Una heredera austriaca deja que 50 ciudadanos redistribuyan su fortuna de 25 millones de euros

Una heredera austriaca deja que 50 ciudadanos redistribuyan su fortuna de 25 millones de euros

Marlene Engelhorn ha redistribuido más de 25 millones de euros de su herencia entre diversas organizaciones sociales. Entre las 77 organizaciones que recibirán el dinero, la Asociación Austriaca para la Conservación de la Naturaleza, la organización de personas sin hogar Nuenerhaus, el 'think tank' The Momentum Institute y la ONG Attac recibirán más de un millón de euros cada una.

Además, 300.000 se donarán a las Casas de Acogida para Mujeres Autónomas de Austria. La organización benéfica de restauración de la naturaleza Fundación Común recibirá 100.400 euros, y otros beneficiarios son clubes de fútbol inclusivos y organizaciones dedicadas a la vivienda asequible.

Un consejo ciudadano a cargo de la redistribución

La austro-alemana de 31 años creó en Salzburgo un grupo de 50 ciudadanos al azar que deliberaron durante varios meses sobre la mejor manera de repartir su fortuna. Para decidir cómo repartiría su fortuna, Engelhorn envió 10.000 invitaciones a buzones de toda Austria. Los elegidos para participar formaron el Buen Consejo de Redistribución.

A los miembros seleccionados se les ofreció una serie de conferencias de filósofos y profesores de economía para inspirar sus decisiones sobre quién se quedaría finalmente con la fortuna de Engelhorn. El proyecto insiste en que, en última instancia, se trata de tomar medidas para responder a cuestiones de justicia social y fiscal.

Engelhorn es descendiente de Friedrich Engelhorn, fundador de la farmacéutica alemana BASF. La familia Engelhorn fue anteriormente propietaria de la farmacéutica alemana Boehringer Mannheim. Forbes calcula que el patrimonio neto de la familia asciende a 4.200 millones de dólares. El impuesto de sucesiones se abolió en Austria en 2008, convirtiéndola en uno de los pocos países europeos que no gravan las herencias.

Engelhorn ha hecho campaña durante años para que el Gobierno austriaco impusiera un impuesto sobre patrimonios como el suyo, argumentando que era injusto que ella recibiera la fortuna a pesar de no haber trabajado para conseguirla.

En un comunicado, Engelhorn dijo: "Si los políticos no hacen su trabajo y redistribuyen, entonces tendré que redistribuir mi riqueza yo misma". A principios de este año, Engelhorn declaró a la agencia alemana de noticias DPA que seguiría quedándose con una parte del dinero para facilitar su transición a un puesto de trabajo.