Jefe de la ONU ve con buenos ojos compra de hoja de coca en Colombia si impide el tráfico

En esta imagen de archivo, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, interviene en una reunión del Consejo de Seguridad en la sede de la ONU, el 25 de septiembre de 2024. (AP Foto/Seth Wenig, archivo)

BOGOTÁ (AP) — El secretario general de la ONU aseguró el miércoles que es válido reflexionar sobre la eficacia de los mecanismos con los que se combate el narcotráfico como ha insistido el presidente colombiano, Gustavo Petro, y vio como positiva una de sus propuestas para comprar a campesinos la hoja de coca que cultivan siempre y cuando busque impedir el tráfico.

Se trata de un proyecto que aún no se ha implementado en Colombia, pero que Petro ideó como una forma de que cientos de campesinos de El Plateado, un convulso pueblo en el suroeste del país, rompan con su dependencia económica de la hoja de coca —materia prima de la cocaína— que es considerada la principal economía de la zona. Una reciente incursión militar ha intentado retomar el control de la zona donde operan grupos armados ilegales.

La propuesta ha generado debate en el país sudamericano porque se trataría de la primera vez que el Estado compra directamente a campesinos el producto de un cultivo ilícito, sin que se conozca el detalle de cómo se introduciría al mercado legal.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo a la prensa que aunque no conoce el detalle de ese proyecto, lo ve con buenos ojos siempre y cuando la compra sea efectuada para “luego ser utilizada de una forma positiva” y las autoridades puedan “garantizar que haya una neutralización de esa producción y que esa producción no alimente el tráfico” de estupefacientes.

“Naturalmente, el objetivo nuestro tiene que ser un objetivo de preservar la salud de la gente en todo el mundo”, agregó Guterres en declaraciones dadas desde Cali, Colombia, donde se celebra la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP16) de las Naciones Unidas.

Petro, quien se reunió con Guterres en el marco de la COP16, renovó la política antinarcóticos de su país alejándose del enfoque prohibicionista para optar por una que no persigue a los pequeños cultivadores de hoja de coca ni prioriza erradicar forzosamente sus cultivos con ayuda de militares. En cambio, busca aumentar la presión a los narcotraficantes, al priorizar incautaciones y perseguir el lavado de activos.

“El apelo (requerimiento) del presidente Petro a una reflexión sobre los mecanismos que hoy tenemos en relación con el combate al narcotráfico... sobre la eficacia de los mecanismos que hoy tenemos... debe ser escuchado”, señaló Guterres.

Colombia sigue siendo el país con mayor área de coca sembrada en el mundo. En 2023 alcanzó las 253.000 hectáreas, un 10% más que el año anterior en el que había 230.000 hectáreas, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. También aumentó en un 53% la producción potencial de cocaína, lo que significa que actualmente se produce dos veces la cantidad de cocaína que hace una década.

A su vez el jefe de la ONU reafirmó su apoyo al proceso de paz que firmó en 2016 el Estado colombiano con la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y cuya implementación es verificada por una misión de la ONU.

“Llegando con avances y desafíos a su octavo aniversario, este histórico acuerdo debe de mantenerse en el centro de los esfuerzos de consolidación de la paz. El acuerdo sigue siendo la hoja de ruta principal para romper con los ciclos de violencia en Colombia”, indicó Guterres.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el miércoles por unanimidad la ampliación por un año de la misión en Colombia que verifica el acuerdo de paz. El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, agradeció el apoyo del Consejo y celebró la “confianza plena” que tiene la ONU en las recientes medidas que el gobierno colombiano ha propuesto para superar las dificultades y acelerar el cumplimiento del acuerdo.

El secretario general de la ONU también respaldó la política de “paz total” con la que el gobierno de Petro adelanta diálogos simultáneos con grupos armados que persisten en el país. Aseguró que se trata de un “objetivo loable” que a pesar de los desafíos buscan “ampliar la paz” de manera complementaria al acuerdo con las FARC.

El gobierno colombiano adelanta diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional, que están actualmente suspendidos luego de que la guerrilla atacara una base militar, y con disidencias de las FARC que no se acogieron a lo pactado en 2016.