Hermandad policial

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En alguna ocasión, un jefe de la Policía de la Ciudad de México, en reunión privada, calificó a la corporación como un monstruo de mil cabezas difícil de controlar y más aún de transformar.

Bajo la contundencia de ese argumento, era entendible la corrupción y abuso de fuerza solapados desde las cúpulas policiales.

Aunque estaba lejos de los tiempos de Arturo “El Negro” Durazo —el jefe de la policía en la década de los 70 conocido por sus millonarias propiedades, una de ellas llamada El Partenón, en Ixtapa Zihuatanejo—, sí era una corporación con poca credibilidad, respeto y confianza.

Sus procedimientos carecían de legitimidad y eran cuestionados en sus formas y resultados. Al interior privaba un sentido de machismo y compadrazgo obstaculizador de promociones y desarrollo policial.

El “entre”, “favores” y cuotas eran factor de desarrollo. Se pagaba por tener acceso a una patrulla, un arma de cargo o un chaleco antibalas, hasta por determinadas zonas de patrullaje.

Bajo esas condiciones hace cinco años comenzó un proceso de transformación del cuerpo policial más grande de América Latina. La dignificación policial no fue simple retórica.

Dos decisiones al inicio de la administración de Claudia Sheinbaum resultaron centrales: la extinción del cuerpo de granaderos, cuestionado por los métodos empleados para disolver manifestaciones, y la reforma legal para dotar de facultades de investigación a la policía, un reconocimiento a la capacidad y formación de las y los agentes.

Un proceso de dignificación reforzado con un esquema de reconocimientos, estímulos y promociones como las entregadas el pasado 11 de abril por el Jefe de Gobierno, Martí Batres, y el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez.

Desde el Consejo Ciudadano de la CDMX se impulsa desde julio de 2019 una estrategia basada en Comisiones Ciudadanas contra la Corrupción en el Ministerio Público y la Corrupción Policial y Violencia a Mujeres Policías. En ellas participan instituciones y, predominantemente, ciudadanos; se revisan los reportes a la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533 5533 y se canalizan a la Fiscalía General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

Hay un conjunto de medidas favorecedoras de la transformación, las cuales explican la captura de más de 2 mil 550 delincuentes, la baja de 63 por ciento en la incidencia delictiva al primer trimestre de este año en comparación con el mismo periodo de 2019 —de acuerdo con las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública— y una mejora de 34.8 puntos en la percepción de seguridad entre marzo pasado y el mismo mes de 2018, según el INEGI.

La “retórica vacía y los lugares comunes” a los cuales hizo referencia el secretario Pablo Vázquez han sido superadas para dar significado y contenido a la proximidad, prevención, inteligencia e investigación.

En la década de los 70 se hablaba de una hermandad para cubrirse las espaldas, ahora hay una verdadera hermandad policial que da sentido y espíritu de cuerpo a la corporación.

* Salvador Guerrero Chiprés (@guerrerochipres) es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.