Hombre de West Palm Beach es hallado culpable de estafar $67 millones al Medicare

Un hispano de 37 años fue hallado culpable en un tribunal de Florida de participar en una red de fraude por más de $67 millones (unos 63 millones de euros) al programa de salud público Medicare, mediante el engaño a médicos para que autorizasen pruebas genéticas innecesarias, informó este martes el Departamento de Justicia de Estados Unidos.

José Goyos, residente en West Palm Beach, y sus cómplices presentaron entre 2020 y 2021 más de $67 millones en reclamaciones falsas y fraudulentas al Medicare, de las cuales el programa de salud pagó más de $52 millones.

El jurado condenó a Goyos por los cargos de “conspiración para cometer fraude electrónico y conspiración para cometer lavado de dinero”, señaló el organismo en un comunicado.

Goyos se enfrenta en la audiencia para sentencia del próximo 21 de diciembre a una pena máxima de 20 años de prisión por el cargo de conspiración para cometer fraude electrónico y a 10 años de cárcel por el de conspiración para cometer lavado de dinero.

Goyos administraba un centro de llamadas que “realizaba llamadas engañosas de telemercadeo” dirigidas a miles de beneficiarios de Medicare y sus médicos.

Él y sus cómplices contactaron a médicos de atención primaria de los beneficiarios de Medicare y les engañaron para que ordenaran y autorizaran pruebas genéticas médicamente innecesarias basadas en documentos médicos que el centro de llamadas había creado.

Por ejemplo, detalla el comunicado, Goyos “ordenó a los empleados del centro de llamadas que representaran falsamente a los proveedores sobre los beneficiarios de Medicare con el engaño de que eran pacientes mutuos” que solicitaban estas pruebas genéticas.

Y que además los beneficiarios tenían condiciones médicas que justificaban las pruebas genéticas, cuando ninguna de las afirmaciones era cierta.

Goyos y sus cómplices luego utilizaron las autorizaciones de esos médicos para presentar reclamos a Medicare por “las costosas e innecesarias pruebas genéticas”.

En realidad, “los laboratorios eran armazones. No tenían equipo, no realizaron ni una sola prueba y no tenían personal de laboratorio”, subrayan las autoridades.

Las pruebas genéticas eran remitidas a otros laboratorios, que las realizaron a una pequeña fracción del precio que Goyos y sus cómplices cobraron a Medicare.

Finalmente, después de realizar las pruebas, “los resultados a menudo no se enviaban a los médicos de atención primaria del beneficiario de Medicare y no se utilizaban en el tratamiento del beneficiario”.

Hasta la fecha, otros 20 acusados se han declarado culpables de varios cargos y de su implicación en el plan delictivo, incluidos los cabecillas del esquema de fraude, Daniel M. Carver, Thomas Dogherty John Paul Gosney.