Guerrero, el estado olvidado por todos en México ante su entorno diario de terror

Una imagen captada en Chilpancingo, Guerrero.  FOTO ARCHIVO CUARTOSCURO.COM
Una imagen captada en Chilpancingo, Guerrero. FOTO ARCHIVO CUARTOSCURO.COM

La violencia generada por la delincuencia organizada es un hecho que hoy afecta a más de la mitad de los estados en el país, pero Guerrero sobresale entre todas en este momento. Por décadas ha venido avanzando en su dominio territorial, en la acumulación de recursos financieros, producto del cultivo, procesamiento y tráfico de drogas, sus armas se multiplicaron y sofisticaron, son un importante factor de subsistencia para muchas familias a las que emplea.

El crecimiento de la delincuencia se tradujo en poder, cuando inició su intervención en las campañas políticas, financiando candidatos o eliminando a los que no fueron convenientes para sus intereses. Cuando los persiguió la autoridad, diversificaron su actividad hacia otros delitos, como el secuestro, la extorsión, el robo de combustibles, como gasolinas y gas, el tráfico de personas y otros.

Esto pasa en diferentes entidades, pero parece que todas las acciones de los delincuentes se practican en el estado de Guerrero, donde por décadas la violencia es cosa de todos los días. En los años 70 del siglo pasado las guerrillas de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas se levantaron en armas en contra del dominio de los caciques del estado y el abandono de la federación. Posteriormente aparecieron los traficantes que iniciaron el cultivo de drogas en lo profundo de la sierra.

El siglo 21 empezó en Guerrero con el surgimiento de las autodefensas organizadas por los pueblos que se oponen al despojo de sus tierras, reclamadas por la delincuencia para extender sus áreas de cultivo. Las autodefensas pusieron en evidencia la insuficiencia del Estado, en sus niveles municipal, estatal y federal, para garantizar la seguridad de los ciudadanos que tomaron las armas en defensa de su patrimonio y su vida.

TAXCO, GUERRERO.- El servicio de transporte público en la ciudad de Taxco, en la zona norte de Guerrero, se suspendió durante casi una semana por amenazas del crimen organizado contra los transportistas.  FOTO: ESPECIAL/ ARCHIVO CUARTOSCURO.COM
TAXCO, GUERRERO.- El servicio de transporte público en la ciudad de Taxco, en la zona norte de Guerrero, se suspendió durante casi una semana por amenazas del crimen organizado contra los transportistas. FOTO: ESPECIAL/ ARCHIVO CUARTOSCURO.COM

La pandemia del covid-19 y el huracán Otis fueron dos catástrofes naturales aprovechas por la delincuencia en Guerrero para avanzar en su objetivo de dominio, generando con su acción la percepción de un vacío de poder, debido a la persecución marginal realizada por las autoridades.

Hoy la delincuencia en Guerrero continúa produciendo y exportando drogas. Extorsiona a empresarios grandes, medianos y pequeños, todo aquel que vende algo o presta algún servicio, como los taxis, debe pagar derecho de piso. Los efectos de su acción paralizaron, total o parcialmente, la actividad social y comercial en Acapulco, Taxco, Chilpancingo, Tlapa, Iguala y otras.

Ante esta realidad que mantiene en crisis social y económica a Guerrero, los cuatro obispos de la iglesia católica se reunieron en días recientes, por separado, con líderes de grupos delictivos para solicitarles una tregua que permita recuperar la paz en el estado.

Los obispos Dagoberto Sosa Arriaga, Joel Ocampo Gorostieta, José de Jesús González Hernández y Leopoldo González no alcanzaron acuerdos con los criminales, que plantearon condiciones, como el reparto territorial.

El obispo José de Jesús González Hernández, comentó que los grupos valoran su dominio territorial. Dice que “no lo sueltan, les ha costado vidas, les ha costado trabajos, les ha costado dizque ganárselos”. Según su percepción, los encuentros fracasaron porque para las organizaciones criminales son más importantes el dinero, el territorio conquistado y el poder.

El obispo González Hernández comentó que los obispos tienen temor de que la violencia aumente con motivo del inicio de las campañas electorales y vaya a haber conflicto social y más muertos. Señaló que el gobierno del estado tiene la solución al problema de la violencia, pero dejó actuar a la delincuencia, por lo que pidió a las autoridades no corromperse. (Excelsior, 15 de febrero de 2024)

Hoy el presidente López Obrador realizó su mañanera en Acapulco, Guerrero, interrogado sobre la intervención de los obispos, dijo: "Siempre los integrantes de todas las iglesias ayudan en la pacificación del País. Lo veo muy bien, todos tenemos que contribuir, pero desde luego la responsabilidad es del Estado. Sí, nosotros lo vemos bien, lo vemos muy bien. Nada más que nada de acuerdos que signifiquen conceder impunidad, privilegios, licencias para robar.

Es cierto que en Guerrero están más de 15 mil efectivos del Ejército, Marina y Guardia Nacional. No obstante, continúan los asesinatos y extorsiones contra transportistas y comercios lo que llevó a la suspensión de actividades en cuatro ciudades. Denuncian los obispos: “De qué sirve que manden más soldados o guardias nacionales si solo patrullan un día o dos y luego se van. Los criminales regresan y es un cuento de nunca acabar. No se agarra a ninguno o los dejan ir o no tienen permiso de seguirles, ahí está una causa. El presidente les dijo que abrazos y no balazos, pues los dejan ir; nos cuestionamos la actitud del gobierno”. (El Sol de México, 15 de febrero de 2024)

Al presidente López Obrador le parece bien que los obispos hagan el trabajo que él debería realizar. En unos meses ya no va a estar. Las omisiones del Estado crean el vacío de poder que genera condiciones propicias a los delincuentes para seguir actuando. Para desgracia del pueblo de Guerrero la buena voluntad de los obispos no alcanza. Hace falta la voluntad política y esa, por ahora, está ocupada en la sucesión presidencial.

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