Hacer actividad física prolonga la vida, aunque no se llegue a niveles recomendados

Por Kathryn Doyle NUEVA YORK (Reuters Health) - Permanecer activos, aunque sólo sea un poco, garantiza los beneficios de la longevidad. Las personas que durante muchos años hicieron menos actividad física que el mínimo recomendado seguían acumulando una reducción considerable del riesgo de morir con respecto de las que no hacían actividad alguna, según reveló un nuevo análisis de seis estudios. "Nuestros resultados respaldan las Guías de Actividad Física para los Estadounidenses del 2008, que recomiendan hacer un mínimo de 150 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio intenso por semana para obtener un beneficio "sustancial" para la salud. También sugieren que duplicar ese mínimo proporciona un beneficio "adicional", dijo la autora principal, Hannah Arem, del Instituto Nacional del Cáncer, Bethesda, Maryland. Su equipo analizó información de más de 660.000 hombres y mujeres de Estados Unidos y Europa que habían participado en estudios previos. En la mitad de los estudios, el seguimiento de los participantes había durado más de 14 años. En general, hubo 116.686 muertes. De acuerdo con lo que habían respondido los participantes, los que hacían menos actividad física que el mínimo recomendado seguían siendo un 20 por ciento menos propensos a morir durante el período de estudio que los más sedentarios. El riesgo de morir disminuía un 31 por ciento con una o dos veces el mínimo de actividad física recomendado y un 37 por ciento con dos a tres veces ese mínimo de actividad. Y ese riesgo parecía alcanzar una meseta con entre tres y cinco veces la mínima cantidad de actividad física recomendada, que equivale a caminar por lo menos siete horas por semana o a correr 2,15 minutos semanales, según explicó Arem vía e-mail. En JAMA Internal Medicine, el equipo indicó que no surgió evidencia de que hacer hasta 10 veces el mínimo recomendado produciría algún daño. Los resultados no variaron si los investigadores analizaban la mortalidad por cualquier causa o, específicamente, por enfermedades cardiovasculares o cáncer. "Aunque controlamos los factores de riesgo conocidos de mortalidad, como el IMC o el tabaquismo, no pudimos hacerlo con la alimentación porque no contábamos con esa información para todas las cohortes", sostuvo. "Pero análisis previos de esas mismas cohortes en los que los datos alimentarios estaban disponibles, la relación entre la actividad física y la mortalidad se mantuvo aun tras considerar la dieta", aseveró. Todd M. Manini, de la Universidad of Florida, en Gainesville, y autor de un editorial sobre el estudio, consideró que los nuevos resultados refuerzan las recomendaciones vigentes, que ya aseguran que hacer un poco de actividad física es mejor que no hacerla. "Con apenas algo más que nada, se alcanza una disminución de la mortalidad del 20 por ciento", dijo por vía telefónica. "Esa fue la gran diferencia al pasar de una a otra categoría", indicó. Explicó que caminar a paso rápido apenas una hora o trotar o andar en bicicleta 30 minutos por semana es suficiente para avanzar a la primera categoría desde la inactividad. Manini dijo que superar la cantidad de actividad física recomendada no pareció reducir mucho más el riesgo de morir, aunque existen otros beneficios para la salud más allá del riesgo de morir. Arem atribuyó los resultados a la cantidad de actividad más que a la intensidad. FUENTE: JAMA Internal Medicine, online 6 de abril del 2015.