Bromas pesadas a funcionarios rusos en protesta por la guerra de Ucrania

Desde hace unos días está activo un sitio web desde el que cualquier usuario en cualquier parte del mundo, haciendo clic, puede poner en contacto a dos funcionarios rusos de manera aleatoria con el único objetivo de generar confusión. Se trata de una iniciativa puesta en marcha por un grupo de hackers que han llamado a su acción Waste Russian Time y que, como su propio nombre en inglés indica, tiene como fin hacer perder el tiempo a los funcionarios rusos como acción de protesta contra la invasión a Ucrania por parte de Rusia.

Solo hay que hacer clic en el icono de la llamada para conectar a dos funcionarios rusos al azar y escuchar la confusión. (Foto: Captura de wasterussiantime.today)
Solo hay que hacer clic en el icono de la llamada para conectar a dos funcionarios rusos al azar y escuchar la confusión. (Foto: Captura de wasterussiantime.today)

En su perfil de Twitter, abierto este mismo mes de mayo y que ya cuenta con cerca de 5.000 seguidores, el grupo se hace llamar The Obfuscated Dreams of Scheherazade (como el personaje de Las mil y una noches) y se definen como “un colectivo de artistas, científicos y dentistas haciéndoles perder el tiempo a los traficantes de guerra rusos”. En Wired, donde han hablado con quienes están detrás de la web, explican que el funcionamiento es bastante sencillo y que lo que hace es conectar a dos funcionarios rusos.

Quien activa la llamada se queda como mero oyente de la confusión mientras los otros dos participantes intentan averiguar quién ha llamado a quién y por qué sin que haya respuesta a ninguna de esas preguntas. Al menos, esa es la idea. La decisión de no dejar participar a quien activa la llamada es por seguridad. Según han explicado, no querían que por cualquier error o descuido pudiesen ser identificados y meterse en problemas.

El listado de números incluidos en WasteRussianTime.today provienen de las filtraciones que han tenido lugar en este sentido desde que comenzó la guerra el pasado 24 de febrero. Uno de los responsables, que responde al pseudónimo de Shera, ha comentado a Wired que lo que esperan es que “haya confusión, que se molesten y que estas llamadas puedan ser incluso interesantes para escuchar para las personas que hablan ruso. Esta guerra comenzó dentro de Moscú y San Petersburgo, dentro del círculo de poder de Putin, y eso es lo que queremos molestar”.

Según sus números, cuentan con una base de datos de unos 5.000 teléfonos, tanto fijos como móviles, que pertenecen a personal de la Duma, policía militar y miembros del Servicio de Seguridad, entre otros cargos y desempeños. En la web, que también cuenta con versión en castellano, se hacen llamamientos como “únete a la intervención civil contra la guerra” y se publican textos como “si estás hablando por teléfono, no puedes lanzar bombas ni coordinar soldados”.

Wired estuvo haciendo pruebas antes del lanzamiento y detectó varios errores y fallos que los creadores dijeron estar trabajando en solucionar para mejorar la aplicación. Sobre cómo surgió la idea, que ha costado alrededor de tres meses poner en marcha, han contado que fue el resultado de una búsqueda de posibles acciones para protestar contra la guerra en Ucrania.

En un principio se les ocurrió que podrían organizar llamadas a la población para contarles la realidad que oculta en Kremlin bajo su propaganda, pero no lo vieron factible. Entre otras cosas, por la necesidad de hablar ruso. Así que optaron por la opción del troleo a los funcionarios asegurándose, dicen, de haber filtrado los teléfono incluidos para no molestar a civiles. “Estamos haciendo todo lo posible para no llamar a una abuela al azar en Siberia”, ha declarado Shera a Wired.

Preguntado por esta iniciativa, que sus creadores creen que tiene fecha de caducidad y acabará siendo bloqueada, el investigador y periodista búlgaro de Bellingcat que colaboró con el opositor ruso Navalny, Christo Grozev, ha señalado la parte negativa de esa iniciativa. “Cada vez que algo como esto se hace público, todo el departamento cambia sus números, y eso no es bueno para las investigaciones, incluidas las investigaciones periodísticas”, asegura Grozev. Aún así, valora positivamente la idea, que considera “una gran operación psicológica. Es más una broma de un programa matutino de radio que una operación periodística”.

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