‘Un hospital no es una zona de guerra’: el primer ministro de Haití visitó centro médico asolado por pandillas delictivas

Un día después que la Policía haitiana anunció triunfalmente que había recuperado el control del mayor hospital público después de un asedio de cuatro meses por parte de poderosas pandillas, el primer ministro del país denunció la destrucción.

“Un hospital no es una zona de guerra”, dijo el martes el primer ministro Garry Conille mientras recorría los maltrechos terrenos del centro verde y blanco, no lejos del palacio presidencial y de la embajada de Francia en Puerto Príncipe. “Incluso en las peores circunstancias, los hospitales están protegidos”.

Conille, ginecólogo de formación, recorrió las destrozadas instalaciones del Hospital de la Universidad Estatal de Haití bajo fuertes medidas de seguridad. Mientras él y el jefe de la Policía Nacional de Haití, Rameau Normil, inspeccionaban la estructura, Conille no podía ocultar su conmoción al señalar los agujeros de bala que acribillaban las paredes y el mobiliario derribado en el suelo.

Todo era un duro recordatorio de los constantes tiroteos que han asolado Puerto Príncipe desde el 29 de febrero y que han prohibido la entrada tanto al hospital como al edificio adyacente, aún en construcción, que lo sustituye con 534 camas.

“Recuperaremos nuestros espacios”, dijo Conille, reiterando su apoyo a la policía haitiana y prometiendo darle a la asediada fuerza “todo lo que necesite”.

El lunes, Normil anunció una rara victoria: la Policía, dijo, había recuperado el Hospital General, como se le llama comúnmente, de las pandillas después de lanzar con éxito una operación la noche anterior. Hizo el anuncio junto al comandante de la misión multinacional de apoyo a la seguridad dirigida por Kenia, Godfrey Otunge, en su primera conferencia de prensa conjunta.

El Hospital General está entre las docenas de instalaciones médicas que dejaron de funcionar o fueron incendiadas después que pandillas armadas se unieron el 29 de febrero y lanzaron ataques mortales para intentar derrocar al gobierno anterior.

Situado frente al palacio presidencial, uno de los principales objetivos de las pandillas, el hospital pronto se vio obligado a cerrar sus puertas y evacuar a sus pacientes. Mientras tanto, el área que lo rodeaba y el nuevo edificio que lo sustituyó se habían convertido en zonas prohibidas.

Recordando sus primeros días en Haití antes de convertirse en especialista en desarrollo de las Naciones Unidas, Conille dijo que el Hospital General solía recibir unos 1,500 pacientes al día. Hoy en día es cero.

Destruido gravemente por el terremoto de 2010, el mayor hospital público de Haití ya tenía problemas antes de los ataques armados; aun así, el personal y los pacientes habían depositado durante mucho tiempo sus esperanzas en las nuevas instalaciones que los gobiernos de Estados Unidos y Francia llevan intentando construir desde 2010.

La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) ha aportado casi $44 millones y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) $35 millones, de los cuales $10 millones se desembolsaron hace apenas dos años para sufragar los costos de construcción. Haití, por su parte, ha desembolsado $23 millones de los $27 millones que dijo que aportaría. A pesar de las grandes inversiones, el destino de las instalaciones está en el aire.

Entre las personas que acompañaron a Conille en la visita del martes se encontraba Louis Gérald Gilles, uno de los miembros del recién nombrado consejo presidencial. El embajador de Francia en Haití, Fabrice Mauriès, también espera visitar las instalaciones. Incluso antes de la visita de Conille y Gilles, la embajada francesa había solicitado una visita al lugar para Mauriès y un representante de USAID para ver lo que se necesita para poner en marcha la nueva instalación.

“Pensamos que el próximo paso útil es que se envíe una misión de expertos sobre el terreno para evaluar la situación y las condiciones de reanudación de las obras del nuevo Hospital General de Haití”, le dijo a Miami Herald un portavoz de AFD.