Entre el hallazgo de los chicos en la selva y la sospechosa muerte de un policía, Gustavo Petro no logra salir de la peor crisis de su gobierno en Colombia

El presidente de Colombia, Gustavo Petro
El presidente de Colombia, Gustavo Petro

El hallazgo de los cuatro niños que habían desaparecido en la selva colombiana tras un accidente aeronáutico fue considerado en todo el país como un milagro. Pero el presidente, Gustavo Petro, necesitaba aún más que eso para superar la más grave crisis política en sus diez meses de gobierno. Una muerte asociada con el mayor escándalo que enfrenta hasta el momento ensombreció la buena noticia que llegó desde la selva el mismo viernes.

El “gobierno del cambio” de Petro acumula los niveles más bajos de aprobación hasta ahora, cometió varios traspiés, no ha logrado concretar todos los planes que prometió durante la campaña, y está inmerso en un torbellino de escándalos que con el correr de los días solo se enturbian más. Con este telón de fondo le esperan grandes desafíos, como concretar reformas en el Congreso con una coalición fraccionada y medirse en las urnas en tan solo cuatro meses.

“El gobierno tenía un año de oro”, indica a LA NACION Laura Gamboa, analista política con base en la Universidad de Utah. “Ahora hay elecciones locales y regionales. Tenía este año para pasar sus mayores proyectos. Pudo pasar algunos, pero muy probablemente otros se vayan a quedar [atrás]. Puede que ahora le sea más difícil montar alianzas”, dice.

Después de 40 días encuentran con vida a los cuatro niños perdidos en la selva del Guaviare.
Después de 40 días encuentran con vida a los cuatro niños perdidos en la selva del Guaviare. - Créditos: @Twitter

La última encuesta de opinión de Invamer publicada el primero de este mes fue un golpe para Petro: apenas un 33,8% aprueba su gestión, la cifra más baja hasta ahora, mientras que su desaprobación escaló hasta un 59,4%. El descontento se percibe también entre los jóvenes, la masa electoral que le dio impulso al triunfo. Ahora, el 65% no se siente representado por el gobierno nacional y el 61% denuncia que no se han realizado las promesas de campaña, según el relevamiento de Cifras y Conceptos.

“Los jóvenes lo que quieren es que el sistema responda. No son petristas furibundos, sino que a Petro lo lleva a la victoria la promesa de cambiar, y viene con una presidencia muy floja. No está perdiendo a sus partidarios de toda la vida, sino a un electorado muy frustrado”, indica Sandra Botero, politóloga de la Universidad del Rosario.

El escándalo de la niñera

La situación podría empeorar. Estos sondeos de opinión fueron realizados justo antes de que se desatara el “escándalo de la niñera”, que inauguró la peor semana del Pacto Histórico. La jefa de gabinete y mano derecha de Petro, Laura Sarabia, y el embajador en Venezuela, Armando Benedetti, figura clave durante su carrera por la presidencia, fueron acusados de abuso de autoridad al someter a dos empleadas domésticas a interrogatorios, pruebas de polígrafo y escuchas telefónicas. Ambos funcionarios fueron destituidos por el mismo Petro mientras la Fiscalía General de Colombia avanza con una investigación.

Como si fuera poco, tras la destitución de ambos funcionarios, se dieron a conocer audios en los que Benedetti, cerebro detrás del triunfo de Petro, amenaza a Sarabia con revelar el origen de unos 15.000 millones de pesos colombianos (3,5 millones de dólares) utilizados para la campaña electoral y confesar otros secretos que podrían conducirlos a la cárcel, en grabaciones en las que asegura: “Nos hundimos todos. Nos acabamos todos. Nos vamos presos”.

El caso siguió escalando a niveles inimaginables cuando el viernes un teniente coronel de la policía, adscrito a la seguridad de la Presidencia, fue encontrado muerto en su camioneta con herida de bala en la cabeza, en lo que Petro consideró “un suicidio”, algo que todavía no fue confirmado. Óscar Dávila había ofrecido su testimonio en la investigación del caso y, según su abogado, recibía amenazas.

Reformas

El efecto de los escándalos golpeó inmediatamente al Congreso, que en pocos días entrará en receso, dejando el abierto debate para el próximo periodo legislativo, que comienza en julio. “Son tan importantes [las reformas en agenda], que no pueden ser perturbadas con situaciones que no tienen que ver con la discusión propiamente de las reformas”, dijo el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, ante el caos político.

La consecuencia directa fue para las reformas propuestas por el gobierno nacional, entre ellas su mayor apuesta, la polémica reforma sanitaria, con la que Petro busca gestionar el sistema actual de entidades privadas por uno público y universal que garantice el derecho a la salud a toda la población. Esta apuesta ya le ha costado al mandatario la destitución de gran parte de sus ministros y el quiebre de su coalición con dos partidos que se declararon independientes.

“Con los escándalos están frenadas las reformas en el Congreso. Esto venía desde antes, porque la coalición de Petro ya estaba desarticulándose, pero ahora con las dudas planteadas en los últimos días va a ser aún más complejo para su gobierno impulsar reformas”, analiza en conversación con este medio la analista senior de Colombia Crisis Group Elizabeth Dickinson.

“Los diferentes cambios en el gabinete afectaron a su popularidad. Empezó con una promesa de gabinete amplio. Luego, se mostró reacio a los cambios en la reforma de Salud. Terminaron saliendo tres ministros a principio de año, y luego otros siete. Y se fue cerrando cada vez más a personas de su confianza”, suma Katherin Galindo, analista de Risk Analysis.

Además de la reforma de Salud, Petro intenta cumplir con otras de sus grandes promesas de campaña, como la reforma pensional y la laboral, a las que les queda poco oxígeno para avanzar en esta legislatura, según un análisis de La Silla Vacía.

Pocas victorias

Expertos consultados por LA NACION coinciden en que las victorias del primer gobierno de izquierda de Colombia han sido, hasta ahora, pocas. Su principal logro fue la aprobación de la reforma tributaria, con la que espera recaudar cerca de 3987 millones de dólares adicionales al año para destinarlos a su lucha contra el hambre y la pobreza. También acumuló aciertos en materia de redistribución de tierras, en un trabajo conjunto con la oposición, y avances en la Justicia Especial de Paz para los procesos de memoria de las víctimas de la violencia armada.

En cuanto al proyecto de Paz Total, el viernes Petro firmó un cese al fuego por seis meses con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una de las principales guerrillas de Colombia. Si bien es visto como una buena noticia, Botero ve con preocupación la situación de seguridad porque el gobierno propone un proyecto “muy ambicioso y poco claro”.

El presidente colombiano Gustavo Petro sonríe a los periodistas a su llegada a la Cumbre Sudamericana en el palacio Itamaraty, el martes 30 de mayo de 2023, en Brasilia, Brasil
El presidente colombiano Gustavo Petro sonríe a los periodistas a su llegada a la Cumbre Sudamericana en el palacio Itamaraty, el martes 30 de mayo de 2023, en Brasilia, Brasil

Los ceses al fuego entre el gobierno y las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo cayeron al poco tiempo de su firma y en paralelo, las víctimas de secuestro se triplicaron entre enero y abril de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Este fin de semana, Petro sumó como una victoria propia el rescate de los cuatro niños perdidos en la selva, luego del traspié que cometió semanas atrás, cuando aseguró erróneamente que las Fuerzas Armadas colombianas los habían encontrado.

¿Golpe blando?

En los últimos días, Petro afirmó ser víctima de lo que llama “golpe blando”, un término que “refiere a la intención de destituir a la presidencia desde las instituciones y no desde las Fuerzas Armadas”, según Galindo. El presidente incluso hizo alusión al caso del exmandatario de Perú, Pedro Castillo, a quien considera víctima de un golpe de Estado.

Sin duda algunos funcionarios han hecho cuestionamientos muy duros al gobierno y están en abierta confrontación. No le están haciendo la vida fácil, pero de ahí a afirmar que hay un esquema que busca hacerle daño con un golpe blando, yo creo que no”, coincide Botero.

“Petro tiene que tener respuestas para el pueblo colombiano de por qué no ha logrado cambios significativos hasta ahora. Entonces, de alguna manera, busca con esto una explicación”, opina Dickinson.

Para salir a flote, y de cara a las elecciones regionales en los próximos meses, contrario al discurso radicalizado que promulgó el martes pasado en la Plaza Bolivar frente a un grupo de seguidores, las analistas coinciden en que Petro debería dar un mensaje de unidad y dejar de lado las narrativas de un “nosotros contra ellos”.

“El escenario que más lo favorecerá es la capacidad de negociación con los partidos, con un gabinete amplio, y mostrándose dispuesto a pactar”, considera Galindo.