Tenemos que hablar de lo absurdo de la violencia: Bernal

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 2 (EL UNIVERSAL).- Este es el retrato de la familia perfecta, o al menos, eso parece: tiene hijos con los que cualquiera soñaría, el coche deseado y una situación económica envidiable. Hasta que una noche llega un embozado.

"Tenemos que hablar de lo absurdo de la violencia", advierte Juan Manuel Bernal, quien da vida a ese hombre misterioso.

"La historia está hecha para introducir a todos el 'vean qué bonita familia', sólo faltando la música feliz de Disney atrás (risas), pero de pronto este personaje llega y dice: soy Dios y vengo a que digan sus pecados", explica.

"Confesiones", que llega este jueves a salas mexicanas, es un thriller dirigido por Carlos Carrera ("El crimen del padre Amaro") y en cuyo elenco se encuentran, entre otros, Claudia Ramírez, Emilio Treviño y el chileno Luis Gnecco ("Neruda" y "No"). La historia comienza con la desaparición de la hija pequeña de la familia y toma un giro cuando uno de los captores llega a la casa no para exigir rescate, sino para revelar algo grave que alguno de ellos oculta.

Como aparentemente cada uno lleva una vida secreta, los momentos de tensión y de duda permean a cada uno de los personajes durante la hora y media que dura el filme, presentado recién en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

"Desde el guión había cosas muy delicadas y era ver cómo le hacemos para no ser clasificación D (sólo adultos) y cómo no le escatimamos a la violencia", cuenta Carrera.

"Hay quien dice que es violenta, que hay cosas explícitas, pero lo que sucede a nivel discurso es peor que la violencia visual".

Un ejemplo de ello es el personaje de Ramírez ("Sólo con tu pareja"), que ha vivido todo su matrimonio bajo un halo machista, pero en ningún momento se siente víctima.

"Ella sabe quién es su esposo, está consciente de ello y hasta dónde lo va dejando. Lo que pasa luego es que todo se sale de control", apunta.

"Confesiones" requirió prácticamente de una locación y el mínimo de elenco. Rodada en el primer trimestre de 2022, es la nueva apuesta de Sony México para producir cine nacional, que ya tuvo en sus manos "Guerra de likes" y la reversión de "La boda de mi mejor amigo".

"Al principio dudé si quería estar en una película tan oscura, pero lo vale, más en estos momentos en que parece que la gente debe cobrar justicia por su propia mano o cuando si haces un comentario que no gusta, de inmediato te critican y juzgan, porque todos son perfectos. En esta película, de lo que hay que hablar, es del final", apunta Bernal.