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"Es hora de que Francia prohíba las corridas", defiende un legislador francés

París, 23 nov (EFE).- "Es hora de que Francia prohíba las corridas porque es una actividad que es de otra era", así de tajante se muestra el diputado francés Aymeric Caron, integrante de la coalición izquierdista Nupes y autor de un proyecto de ley para abolir la lidia en todo el país que se debatirá este jueves.

Aunque la iniciativa tiene pocas expectativas de prosperar tras no haber recibido el respaldo de la Comisión de Leyes de la Asamblea Nacional, en una entrevista con Efe en la antesala de su votación final en la Cámara Baja, Caron mantiene aún el optimismo sobre una propuesta que, asegura, va más allá de las siglas de los partidos.

"Las encuestas nos muestran, desde hace varios años, que cada vez más franceses quieren que las corridas sean abolidas en Francia. Hoy, en función de los sondeos, entre 8 y 9 franceses de cada diez quieren que terminemos con las corridas, así que para nosotros, los parlamentarios, es nuestro deber poner la ley conforme a la voluntad popular", sostiene este legislador progresista.

En su opinión, "en 2022", ya no se puede "considerar que el espectáculo de la tortura y de dar muerte en público a un animal es una cosa aceptable".

"No podemos consentir que un espectáculo de violencia y de tortura sea parte de nuestra normalidad. Abolir las corridas es simplemente hacer un movimiento a favor de la no violencia, por la paz, por el respeto", apunta.

La cuestión, sin embargo, despierta opiniones contrarias en muchas ciudades francesas -especialmente en el sur- y el bloque parlamentario de Caron, que reúne a La Francia Insumisa (LFI), los socialistas, los comunistas y los ecologistas, no cuenta con los votos para imponerse con mayoría.

Nupes suma 151 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional, por lo que la coalición necesitaría el apoyo de otros grupos que ya se posicionaron en contra del texto, como el partido del Gobierno.

"Si el proyecto de ley es rechazado el jueves próximo por los diputados, eso querrá decir que hay un verdadero problema democrático en este país (...) Estamos ante un texto que llamamos transpartidario, es decir, que los electores de todos los partidos reclaman el fin de la corrida", asevera este diputado por París, que también es conocido como escritor y periodista.

UNA TRADICIÓN QUE SE REMONTA A LA ESPOSA ANDALUZA DE NAPOLEÓN III

La tradición de las corridas de toros en Francia, populares sobre todo en la región del Mediodía (la parte meridional del país), se remonta a mediados del siglo XIX. Más en concreto, los historiadores achacan su implantación en el territorio galo a la esposa de Napoleón III, Eugenia de Montijo, que era originaria de Granada.

Pero las plazas de localidades como Nimes, Arlés, Bayona o Perpiñán celebran hoy corridas solo gracias a una excepción en las leyes francesas que regulan el maltrato animal. Allí donde puede esgrimirse que la lidia es una "tradición cultural", su práctica está permitida.

En muchos de esos lugares del sur de Francia, el fin de semana pasado los aficionados taurinos escenificaron su oposición a la propuesta de prohibición con manifestaciones en sus respectivas ciudades. En respuesta, en París y otros lugares, defensores de los animales se concentraron también en apoyo a la abolición.

Para Caron, es "paradójico" el peso que tienen los grupos de presión taurinos dado que, en términos de población, los amantes de las corridas no suponen una proporción grande de sociedad francesa.

En la esfera política, también hay división incluso más allá de las ideologías.

Por ejemplo, el actual ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti, es un reconocido aficionado a los toros, pero la líder ultraderechista Marine Le Pen -defensora habitual de los derechos de los animales- hizo enfadar el año pasado a los más taurinos cuando se declaró favorable a prohibir el acceso de los menores de edad a los ruedos.

Según Caron, el debate político sobre las corridas está en realidad contaminado por intereses "electoralistas", ya que en muchas ciudades los comicios se definen por apenas unos centenares de votos.

Si su propuesta no queda aprobada este jueves, como todo parece apuntar, el diputado de Nupes considera que la Asamblea Nacional no estará escuchando al pueblo francés. Por ello, lanzar una consulta popular sería su siguiente plan de acción.

"Quizás si hacemos un referéndum estarán obligados a escuchar al pueblo", afirma.

Nerea González

(c) Agencia EFE