¿Un hechizo indígena protege a Florida de los huracanes? Lo que hay que saber sobre la leyenda

Si ha vivido en la costa del Golfo de la Florida, es posible que haya oído hablar de una protección histórica contra huracanes.

Es una leyenda de cómo la zona de Sarasota está protegida de un impacto climático directo gracias a una bendición de los nativos americanos sobre sus tierras.

Desde 1871, cuando empezaron los registros fiables de huracanes, ningún huracán ha tocado tierra directamente en Sarasota.

A pesar de la historia, no hay nada de cierto en la leyenda de las bendiciones de los nativos americanos, dijo el profesor de antropología de New College of Florida, Uzi Baram.

“Es un bonito mito, una bonita historia, excepto si la gente se la cree”, dijo Baram, quien vive en la zona desde 1997, en una entrevista telefónica con el Herald.

Un portavoz de la tribu seminole de la Florida no respondió a una solicitud de comentarios.

La bendición del huracán

La historia del huracán está entrelazada con los orígenes de Sarasota. Según Baram, un mapa de 1763 es el primer documento que recoge el nombre de Sarasota.

En 1909 George F. Chapline, de Charendon, Arkansas, creó la historia ficticia del origen de Sarasota, afirmando que el nombre de la zona procedía de una persona.

Chapline decía que esa persona era Sara De Soto, hija del conquistador y explorador español Hernando de Soto. Al igual que la historia del huracán, es un mito.

“No existe tal persona y él no la trajo aquí en su conquista, se lo puedo asegurar”, dijo Baram. “Pero es uno de esos misterios mordaces. Sarasota es un nombre único, muy bonito y hay muchas teorías sobre el nombre, [...] pero en realidad no lo sabemos”.

La forma en la que está entretejida en la leyenda de los huracanes es lo que Chapline escribió, según SarasotaHistoryAlive.com, hace más de un siglo. Escribió que Hernando de Soto capturó al príncipe seminole local Chichi-Okobee, quien cayó enfermo y fue atendido por la hija de Hernando, Sara.

Sara enfermó y no pudo salvarse. El príncipe nativo americano pidió permiso para enterrarla en la Bahía de Sarasota, según la leyenda inventada, que también afirma que Okobee y los miembros de su tribu perecieron en la bahía como forma de proteger a Sara para siempre.

“Se dice que el rugido del golfo al romper en las playas es un conflicto y que las olas blancas que se persiguen, rompen y caen a través del paso no son más que la ira de los guerreros de Okobee y los hijos del mar, quienes agitan sus brazos espirituales y se enfrentan en una contienda interminable por la posesión de la bahía”, escribió Chapline. “Esta, la leyenda de Sara De Soto y Chichi, la flota y el fuerte, la leyenda de la Bahía de Sarasota, es pacífica y hermosa”.

Tormentas en la Bahía de Sarasota

Aunque los huracanes no han tocado tierra directamente en Sarasota, se han dejado sentir. El huracán Ian devastó la parte sur del Condado Sarasota junto con el suroeste de la Florida luego de tocar tierra cerca de Cayo Costa.

En 2017, Irma arrasó cerca del Condado Sarasota mientras subía desde los Cayos, mientras que Charley causó estragos en el Condado Charlotte a su llegada cerca de Cayo Costa en 2004, con bandas exteriores que afectaron a Sarasota.

Los huracanes también causaron daños en 1926, 1944, 1950 y con Donna en 1960 y Gabrielle en 2001.

De acuerdo con el Centro Nacional de Huracaess, la convención para nombrar a los huracanes empezó en 1950.

“Es una bonita historia y un bonito poema si te gustan esas cosas, pero, por favor, no lo use como guía”, dijo Baram. “La ciencia es muy clara: cuando el condado o el gobierno estatal dicen que hay que evacuar, hay que creerles e irse”.

La leyenda de protección contra huracanes de Sarasota no es la única de la región —hay una para Tampa que involucra a los Tocobagas— y, aunque no hay registros históricos de los exploradores de la región que documenten quién estuvo realmente en Sarasota/Bradenton, la historia de un hechizo protector se sigue contando a lo largo de los años para diferentes zonas.

“En todo Estados Unidos hay muchos lugares con este tipo de mitos”, dijo Baram. “Las sombras de la historia están ahí para asegurarnos que está bien que estemos aquí y que estamos a salvo”.