Tras la heroicidad del miércoles, los Marlins muestran una pálida actuación en derrota ante los Padres

Joe Musgrove ha tenido una temporada discreta, quizá hasta demasiado pobre para sus estándares.

Cuando asomó a su apertura contra los Marlins su efectividad de 5.64 decía a las claras lo que ha pasado hasta el momento con el derecho de San Diego.

Contra los Marlins, sin embargo, se mostró como en sus mejores días para guiar el jueves por la tarde a los Padres a una victoria 10-1 y asegurarle a su equipo la serie particular, ante un conjunto que durante cinco entradas no pudo pegarle siquiera un imparable.

Aunque los peces pisaron la goma en una ocasión en la tercera entrada con un elevado de sacrificio de Luis Arráez, no pudieron conectarle de manera consistente y segura hasta que en la sexta el propio venezolano se embasó con el primer sencillo del encuentro para Miami.

“Capacidad de rotación en la bola, eso es lo que tiene Joe’’, explicó el manager de Miami, Skip Schumaker, quien conoció bien a Musgrove cuando era parte de la organización de San Diego.

“Sliders, curvas, rompimientos. Su capacidad para hacer girar la pelota es de las mejores en las Grandes Ligas’’.

Sin una recta superpotente pero con mucha inteligencia y mezcla, Musgrove dominó por completo a los peces durante siete entradas en las que ponchó a tres y regaló tres boletos que los de casa no supieron aprovechar mientras se mantuvo en el montículo.

Tampoco sacaron provecho de la única gran oportunidad al llenar las bases sin out porque apareció en ese justo momento el peor enemigo de la ofensiva de Miami: el doble play, quien fue responsable, o mejor dicho Jesús Sánchez en la sexta, de aumentar el liderato de los Marlins en esa poco deseada estadística.

Baste decir que los Marlins comandan -si se pueda llamar de alguna manera- el departamento de doble matanza en Grandes Ligas con 63, pero se han empecinado desde la pasada gira donde facturaron 15 de esas jugadas, más las ocho que han producido en estos últimos tres encuentros ante San Diego, tres el martes, tres el miércoles y dos este jueves.

Por esta vez, Jesús Luzardo no tenía motivos para invitar a comer a ninguno de sus compañeros de equipo, porque lo cierto es que el zurdo no lo hizo nada mal durante tres entradas, hasta que en la cuarta los Padres facturaron dos para dar comienzo a un ataque que encontraría su zenit en un sexto episodio de siete anotaciones que por momentos se hacía interminable.

“Es frustrante que luego de una noche donde el equipo hizo el trabajo y ganamos de manera grande, esta vez no haya podido ayudar de la forma en que esperaba’’, expresó Luzardo. “Tengo problemas que resolver y estoy trabajando en ellos’’.

Ni Luzardo ni el relevista Matt Barnes, quien supuestamente venía en su socorro, pudieron contener la avalancha de San Diego que este viernes espera recibir de vuelta a unos de sus pilares ofensivos como lo es Manny Machado, quien se recupera de una lesión en una mano.

Casi todo el personal de los visitantes participó en el festín ofensivo, pero habría que destacar a un Fernando Tatis Jr. que pegó tres dobles e impulsó cuatro carreras, y a un Gary Sánchez -todavía recién llegado- que disparó cuadrangular y sencillo para remolcar tres.

Por lo demás, se trató de una tarde insípida para Miami y los 8,405 espectadores que pagaron entradas en el loanDepot park, aunque al final pudieron ver el espectáculo de un Jacob Stalling en faena de lanzador para colgar el último cero.