En un guiño a Europa, Giorgia Meloni tuvo su primera reunión internacional con Emmanuel Macron

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni - Créditos: @ANGELO CARCONI

ROMA.- En la jornada del traspaso de mando, en la que, como es tradición, Giorgia Meloni, recibió de manos del premier saliente, Mario Draghi, una simbólica campanita de plata y luego encabezó su primer consejo de ministros, la flamante premier tuvo su primera reunión internacional “informal”, nada menos que con el presidente francés, Emmanuel Macron, jugador clave del escenario político europeo.

Aunque fue el destino, ya que Macron viajó a Roma para participar de un evento por la paz de la Comunidad de San Egidio –en el que también participa el dirigente social argentino Juan Grabois y que cerrará el Papa este miércoles-, Meloni aprovechó enseguida para organizar un primer tete a tete. Este primer encuentro internacional, que volvió a reflejar que la líder del primer gobierno de derecha extrema de Italia desde la Segunda Guerra Mundial, quiere tener buenas relaciones con una Unión Europea (UE) que la mira con aprensión, tuvo lugar pasadas las 20 locales en el hotel donde se hospeda Macron, que mañana se reunirá con Francisco y con el presidente de Italia, Sergio Mattarella.

El cara a cara entre Macron y Meloni -que en su pasado extremista, en mítines en el que ostentó un rostro distino, mucho menos moderado que el actual, habló pestes del presidente francés-, duró más de una hora. Fue informal, cordial y productivo, consignó un comunicado, que informó que los dos líderes tocaron todos los principales temas europeos: “la necesidad de dar respuestas veloces y comunes” sobre la cuestión de la crisis energética, el respaldo a Ucrania, la difícil coyuntura económica, la gestión de los flujos migratorios.

Macron y Meloni “coincidieron sobre la voluntad de continuar con una colaboración sobre los grandes desafíos comunes a nivel europeo y en el respeto de los recíprocos intereses nacionales”, también indicó el comunicado de Palazzo Chigi, sede del gobierno.

Desde su cuenta de tuitter Macron, que subió una foto de los dos líderes charlando en la espectacular terraza de su hotel, cuando ya era oscuro, comunicó algo parecido. “Es en cuanto europeos, países limítrofes, por la amistad de nuestros pueblos, que con Italia debemos seguir el trabajo comenzado”, dijo, aludiendo a la evidente “buena onda” que tenían Macron y el premier saliente, Mario Draghi. “Hacerlo juntos, con diálogo y ambición, es lo que le debemos a nuestros pueblos y a nuestros jóvenes. Este encuentro con Giorgia Meloni va en esa dirección”, agregó.

El presidente de Italia, Sergio Mattarella, junto a la nueva primera ministra del país, Giorgia Meloni, durante la ceremonia de toma de posesión, en el Palacio del Quirinal, Roma, el 22 de octubre de 2022
El presidente de Italia, Sergio Mattarella, junto a la nueva primera ministra del país, Giorgia Meloni, durante la ceremonia de toma de posesión, en el Palacio del Quirinal, Roma, el 22 de octubre de 2022

El tuit reflejó la preocupación existente en las capitales europeas por el dramático cambio que significa pasar de un gobierno liderado por un convencido europeísta como Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) y la figura más prestigiosa de Italia, a Meloni, la primera mujer que llega al poder, de apenas 45 años y líder de Hermanos de Italia, un partido de derecha posfascista.

Más allá de los resquemores por el giro, el “body language” que pudo verse por la mañana en el traspaso de mando que hubo entre Draghi y Meloni fue más que positivo. Ambos aparecieron entonces sonrientes y con miradas cómplices. Aunque lo más elocuente fue que, antes de este traspaso simbólico, Draghi y Meloni tuvieron una reunión de una hora y media. Un tiempo largo en el cual se deduce que Meloni, que tiene una tarea titánica por delante, escuchó los consejos de “súper Mario”.

Más tarde, en el primer consejo de ministros jamás liderado por una mujer en Italia, Meloni -aliada con Forza Italia del ex premier, Silvio Berlusconi y la xenófoba Liga, de Matteo Salvini-, fue muy clara: “debemos mantenernos unidos, hay emergencias que enfrentar en el país. Debemos trabajar juntos, hace falta espíritu de equipo”, dijo.

Y, en una movida que confirmó que quiere que cierta continuidad, no sólo a nivel internacional, con Draghi, decidió nombrar como “consejero energético” a Roberto Cingolani, hasta ahora ministro de transición ecológica.