Hay más “bichos” en las casas de lo que pensamos

En inglés hay un dicho con el que los padres suelen despedirse de sus hijos cuando se van a la cama y que reza algo parecido a “no dejes que los bichos de tu cama te piquen” - don’t let the bed bugs bite you. Es una frase de cariño, sin ninguna intencionalidad. Hasta que lees un artículo que demuestra que la cantidad de especies que podemos encontrar en nuestras casas es mucho mayor de lo que se podría pensar.

Hay dos cuestiones que hace falta precisar. La primera es a que nos referimos cuando decimos muchos. Porque es un término muy impreciso. En este caso, los investigadores se refieren a 500 tipos distintos de artrópodos, el grupo biológico que contiene a insectos, arañas y cienpiés.

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Por otra parte, es interesante fijarse en qué han estudiado los científicos. En lugar de bajar al nivel de especie – que también lo han hecho – han preferido centrarse en algo más difuso denominado “morfoespecie”.

Con este término, los especialistas se refieren a aquellos organismos que alguien que no sea un experto puede diferenciar. Es decir, animales – en este caso – suficientemente distintos como para que cualquiera los vea y sepa catalogar a cada cual dentro de su grupo.

La razón por la que han tomado este enfoque, en lugar de uno más científicamente preciso, es fácil de entender. Uno de los objetivos del estudio era demostrar que nuestras casas no son ambientes estériles, que convivimos con una fauna muy diversa, y que ésta no provoca problemas.

Si la gente común no es capaz de diferenciar de qué se está hablando, este objetivo no se puede cumplir. Así que es mejor perder un poco de precisión, a cambio de acercar los resultados a la población.

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Muy bien, un objetivo muy interesante, pero ¿qué conclusiones se pueden sacar? Pues la primera ya la hemos comentado. Que convivimos con muchos más organismos de lo que solemos pensar, y que no provocan ningún problema. De hecho, la gran mayoría de ellos ni siquiera sobreviven largas temporadas en nuestros hogares.

Porque esa es la segunda conclusión del estudio. Que de toda la fauna que se puede encontrar en una casa – norteamericana, claro, que es donde se ha realizado el estudio – una gran cantidad son “visitantes”. Animales que entran en casa cuando cortamos flores, o entre la tierra de nuestros zapatos, y que no están, digamos, equipados para sobrevivir dentro de nuestras casas.

Así que lo mejor es que nos hagamos una idea de la diversidad que podemos encontrar en nuestros hogares, y sepamos vivir con ella.

Crédito de la imagen superior: Gráfico mostrando la distribución por grupos de la fauna encontrada en el estudio. Por Bertone, et al.