¿Le gusta la moda rápida? Los bajos precios de las vacaciones tienen un alto costo | Opinión

Es época de rebajas, pero, al otro lado del planeta, esos precios bajos tienen un alto costo. Esto es especialmente cierto en el caso de la “moda rápida” el equivalente en ropa a una Big Mac: atractivo, asequible y de usar y tirar.

Las mujeres de Bangladesh que trabajan como obreras de la confección mal pagadas para que nosotros podamos llevar atuendos dispensables están haciendo oír su voz lo suficientemente alto como para resonar a través de los océanos. Las protestas masivas por salarios más altos conmocionaron al país del sur de Asia.

Bangladesh es el segundo exportador mundial de ropa, después de China. Reconocidas marcas como H&M, Zara, Calvin Klein, American Eagle y Tommy Hilfiger, entre otras, confían en las fábricas de ropa de Bangladesh.

Los cuatro millones de trabajadores de la confección del país, en su mayoría mujeres, cobraban hasta hace poco un mísero salario de apenas $75 al mes y llevaban años sin recibir un aumento. De acuerdo con una estimación, el costo de la vida para una persona sola en Bangladesh es de unos $360 al mes, sin incluir el alquiler.

Los trabajadores exigieron unos modestos $205 al mes, pero los aumentos salariales ofrecidos por los fabricantes del país apenas llegan a la mitad.

Al intensificarse las protestas, la primera ministra Sheikh Hasina —en otro tiempo aclamada como líder liberal— desató a las fuerzas de seguridad, que intimidaron y atacaron a los organizadores sindicales. Recientemente, la policía le disparó mortalmente a una madre de 23 años y operadora de máquinas de coser llamada Anjuara Khatun luego de disparar contra los manifestantes.

A primera vista, las marcas estadounidenses que compran sus inventarios a las fábricas de Bangladesh parecen estar en el lado correcto de la lucha. La American Apparel and Footwear Association (AAFA), un grupo comercial del sector, escribió una carta conjunta instando a Hasina a “elevar el salario mínimo a un nivel [...] suficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores”.

AAFA incluso le pidió al gobierno que evitara tomar represalias contra los sindicatos y respetara “los derechos de negociación colectiva”. El Departamento de Estado (DOS) estadounidense emitió un comunicado en el que decía “Elogiamos a los miembros del sector privado que respaldaron las propuestas sindicales de un aumento salarial razonable”.

Además, los minoristas mundiales están ofreciendo reducir sus beneficios aumentando el precio que le pagan a las fábricas para ayudar a compensar el aumento salarial. En la actualidad, el costo de la mano de obra para producir prendas de vestir apenas representa entre el 10% y el 13% del costo total de fabricación de un producto.

Pero ¿realmente se comprometen las empresas a aumentar los salarios de los trabajadores de la confección de ropa?

Una encuesta hecha en unas 1,000 fábricas de Bangladesh, publicada a principios de 2023, reveló que empresas como Zara y H&M pagaban mal a las fábricas por la compra de prendas, lo que les dificultaba pagar a sus trabajadores, y, cuando la pandemia de COVID-19 provocó paros en todo el mundo, los grandes minoristas cancelaron pedidos y retrasaron los pagos.

“Solo cuando los proveedores pueden planificar con antelación, con la confianza de que ganarán lo esperado”, le dijo un experto del sector a The Guardian, “pueden ofrecer buenas condiciones laborales a sus trabajadores”.

Han pasado más de 10 años desde el mortal derrumbe de Rana Plaza de Bangladesh, el peor desastre de la industria de la confección en el mundo. El complejo de ocho plantas de Dhaka estaba lleno de miles de trabajadores cuando se derrumbó bajo el peso de la negligencia del gobierno y la explotación de los trabajadores en abril de 2013. Murieron más de 1,100 trabajadores, la mayoría mujeres.

Tras la catástrofe, las marcas norteamericanas se negaron a unirse a otras empresas mundiales en la firma del Acuerdo sobre Seguridad en Incendios y Construcción en Bangladesh. Alegando altos costos, optaron por formar su propia alianza para inspeccionar las fábricas, una alianza que aplicaba normas de seguridad menos estrictas.

Fue un claro indicador de en dónde están las prioridades de estas empresas y sugiere que sus últimos comentarios sobre salarios más altos son solo palabras vacías.

Se prevé que la moda rápida duplique con creces el tamaño de su mercado en seis años, pasando de $91,000 millones en 2021 a $185,000 millones en 2027. Mientras tanto, los trabajadores que alimentan los beneficios detrás de esa expansión se enfrentan a la inanición.

En estas fiestas, tal vez el mejor regalo que podemos hacer es comprometernos a obligar a la industria a pagar.

Sonali Kolhatkar es la presentadora de “Levántate con Sonali”, un programa de radio y televisión en las emisoras Free Speech TV y Pacifica. Este artículo de opinión fue producido por Economy for All de Independent Media Institute (IMI) y adaptado para su distribución por OtrasPalabras.org.

Kolhatkar.
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