Hambre, oscuridad y amenazas a punta de pistola: trascienden los primeros testimonios de los rehenes liberados por Hamas
Comieron arroz y pan, durmieron en sillas de plástico y bancos y esperaron durante horas para ir al baño. Un hombre intentó escapar durante una explosión que causó el colapso del edificio en el que estaba secuestrado. Un joven escribió un diario íntimo sobre sus días en cautiverio.
A medida que Hamas comienza a liberar rehenes israelíes a cambio de presos palestinos empiezan a trascender impactantes historias de las personas que fueron secuestradas por el grupo islamista en el brutal ataque del 7 de octubre.
La mayoría de los rehenes liberados están siendo tratados en hospitales, lejos de la mirada de los medios y de un país conmocionado que todavía busca respuestas. En los últimos días, un puñado de familiares han concedido entrevistas, proporcionando una primera y limitada visión de su experiencia.
Gran parte de la información sobre dónde y cómo fueron retenidos los rehenes sigue siendo difícil de obtener. Los psicólogos han advertido sobre los peligros de presionar a los recién liberados para obtener información, citando el riesgo de volver a traumatizarlos.
Este martes, el director del Hospital Ichilov informó que los niños liberados anoche tenían “problemas ortopédicos y nutricionales relacionados con su cautiverio”.
Ruti Munder, de 78 años, dijo en una entrevista con Canal 13 que inicialmente la alimentaron bien hasta que las condiciones empeoraron y la gente comenzó a pasar hambre. Estuvo en una habitación “sofocante” y durmió en sillas de plástico con una sábana durante casi 50 días.
Inicialmente, comían “pollo con arroz, todo tipo de alimentos enlatados y queso”, precisó Munder. “Estábamos bien”. Les daban té por la mañana y por la noche, y a los niños les daban caramelos. Pero el menú cambió cuando “la situación económica no estaba bien y la gente tenía hambre”.
VIDEO Israeli hostages released from Hamas captivity in Gaza: 9-year-old Ohad Munder, his mother Keren and his grandmother Ruti returned to Israel last night. Ohad runs into his father’s arms.
Credit: Schneider Pediatric Center pic.twitter.com/TkBZfadqw8— Michael Shuval 🏳️🌈 (@MichaelShuval) November 25, 2023
Eyal Nouri, sobrino de Adina Moshe, de 72 años, liberada el viernes, reveló que su tía “tuvo que adaptarse a la luz del sol” porque “estuvo en completa oscuridad” durante semanas, informó The Times of Israel.
Por su lado, la tía de Eitan Yahalomi, de 12 años, que fue liberado el lunes por la noche junto con otros 10 israelíes, habló de los “horrores” que vivieron los rehenes tras ser secuestrados. “Quería esperar que lo hubieran tratado bien, pero aparentemente no, son monstruos. Su padre todavía está allí, 160 personas todavía están allí”, dijo Deborah Cohen en una entrevista con el periódico francés BFM.
Cohen declaró que el niño fue golpeado por civiles tan pronto como llegó a Gaza el 7 de octubre, unas horas después de ser secuestrado, y que durante su cautiverio los terroristas lo obligaron a mirar videos brutales de las masacres en los kibutz.
“Cada vez que un niño lloraba, los terroristas lo amenazaban con un arma para que se callara”, describió la tía que habló con la madre de Eitan, Bat Sheva.
Por el trauma y las amenazas recibidas, una niña de nueve años aún susurraba al hablar.
“Lo más impactante de reencontrarme con Emily fue el hecho de que susurraba, hasta el punto de que era muy difícil escucharla”, describió su padre. “Tuve que acercar mi oído a su boca para oír, en cautiverio le dijeron que no hiciera ningún ruido. Puedes ver el terror en sus ojos”, agregó.
Mirit Regev, cuya hija Maya, de 21 años, fue liberada el domingo, dijo a la emisora pública israelí Kan que a la familia se le ha aconsejado “devolverle el poder” en sus interacciones pidiéndole siempre permiso antes de que ocurran cosas, como como salir de la habitación. El hijo de Regev, Itai, de 18 años, todavía está retenido por Hamas.
En otra entrevista, la tía de Ron Krivoy, el ruso de 25 años que escapó durante un bombardeo y fue recapturado y luego liberado, contó lo que sucedió aquel fatídico día y todo lo que vino después.
Agencia AP y diario The Washington Post