Guerra en Medio Oriente: el desastre en el hospital de Gaza genera protestas en el mundo árabe y complica la visita de Biden
JERUSALÉN.- Medio Oriente es la región de lo impredecible. Una explosión en el hospital bautista Al-Ahli de la Franja de Gaza, que causó este martes por lo menos 500 muertos según el Ministerio de Salud del enclave -pero que según el Ejército israelí fue causado por un fallido lanzamiento de un misil de parte de la Jihad Islámica, grupo aliado de Hamas-, elevó como nunca la tensión en este rincón del mundo y pareció abrir nuevos escenarios.
El bombardeo, que deberá ser investigado y que dio lugar a acusaciones cruzadas, inflamó aún más los ánimos. “Todo el mundo sabe: los barbáricos terroristas de Gaza son quienes atacaron el hospital, no el Ejército israelí. Ellos, que brutalmente mataron a nuestros chicos, también matan a sus chicos”, clamó el primer ministro Benjamin Netanyahu, que pareció consciente de que este ataque, que enmudeció al mundo, podría volverse un bumerán para Israel.
The entire world should know: It was barbaric terrorists in Gaza that attacked the hospital in Gaza, and not the IDF.
Those who brutally murdered our children also murder their own children.— Benjamin Netanyahu - בנימין נתניהו (@netanyahu) October 17, 2023
Las naciones árabes denunciaron el ataque como un nuevo crimen de guerra de Israel, acusado desde hace más de una semana de imponer un castigo colectivo a civiles de Gaza que nada tienen que ver con el salvaje asalto perpetrado por Hamas el 7 de octubre.
RAW FOOTAGE: A rocket aimed at Israel misfired and exploded at 18:59—the same moment a hospital was hit in Gaza. pic.twitter.com/Kf5xJazSap
— Israel Defense Forces (@IDF) October 17, 2023
La explosión en el hospital de Gaza generó el peor clima en vista de la esperada visita, este miércoles, del presidente Joe Biden a Israel, que estará cinco horas aquí. También tenía previsto volar luego hacia Jordania, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores del reino informó este martes que canceló la cumbre en la que participaría el jefe de la Casa Blanca.
“Se celebrará cuando se haya tomado la decisión de detener la guerra y poner fin a estas masacres”, dijo el ministro jordano de Relaciones Exteriores, Ayman Safadi, en referencia al bombardeo del hospital en Gaza.
Jordan says summit with U.S., Egypt and Palestinian leaders in Amman is cancelled https://t.co/jOlr22y5RJ
— Haaretz.com (@haaretzcom) October 17, 2023
Tras ser notificado de la cancelación, Biden -que ya partió rumbo a Israel- pospuso el viaje a Amán. El mandatario norteamericano tenía previsto allí un encuentro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas; el rey de Jordania, Abdullah II, y el presidente de Egipto, Abdelfatah al-Sisi. Antes de la cancelación de la cumbre, tras conocer la noticia de las muertes en el hospital de Gaza el cada vez más debilitado Abbas ya había desistido de presentarse.
”Biden espera poder consultar en persona con estos líderes en breve, y acordó mantener un contacto regular y directo con cada uno de ellos en los próximos días”, señaló un funcionario de la Casa Blanca.
Su renuncia tuvo que ver con la ola de indignación y un estallido de rabia en Ramallah, en Cisjordania, tras la difusión de las imágenes del bombardeo y posterior incendio del hospital de Gaza. Miles de personas salieron a manifestarse y a pedir su cabeza. Abbas es acusado por no haber sabido defender la causa palestina en los últimos 20 años -a diferencia de Hamas, en el poder en Gaza-, por los casos de corrupción en la ANP que dirige y por haber siempre cedido a las presiones y negociado no sólo con Israel, sino con Estados Unidos, sin ningún resultado.
IDF Spokesperson RAdm. Daniel Hagari confirms: Islamic Jihad is responsible for the rocket that hit the hospital in Gaza. pic.twitter.com/Tssfl5M7Ew
— Israel Defense Forces (@IDF) October 17, 2023
En imágenes nunca antes vistas, en Ramallah cientos de jóvenes salieron a tirarle piedras a la policía palestina -que se protegía con escudos y cachiporras- y a causar destrozos en la plaza principal de esa ciudad de Cisjordania, bajo control de Israel.
El ataque al hospital de Gaza, que fue condenado por todo el mundo, se dio al cabo de una jornada marcada por la conmoción por la difusión, el lunes por la noche, del primer video en el que se ve con vida a uno de los 199 rehenes capturados por el grupo terrorista palestino: Maya Sham, una joven franco-israelí de 21 años.
“Ella sólo había ido a una fiesta”, clamó su madre, Keren Sherf Shem -físicamente muy parecida a la joven secuestrada-, en una conferencia de prensa en Tel Aviv. “Le ruego al mundo que traiga a mi bebé a casa”, imploró, desesperada.
La difusión de ese minuto de video de la chica secuestrada -que cuenta que le curaron unas heridas en el brazo, que la tratan bien y que pide ayuda para volver a casa “lo antes posible”-, coincidió con la noticia de la visita, este miércoles, de Biden, que significó la puesta en pausa el anunciado plan de invasión terrestre de Gaza.
Considerada histórica y sin precedente, ya que se da después del atentado terrorista más cruento ocurrido en Israel -que hasta ahora dejó 1400 israelíes muertos-, la visita de Biden no sólo congeló, al menos por un momento, la invasión terrestre de Gaza. “Nos estamos preparando para las próximas etapas de guerra. No hemos dicho cómo van a ser. Todos hablan de una ofensiva terrestre, pero podría ser algo diferente”, dijo el vocero del ejército Richard Hecht, en declaraciones que parecieron una marcha atrás y causaron más preguntas.
¿La visita de Biden logrará que Israel contenga su represalia contra Hamas en Gaza -cada vez más criticada por organismos humanitarios y defensores de derechos humanos- y pueda lograrse un cese del fuego para que llegue allí ayuda humanitaria? ¿Biden podrá ayudar de algún modo a que tengan éxito las tratativas diplomáticas subterráneas que arrecian para intentar la liberación de algunos de los 199 rehenes, entre ellos muchos extranjeros?
Eran los interrogantes que reinaban en un ambiente cada vez más tenso y volátil. Con el grupo chiita pro-iraní Hezbollah atacando el norte de Israel desde el sur del Líbano; con Irán amenazando con intervenir si la ofensiva sobre Gaza no se detiene, y con Hamas aún lanzando cohetes a ciudades del sur y centro del país, pese a un asedio de 11 días.
Se espera que Biden -que el año que viene busca ser reelecto- manifieste en su visita su respaldo inequívoco a Israel, un país desde siempre aliado de la superpotencia occidental. Días atrás, así lo hicieron también el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el ministro de Defensa, Lloyd Austin.
El Pentágono anunció que 2000 soldados habían sido puestos en alerta para un eventual despliegue en Medio Oriente. Pero, mientras detrás de bambalinas la diplomacia internacional se está moviendo para intentar negociar una salida para los rehenes, Biden también podrá recomendarle Israel no ocupar nuevamente Gaza tras una invasión terrestre para desterrar Hamas, algo que, como dijo una entrevista, “podría ser un gran error”.
Reveses para Hamas
Allí, el Ejército israelí por onceavo día siguió atacando desde el aire la franja, con el objetivo de eliminar a Hamas. En ese marco, anunció haber asesinado en un bombardeo a uno de sus cabecillas más importantes: Ayman Nofal, un comandante de las Brigadas al-Qassam, el brazo armado del grupo terrorista. Además, anunció haber matado a tres miembros de la familia del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, que desde hace años no vive en Gaza, sino en Qatar.
Según voceros de Hamas, en los bombardeos de los últimos días murieron 22 rehenes, información imposible de verificar. Se presume que los secuestrados, entre ellospor lo menos 19 argentinos, se encuentran en el denominado “metro” de Gaza. Es decir, en la red de túneles en el enclave palestino.
Nadie duda de que el tema de los rehenes es el factor más sensible de esta guerra que ha trastocado el mundo. Y que también, al igual que las presiones de Biden, pesa como un yunque a la hora de decidir el comienzo de una invasión terrestre de Gaza, porque se sabe que, aunque ya habido incursiones de reconocimiento, una ofensiva masiva podría significar la muerte de los rehenes.
¿Qué pasaría, por ejemplo, si Israel lanzara la invasión y Hamas empezara a difundir videos de los secuestrados siendo decapitados? La opinión pública ya está traumatizada, siente que no está ni ha sido protegida y cuestiona a su dirigencia, más allá del gobierno de emergencia y unidad que logró formar Netanyahu para enfrentar esta guerra.
Todos recuerdan que cuando el soldado Gilad Shalit fue liberado en 2011 en un intercambio con 1000 palestinos presos -entre ellos un detenido que luego se volvió uno de los líderes de Hamas- tras cinco años de cautiverio en Gaza, la opinión pública dijo que nunca más toleraría semejante negociación. Ahora, son 6000 los palestinos encarcelados que podrían intercambiarse. Pero mucha agua ha pasado debajo del puente. Y la masacre del 7-10, aunque de palabra unió a una sociedad hasta hace poco polarizada y dividida, en contra de un enemigo común, marcó a fuego a la gente.
Netanyahu recibió este jueves la visita de su par alemán, Olaf Sholz, que habló de un segundo Holocausto. Para muchos, el premir israelí está políticamente muerto después del fracaso de inteligencia del sábado 7 de octubre. Y no puede permitirse ningún error, como una invasión realizada sin un “plan detallado” o sin una “exit strategy”.
Analistas como Zvi Ba’rel, del diario Haaretz, aunque coinciden en que debe ser descabezado Hamas, también creen que entrar a Gaza sin saber cuál es el plan detallado podría llegar a ser un fracaso político-militar “colosal”. Un fracaso parecido al que tuvo Estados Unidos en Irak o en Afganistán, al que Biden seguramente no quiere quedar pegado.
Ba’rel advirtió, por otro lado, que más allá que se logre descabezar a Hamas en Gaza, este grupo y la causa palestina cuentan con respaldo en todos los países árabes musulmanes, especialmente en el Líbano, Qatar y Siria. Allí los ánimos están cada vez más caldeados, sobre todo tras las imágenes de la destrucción de la Franja de Gaza y las acusaciones a Israel de haber violado leyes humanitarias básicas que llaman a respetar a la población civil.
Además de preguntarse de dónde saldrán los billones de dólares que harán falta para una reconstrucción de residencias, caminos e infraestructura, este analista se hizo una pregunta aún más difícil: ¿quién podría tomar el control de Gaza el día después?
En Jerusalén, ciudad que no volvió a la normalidad y el ambiente se cortaba con cuchillo, la gente también se hacía preguntas. Ahmed, dueño de una librería de la parte oriental de la ciudad sagrada, comentó a LA NACION que no creía que Hamas fuera a liberar a los rehenes por nada a cambio.
“Habría que tener una varita mágica para saber qué va a pasar, la gente está asustada, deprimida, muy triste con las imágenes que llegan por televisión desde Gaza, donde esta vez la gente está pagando un precio demasiado alto”, opinó. “Lo único que espero es que esta guerra termine pronto”, agregó, en alusión a lo que pareciera una verdadera quimera.
Sobre todo después de las 500 muertes en el hospital de Gaza, que hizo que en Cisjordania y en Jerusalén oriental se decretaran tres días de huelga. Hezbollah pidió además que mañana sea un “día de ira sin precedentes” contra Israel por las muertes en el hospital en Gaza. Una escalada que podría marcar dramáticamente un nuevo giro en Medio Oriente.