceptación o no de la propuesta de la empresa. La opción del rechazo ganó abrumadoramente. De los 4,159 trabajadores, participaron 3,307, lo que representa el 79.51%; de ellos, votaron en contra 3,090 trabajadores, lo que representó el 74.29% del total de trabajadores con derecho a voto y el 93.43% de los trabajadores que participaron en la consulta. Solamente 203 trabajadores se expresaron a favor del ofrecimiento de la empresa, lo que representó el 4.88% del total de trabajadores con derecho a voto y el 6.13% del total de trabajadores que participaron en la consulta.

Con este hecho se dejó claro el rechazo rotundo de los trabajadores a las pretensiones de la patronal, la cual no cubre los elementos mínimos para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores y el sustento de sus familias. De igual manera, el SITAUDI refrendó su vocación de sindicato auténtico, democrático y combativo al llegar hasta las últimas consecuencias para defender a sus trabajadores. Sin embargo, en lugar de buscar un acercamiento con el sindicato y retomar las negociaciones, la empresa descalificó la huelga e incluso pidió la anulación de ésta ante el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral.

Esta huelga cobra relevancia por tres razones fundamentales: la primera es que desde que entró en operaciones en 2016, es la primera vez que AUDI, una empresa exitosa, ve estallar una huelga por no alcanzar un acuerdo entre directivos y sindicatos; en segundo lugar, porque es la primera huelga del sexenio de Andrés Manuel López Obrador en una de las industrias más dinámicas y globalizadas de la economía mexicana como lo es la industria automotriz (IAM), y en tercer lugar, porque es la primera huelga de la IAM posterior al cambio institucional en materia laboral derivado de la Reforma Laboral 2019 y el anexo laboral 23-A del Tratado México, Estados Unidos y Canadá.

AUDI se instaló en el municipio de San José Chiapa, Puebla, desde 2014, con una inversión de $1,300 MDD, iniciando operaciones productivas en 2016. Desde entonces hasta la fecha ha producido poco más de 1 millón 102 mil unidades del modelo Q5, que es una SUV compacto de lujo, cuyo precio inicial en el mercado en 2024 es de $44,600 dólares. El mejor año productivo fue el 2022, cuando produjo más de 178 mil unidades. Esta empresa es una de las más exitosas en términos comerciales, ya que la mayor parte de su producción (cerca del 90%) está destinada al mercado exterior, siendo el principal destino Estados Unidos, por lo cual toma relevancia el T-MEC.

Sin embargo, este éxito productivo y económico de la empresa no ha ido de la mano de la mejora de las condiciones de sus trabajadores, tal y como se documentó en el reporte de investigación publicado por el CILAS en enero pasado. En él se demuestra cómo la empresa está en condiciones de solventar las demandas salariales y contractuales que el SITAUDI reclama.

La huelga en AUDI también enfrenta a la industria automotriz y sus trabajadores a una realidad que parece no cambiar, y es la lógica con la que los corporativos trasnacionales y sus gerencias operativas, jurídicas y de Recursos Humanos operan en nuestro país: ésta se mantiene centrada en cargar toda la problemática, incertidumbre y procesos de reestructuración sobre la espalda de los trabajadores. El caso de AUDI es emblemático, pues el exitoso modelo Q5 entra a su octavo año en el mercado. Esto augura años difíciles por ser un modelo ya con tiempo en el mercado; frente a este reto, la gerencia operativa y recursos humanos han optado por tratar de abaratar los costos laborales para presentar mejores índices de rentabilidad y atraer con ello nuevas operaciones a la planta. Es por ello que a los directivos de AUDI les interesa relanzar un convenio multianual en el cual puedan planear el desempeño económico, pero en un entorno de incertidumbre estos convenios son a costa de la economía de los trabajadores y sus familias.

Esta lógica tiene muchos más matices, y es que ante la imposibilidad de convencer, los directivos de la empresa tratan de imponer mediante la lógica de relaciones laborales autoritarias, desinformación y sometimiento, tal y como lo hacen en All Employee Event, espacio en el cual los directivos tienen comunicación con todos los trabajadores pero no está invitado el SITAUDI. Ahí, la lógica discursiva es de sometimiento y humillación, haciendo hincapié en que los trabajadores no saben interpretar los indicadores, ya sean pago de utilidades, salarios, productividad o desperdicio industrial.

Otra muestra palpable de ello es que, después de 10 días de huelga, la empresa modificó su oferta no de manera sustancial, colocándola en 7% de incremento global, 5% directo al salario y 2% a prestaciones, por lo cual este 9 de febrero los trabajadores de AUDI serán llamados nuevamente a las urnas para decidir si se acepta o no esta oferta; así como para ratificar nuevamente la huelga dado que la empresa buscó su anulación.

El movimiento de los trabajadores de AUDI muestra la importancia de la huelga como el único camino para lograr el equilibrio entre los factores de producción (capital y trabajo), pues en menos de 40 días este movimiento logró mover a los directivos de la empresa de un 0% de incremento a un 7% global, aun cuando sostenían que no había posibilidad de dar incrementos.

Por otra parte, es fundamental modificar la lógica en que se han administrado las relaciones laborales en México y en la IAM, y dejar de buscar la rentabilidad de las empresas a costa del empobrecimiento de los trabajadores. Una muestra de que esto es factible lo significó la huelga de UAW en Estados Unidos, que paralizó la actividad productiva de más de una veintena de fábricas y que logró un acuerdo histórico que modificó 3 décadas de contención salarial.

Es la hora de que en México se piense una nueva estructura de negociación por industria que lleve a que los trabajadores sean beneficiarios del éxito de las marcas y automóviles que ellos producen. Para ello, es necesario la generación de un sindicalismo auténtico, acompañado de una política industrial activa y la más amplia solidaridad de los trabajadores dentro y fuera del país. Así se podrá romper esta inercia en la que los directivos empresariales aliados del sindicalismo antidemocrático y corporativo han sumido a los trabajadores en los últimos 40 años. Estamos ante un nuevo escenario en la lucha de clases y la moneda está en el aire.

* Willebaldo Gómez Zuppa es miembro del equipo de investigación del Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CALIS) y Profesor de la UAM – Cuajimalpa.