Guardianes del agua: Alternativas desde la ciudadanía para la protección y recuperación hídrica en Chiapas

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En el corazón de Chiapas, donde el río Usumacinta se funde con la verde sinfonía del humedal, se extiende un oasis de vida: el sistema lagunar de Catazajá. Un refugio para miles de especies que entonan su canto en la danza del agua y la tierra, un proveedor de agua dulce que nutre la sed de la región y un tesoro natural invaluable por proteger.

El sistema lagunar de Catazajá, se encuentra amenazado y se enfrenta a una serie de desafíos. De acuerdo con la CONAGUA, la disponibilidad de agua per cápita en este sistema lagunar perteneciente a la cuenca baja del Usumacinta es de 1,000 metros cúbicos (m3) al año. Esta cifra es significativamente menor que el promedio nacional, que se sitúa en 4 mil 120 m3 anuales.

La deforestación, contaminación y sobreexplotación de los acuíferos han provocado una grave escasez de agua en la región. Sin embargo, poblados ubicados en la laguna de Catazajá —perteneciente al sistema lagunar y municipio del mismo nombre—, que forman parte de la cuenca baja del Usumacinta en el estado de Chiapas, se han convertido en guardianes del agua. A través de talleres y capacitaciones, estas comunidades están tomando un rol activo en la protección de este recurso.

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Foto: Michelle Morelos

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Ciencia ciudadana: una herramienta para la conservación

La crisis ambiental que azota al planeta exige soluciones urgentes. Y en esta comunidad, la participación ciudadana y la educación ambiental son fundamentales en la búsqueda de un futuro más sostenible. Para ellos, la ciencia ciudadana es una herramienta poderosa. Muki Haklay señala que la participación de las personas en proyectos de investigación permite a las comunidades involucrarse en la investigación científica y contribuir a la construcción de un futuro más sostenible y eso es lo que ocurre en la laguna de Catazajá.

Pero no son los únicos, en colaboración con especialistas, como quienes integran la Red Mexicana de Cuencas (REMEXCU) o la Red de Monitoreo de Reservas de Agua (RedMORA), diversas comunidades en México generan esfuerzos para promover la conservación del agua, fomentar prácticas sostenibles de gestión hídrica y generar conciencia ambiental, a través de programas de monitoreo participativo de la calidad del agua, de fortalecimiento de capacidades para la gestión integral de cuencas y de educación ambiental para su sustentabilidad.

Patricio, Chiapas: comunidad unida por el medio ambiente

En la ribera de la laguna de Catazajá, pobladores de la comunidad Patricio, se han convertido en guardianes del agua, tomando un rol activo en su protección a través de talleres ambientales y capacitaciones.

En conjunto con expertos, los habitantes se informan y buscan soluciones a los retos ambientales y sociales que enfrenta su comunidad. Se reúnen de forma regular para compartir conocimientos y experiencias, además de trabajar en conjunto en estrategias de protección del medio ambiente.

Un ejemplo de este compromiso es Miguel Ángel Torres, quien, junto a otros vecinos, ha impulsado la creación de un grupo ambiental en su comunidad. “Ya tenemos rato de estar aquí en estos proyectos y pues son muchas las inquietudes de cómo poder hacerle para detener la contaminación y el cambio climático”, comentó.

“Somos nosotros los que vivimos aquí, los que conocemos nuestro entorno y los que debemos cuidarlo”, afirmó Miguel Ángel.

La familia Torres ha encontrado en los talleres ambientales un espacio para aprender y actuar. “He aprendido mucho sobre la calidad del agua y los factores que la afectan”, dice Luis, hijo de Miguel Ángel. “Es importante que los jóvenes se involucren en el cuidado del medio ambiente”, añade Karen, quien participa en los proyectos junto a su esposo e hija.

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Foto: Michelle Morelos

Ignacio Zaragoza, Chiapas: unidos por el agua

La contaminación de las aguas del sistema lagunar de Catazajá representa una amenaza a las especies acuáticas de este conjunto de humedales que abarca una superficie de aproximadamente 49,000 hectáreas y está compuesto por una serie de lagunas, ríos y arroyos.

Su sobreexplotación, contaminación, el cambio climático y la ineficiencia en la gestión del agua, no solo limita el desarrollo humano y económico, sino que también representa una amenaza para la salud pública y la seguridad alimentaria.

En Ignacio Zaragoza, Chiapas, habitantes de la comunidad también alzan su voz por la defensa del agua. “El tema más fuerte es la contaminación”, explica Eddy, un pescador local. “Si seguimos tirando más contaminación ¿qué producción va a haber? No va a haber qué consumir”, advirtió.

El sistema lagunar también juega un papel fundamental en la economía local, impulsando el turismo que atrae a visitantes de todo el mundo y la pesca que proporciona un sustento vital a las comunidades locales. “Yo soy pescador y he visto cómo la contaminación ha ido afectando a los peces. Cada vez hay menos y los que hay son más pequeños. Esto está afectando a nuestra economía y a la de nuestras familias”, agregó.

El sistema lagunar de Catazajá alberga una biodiversidad excepcional, siendo un refugio para miles de especies de plantas y animales, muchas de ellas en peligro de extinción. Jaguares, monos araña, guacamayas rojas y manatíes son solo algunos ejemplos de la riqueza natural de este humedal.

En este sentido, Eddy destacó el impacto positivo que han traído proyectos ambientales en la región, como el de Conservación del Manatí en los humedales del norte de Chiapas, por su contribución a la protección de las especies del lugar, la limpieza y el cuidado del medio ambiente.

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Foto: Michelle Morelos

Expertos a la vanguardia

Gilberto Pozo Montuy, doctor en Ciencias y director ejecutivo de la Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta A.C. (COBIUS), y el investigador Everardo Barba Macías, de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), son dos expertos que abanderan la lucha por la protección del agua.
“La conservación es con y para la gente. Sin el involucramiento de las comunidades locales, es imposible lograr la conservación”, dijo Gilberto Pozo Montuy.

“Las comunidades locales son las que viven en el territorio y son las que tienen más conocimiento sobre la biodiversidad y los recursos naturales de la región”, afirmó Gilberto Pozo; “por eso, es fundamental que sean partícipes de los procesos de conservación”, subrayó.

Pozo Montuy lleva más de veinte años trabajando en la cuenca del Usumacinta, una de las más importantes del país. En ese tiempo, ha visto cómo la degradación ambiental ha afectado a la región, provocando la pérdida de biodiversidad, la contaminación del agua y la degradación de los suelos.

Comunidades, protagonistas del cambio

COBIUS es una organización no gubernamental que trabaja para la conservación de la biodiversidad del río Usumacinta, llevando a cabo proyectos de investigación, educación y conservación, en colaboración con las comunidades locales.

“En nuestros proyectos, las comunidades locales participan en todas las etapas del proceso, desde la planificación, hasta la ejecución y la evaluación”, puntualizó Pozo Montuy.

Monitoreo biológico comunitario en el Usumacinta

El monitoreo biológico comunitario es una herramienta para proteger el agua. Es una forma de que las comunidades locales se empoderen y tomen el control de su futuro.

En uno de los proyectos de COBIUS, las comunidades locales están trabajando con investigadores para monitorear la calidad del agua del río Usumacinta y los datos recopilados se utilizan para desarrollar estrategias y reducir su contaminación.

Las personas se han sensibilizado y a través de la figura de Monitores Comunitarios del Agua (MCA), se recopilan datos sobre la calidad, promoviendo la conciencia ambiental y trabajando para que las autoridades tomen medidas.

En la cuenca del Usumacinta, la batalla por el cuidado del agua se libra con “Ranger”, una aplicación móvil, que, en las manos de los MCA, se convierte en una poderosa herramienta para cuidar este vital recurso, explicó Pozo Montuy; “es una plataforma de monitoreo donde ellos usan sus celulares para enviar información a una plataforma web”.

Su labor no se limita a la ciencia, pues los MCA también son guardianes ambientales, educando a las comunidades sobre la importancia del agua y promoviendo su cuidado. “Ellos hacen investigación ciudadana, comunitaria”, destaca el director de COBIUS; “muy necesaria para fortalecer el tejido social y la adaptación al cambio climático”.

Resiliencia hídrica en Chiapas

Everardo Barba lleva más de dos décadas trabajando en la cuenca del Usumacinta, una de las más importantes de México con una extensión total de 95,000 kilómetros cuadrados (km²) y que, de esta superficie, 76,000 km² (79%) se encuentran en Chiapas, 17,000 km² (18%) en Tabasco y 2,000 km² (3%) en Campeche, según datos de la CONAGUA.

El ecólogo y experto en manejo de humedales destacó la importancia de la resiliencia hídrica para la gestión sostenible del agua. Enfatizó la necesidad de un cambio en cómo se define, maneja y valora este recurso. Esto implica implementar prácticas de gestión del agua sostenibles, promover la educación y la concientización, fortalecer la cooperación entre los actores sociales e implementar medidas de adaptación al cambio climático, explicó.

Humedales: guardianes naturales

Barba Macías resaltó el papel crucial de los humedales como la Laguna de Catazajá en la cuenca baja del Usumacinta. Estos ecosistemas actúan como filtros naturales, hábitats vitales para la biodiversidad y reguladores del clima; “ayudan a regular el flujo de agua, a filtrar contaminantes y a proporcionar hábitat para la vida silvestre”.

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Foto: Michelle Morelos

México se adhirió a la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, también conocida como Convención de Ramsar en 1986, comprometiéndose a proteger y promover el uso racional de los humedales. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) ha asumido la responsabilidad de llevar a cabo este compromiso.

Actualmente, México cuenta con 142 sitios Ramsar, que abarcan una superficie total de 8,870,483 hectáreas, según la CONANP. Estos sitios albergan una amplia variedad de humedales, incluyendo manglares, pastos marinos, humedales de alta montaña, arrecifes de coral, oasis, sistemas kársticos y sitios con especies amenazadas.

Monitoreo participativo

El investigador del ECOSUR, resaltó la importancia de la Ecohidrología y el monitoreo de las reservas de agua. La RedMORA implementa un proyecto en la cuenca del Usumacinta que involucra a las comunidades en el monitoreo de la reserva, a través del registro de la presencia de especies clave de conservación como el manatí, robalo, macroinvertebrados acuáticos y el árbol del tinto. Además, se realizan mediciones del nivel y características del agua, permitiendo la participación de los grupos de monitoreo en este sitio piloto.

Enfatizó la necesidad de impulsar nuevas estrategias de gestión del agua, adaptadas a las características socioambientales de cada cuenca, tanto de las que albergan reservas hídricas como las que sufren el impacto de las actividades humanas. Para ello —resaltó—, resulta fundamental la participación activa de las comunidades para hacer uso del agua en forma responsable y eficiente.

Un futuro con agua para todos

En la ribera de la cuenca del Usumacinta, las comunidades son clave para un futuro con agua para todos. Su participación en la conservación de la biodiversidad y el manejo responsable del agua, es fundamental para lograr resultados efectivos y sostenibles.

A través de una profunda conexión con la naturaleza, los habitantes de Patricio e Ignacio Zaragoza, se han convertido en un ejemplo para preservar la laguna de Catazajá, un humedal vital para la región y nos muestran el camino a seguir: educación ambiental, acción colectiva, organización y un compromiso con las generaciones futuras.

 

Este artículo de divulgación forma parte de proyecto de “Agua para el Ambiente: fortaleciendo los vínculos entre la ciencia y el periodismo” desarrollado con el apoyo de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia (Red MPC), la Red Mexicana de Cuencas (REMEXCU), el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) y la Red de Monitoreo de Reservas de Agua (RedMORA).