No haga caso al alarmismo de DeSantis y los republicanos de Florida sobre el derecho al aborto | Opinión

En un mundo posterior al revocatorio de Roe vs. Wade, donde el derecho al aborto se deja a los estados, no hay tema más importante en la boleta electoral de noviembre —para todos los floridanos— que garantizar el derecho constitucional de la mujer a la salud reproductiva.

Esta es la razón por la que, con el presidente Joe Biden haciendo campaña sobre el tema del aborto en Tampa el martes, el Partido Republicano de la Florida y el gobernador Ron DeSantis han estado ocupados alarmando e inventando falsedades sobre lo que implicaría establecer esos derechos grabados en piedra, según la propuesta de enmienda constitucional de la Florida.

“Radical”, llamó DeSantis a la enmienda. “Extremista”.

No es ni lo uno ni lo otro.

La enmienda no cambia, como sostuvo DeSantis, la autoridad de la Legislatura para exigir el permiso de los padres o tutores para que una menor pueda abortar.

Pero el gobernador y su procuradora general, Ashley Moody, no pudieron ganar en su esfuerzo máximo por conseguir que la conservadora Corte Suprema de la Florida impidiera el esfuerzo por dar a los electores el derecho a decidir sobre un asunto tan crucial para las mujeres. Uno que también pudiera tener un tremendo impacto en las elecciones presidenciales.

Así que los republicanos quieren ganar. Su estrategia es confundir a los electores independientes.

No caiga en la trampa.

La enmienda protegería a las floridanas del objetivo final del Partido Republicano: una prohibición total.

Para las mujeres, la lucha por el aborto en la Florida no es sobre Biden o los demócratas que compiten por volver al poder en la política estatal.

Es algo personal.

El aborto es un problema de salud que afecta directamente solo a las mujeres. Los hombres, como compañeros, tienen algo que ver, pero no hay comparación. Y sí, el aborto frente al parto forzado es una decisión que puede romper familias de mil maneras, otra razón por la que los políticos no deberían involucrarse.

Por el bien de todos, eliminen la política de la Florida roja del aborto, o quizá nuestros hijos y nietos no les perdonen el futuro que se les niega a nuestros seres queridos, y a extraños de cuyas vidas no sabemos nada y no deberíamos juzgar.

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El derecho al aborto apoya a las hijas

No, no es un cliché decir que el aborto es asistencia sanitaria. La decisión de dar a luz o no afecta a la salud física y mental de una mujer como ninguna otra cosa, salvo quizá una enfermedad mortal. El derecho al aborto no puede eliminarse de la mesa sin arriesgar vidas, ya que no todas tienen un embarazo seguro.

De hecho, un nuevo estudio de Northwestern Medicine informa que la tasa de mortalidad materna se acelera a un ritmo alarmante en todos los grupos de edad, con relativamente los mayores aumentos entre las personas de 25 a 29 y de 30 a 34 años.

Cuando sea su hija la que tenga un cigoto o un embrión en su interior que amenaza su vida, ustedes, sus padres –demócratas o republicanos– querrán que los médicos tengan acceso garantizado por la Constitución a cualquier herramienta que necesiten para mantenerla sana. En ese momento no querrán que los profesionales de la atención médica se vean obstaculizados por leyes establecidas por un partido político que pudieran enviarlos a la cárcel.

Y esta es nuestra realidad: Los profesionales médicos están petrificados ante la idea de ser procesados, ahora que la prohibición del aborto después de las seis semanas, aprobada por la Legislatura de la Florida y promulgada por DeSantis, entra en vigor el 1º de mayo, 30 días después del fallo de la Corte Suprema de la Florida.

La representante federal Debbie Wasserman Schultz, a la izquierda, consuela a Anabely Lopes, quien tuvo que salir de la Florida para abortar. Su feto tenía una enfermedad mortal.
La representante federal Debbie Wasserman Schultz, a la izquierda, consuela a Anabely Lopes, quien tuvo que salir de la Florida para abortar. Su feto tenía una enfermedad mortal.

Una prohibición después de las seis semanas es, en el mundo real, una prohibición absoluta.

Lo más probable es que, en una etapa tan temprana del embarazo, una mujer —o una adolescente, especialmente— no sepa que está embarazada. Y si usted cree que su hija no tiene relaciones sexuales porque le ha enseñado a hacerlo mejor, no está viviendo en un mundo real. Si no cree que puede ser violada en la secundaria o en la universidad, vive en una burbuja.

Sean los defensores de sus hijas y nietas y defiendan el derecho al aborto en la Florida. Cuestionen los motivos de las personas que les han quitado esos derechos, poniendo obstáculos a las niñas que los niños no tienen que afrontar.

No hay nada “malo” en “consagrar el aborto”, como enmarcan los cabilderos antiabortistas el esfuerzo por aprobar la Enmienda 4, en la Constitución de la Florida.

Lo que es inconcebible es lo poco que les importa la vida de las mujeres a los líderes republicanos de la Florida.