Harris apela al republicano moderado en Wisconsin y Trump vuelve a mentir sobre 2020 en Michigan
Kamala Harris abrió los brazos a quienes defienden la Constitución, sin importar el partido, y agradeció el apoyo de Liz Cheney, convertida en portavoz de los republicanos contrarios a Donald Trump, poco después de que el expresidente afirmara de nuevo, sin pruebas, que ganó las elecciones de 2020.
“Ella posee algunas de las cualidades que más respeto en cualquier individuo y líder, valentía, especialmente en un momento como este” en el que tantos intentan “hacer que la gente tenga miedo”, dijo la candidata demócrata en Wisconsin, uno de los siete estados clave para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
“La gran mayoría de nosotros, independientemente de su partido político, estamos de acuerdo en que debemos mantener sagrados los principios fundamentales de Estados Unidos, desde el Estado de Derecho hasta unas elecciones libres y justas, pasando por el traspaso pacífico del poder”, afirmó Harris junto a la hija del ex vicepresidente republicano Dick Cheney.
“Si compartes esa opinión, independientemente de tu partido político, hay un lugar para tí con nosotros y en esta campaña”, afirmó.
Liz Cheney participó en la investigación del Congreso estadounidense sobre el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 por una turba de partidarios de Trump que quería impedir que se certificara la victoria de Joe Biden en las elecciones.
“Tenemos que derrotar a Donald Trump” porque “es mezquino, vengativo y cruel, y (...) no está capacitado para liderar” el país, afirmó Cheney, interrumpida varias veces por el público a gritos de “¡gracias Liz!”.
Lo dijo en la cuna del Partido Republicano un día después de que la justicia publicara nuevas pruebas incriminatorias contra Trump.
Horas antes de que la candidata demócrata llamara a los republicanos moderados a trascender las divisiones partidistas en nombre de la democracia, su rival volvió a mentir.
“Ganamos en 2020. Las elecciones estaban amañadas”, dijo en un mitin en Saginaw, un distrito electoral obrero de Michigan, otro estado fundamental en la región de los Grandes Lagos.
Como en Estados Unidos el sistema de voto es indirecto, las elecciones presidenciales no se deciden por los votos emitidos en todo el país, sino por los de los electores designados por cada estado.
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El expresidente sabe que la elección se decidirá probablemente por pocas decenas de miles de sufragios de votantes aún indecisos en los famosos estados bisagra o pendulares. Y cree que los convencerá con una retórica violenta.
Insultos
En Saginaw volvió a insultar públicamente a la vicepresidenta demócrata, llamándola “loca”.
“No puede ser presidente de Estados Unidos”, dijo, usando el género masculino para referirse a su rival, en este condado que votó por él en 2016 y por Joe Biden en 2020, por escaso margen.
“Si quieres que tu país se vaya al infierno (...) vota a Kamala”, dijo el millonario de 78 años, que se definió como el “campeón” de los trabajadores.
El candidato republicano prometió que, si gana, someterá las importaciones a fuertes aranceles, supuestamente para proteger las industrias estadounidenses, y acusó a Kamala Harris, sin pruebas, de “importar” criminales del extranjero.
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Reiteró una vez más, también sin evidencias, que Joe Biden y su vicepresidenta despilfarran fondos destinados a las víctimas de catástrofes naturales, como las del huracán Helene, que acaba de devastar partes del sureste de Estados Unidos, en migrantes ilegales que recibirían “vales” y serían alojados “en hoteles de lujo”.
Muchos de los partidarios de Donald Trump, entre ellos el empresario Elon Musk, difunden teorías conspirativas según las cuales los demócratas traen extranjeros en masa y los legalizan para que voten por ellos.