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Ellos gritaron, nos hicieron gritar y ahora están en 'Scream' de nuevo

Veinticinco años después de “Scream”, Neve Campbell sigue viendo a Ghostface donde sea que vaya.

El pasado Halloween, Campbell llevó a sus hijos a un huerto de calabazas en Hollywood, donde vieron a otros visitantes con las máscaras de Ghostface que usaban los asesinos que han atormentado a su personaje en estas películas de terror interminables.

Aunque los presentes disfrazados no parecían darse cuenta de la presencia de Campbell, ella se resistió a que su hijo mayor les revelara que estaban en presencia de Sidney Prescott, la intrépida heroína de “Scream” que ella ha interpretado desde 1996.

“Mi hijo de 9 años no ha visto las películas, pero obviamente las conoce”, comentó Campbell. “Y me dijo: ‘¡Mamá, deberías ir a decírselo!’. No voy a acercarme y decir: ‘Oye, ¿sabes quién soy?’”. Se rio: “Aunque probablemente sería divertido para ellos”.

Al escuchar el relato de Campbell, sus dos antiguos coprotagonistas de “Scream” bromearon sobre cómo sus conexiones con las películas los afectaban en Halloween. Courteney Cox, que interpreta a la estridente personalidad televisiva Gale Weathers, dijo que guardaba su propia colección de máscaras de Ghostface: “Compré cinco en Amazon”.

David Arquette dijo que le resultaba aún más fácil recordarle a la gente su identidad en la pantalla como el desventurado oficial Dewey Riley. “¿Por qué crees que tengo este bigote?”, preguntó.

En su estreno, “Scream” reinventó el cine de asesinos, poblándolo de actores fotogénicos que conocían bien las reglas del género y estaban cansados de sus clichés. Convirtió en estrella a su guionista, Kevin Williamson, revitalizó la carrera de su director, Wes Craven, y puso en marcha una industria artesanal de imitadores y parodias.

El actor David Arquette en Nueva York, el 17 de noviembre de 2021. (Elizabeth Weinberg/The New York Times).
El actor David Arquette en Nueva York, el 17 de noviembre de 2021. (Elizabeth Weinberg/The New York Times).

El éxito lento de la primera película encumbró a sus protagonistas: Campbell, estrella del drama televisivo “Party of Five”; Cox, que disfrutaba de su primer éxito gracias a “Friends”; y Arquette, descendiente de una familia de actores de reparto. Tres secuelas los unieron de por vida, y Cox y Arquette se enamoraron y se casaron.

Pero tras “Scream 4”, en 2011, la serie pareció cansarse. Para entonces, Cox y Arquette se habían separado y posteriormente se divorciarían; Craven murió en 2015. Una serie de televisión de “Scream”, ambiguamente conectada con las películas, se emitió durante tres años en MTV y VH1, pero ganó poca tracción cultural.

Ahora, tras una década de ausencia en los cines, el 14 de enero se estrenará una nueva versión de “Scream”, sin números ni subtítulos, con nuevos directores y guionistas. Se trata de un reinicio y de una secuela, que presenta nuevos personajes (interpretados por Melissa Barrera, Jenna Ortega, Jack Quaid y otros) a un público acostumbrado por igual a las nuevas versiones de franquicias como “Star Wars: el despertar de la fuerza” y a las películas de terror de autor como “El Babadook” y “Midsommar”.

La entrega más reciente de “Scream” también trae de vuelta a Campbell, Cox y Arquette como los personajes fundadores, que han crecido hasta la edad adulta y han sido alterados de diferentes maneras por sus encuentros pasados con los diversos asesinos enmascarados. Para los actores, la propuesta de volver a la saga es un arma de doble filo: una oportunidad de reavivar viejas conexiones y recordar lo que hizo grandes a las películas anteriores, la cual se ve atenuada por el temor de desperdiciar el legado de la serie si no pueden repetir las glorias pasadas.

Cuando le propusieron aparecer en la nueva película, Cox dijo: “Realmente pensé, ¿Qué? ¿Quieren hacer otra película de ‘Scream’?”. Pero mientras lo consideraba más a fondo, pensó: “¿Por qué no volver a algo que fue una parte tan importante de mi vida e interpretar a un personaje que siempre me pareció divertido? Deben tener una buena visión en mente si quieren recuperar la franquicia y correr el riesgo”.

Mientras hablaban en una entrevista por video a finales de noviembre, Campbell y Cox juntas en una ventana, Arquette solo en otra, los actores compartieron una intimidad tentativa, como viejos compañeros de clase que se encuentran en una reunión del bachillerato. Intercambiaron risas tontas mientras cada uno afirmaba haber olvidado detalles clave sobre las películas pasadas de “Scream” e hicieron bromas autocríticas sobre sus logros.

A la pregunta de cómo fue contratada, Cox respondió que su representante la sugirió para el papel: “O mi representante tal vez dijo: ‘No es tan buena y no creo que debas contratarla’. Pero, ¿quién sabe?”.

Sobre la primera película, coincidieron en la genialidad del guion de Williamson, que rompió las convenciones, y en su admiración por Craven, que ya había realizado películas de terror influyentes como “La venganza de la casa del lago” y “Pesadilla en la calle del infierno”. El reparto en gran medida se mantuvo al margen de los conflictos entre él y Dimension Films, que produjo la serie original de “Scream” y tenía reservas sobre el trabajo de Craven en la primera película. Campbell dijo sobre el director: “Era muy gentil, amable y tranquilo”.

Las estrellas de “Scream” dijeron que nunca sintieron la presión de mantener la calidad general de la serie. “En televisión, cuando hago algo nuevo, es petrificante”, comentó Cox. “Sientes que nada puede estar a la altura de lo que has hecho antes. Pero en el cine, recibimos el guion y vamos a interpretar a nuestros personajes”.

Con el tiempo, los derechos de “Scream” fueron adquiridos por Spyglass Media Group, que se asoció con Paramount para producir una nueva película escrita por James Vanderbilt (“Zodiaco”) y Guy Busick (“Boda sangrienta”) y dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, del grupo cinematográfico Radio Silence (“Boda sangrienta”, “V/H/S”).

Williamson, que es productor ejecutivo de la nueva película de “Scream”, afirmó que el proyecto tenía su bendición. “Mi primer pensamiento fue: “Espera, ¿no me van a pedir que la escriba? ¿Cómo se atreven?”, relató entre risas. Pero después de escuchar los planes del equipo creativo para la película, dijo: “Lo tenían todo resuelto. Pensé: ‘Muy bien, esto funciona’”.

Como era de esperarse, en esta versión de “Scream” se vuelve a ver a Ghostface asolando el pueblo ficticio californiano de Woodsboro, lo que requiere el regreso de Sidney, Gale y Dewey. Pero traer de vuelta a los actores que los interpretaron no era una certeza.

El mayor obstáculo, afirmaron, era la ausencia de Craven: “No veo cómo va a suceder, a nivel emocional pero también práctico”, dijo Campbell. “¿Quién lo va a hacer tan bien como Wes?”.

Pero uno a uno, los actores fueron aplacados por los directores de la película, que les escribieron cartas elogiando sus trabajos anteriores y animándolos a participar.

“Curiosamente, eso fue lo más fácil y lo más difícil de hacer”, aseguró Gillett. “Es muy fácil expresar nuestra admiración por ellos como actores y por Wes y su trabajo”. El reto fue que “había mucho en juego y mucha presión”, relató.

Bettinelli-Olpin dijo que, por ejemplo, en la carta que le escribieron a Campbell expresaron: “Esta película no existe sin ti, y punto. No intentamos hacerla de otra manera”. (Cuando se le preguntó qué habría pasado si alguno de los actores hubiera rechazado la película, Gillett comentó: “Dijimos que habría un plan y luego nunca exploramos cuáles eran esos planes”).

Williamson afirmó que también tuvo una conversación con Campbell mientras consideraba la película. “Creo que este no es su género favorito”, opinó. “Pero ella quería mi punto de vista y yo le dije la verdad: no quería formar parte de la película, y entonces no podía imaginar que sucediera sin mí”.

La invitación fue delicada en particular para Arquette y Cox, a quienes se les pidió que representaran una historia en la que sus personajes de “Scream” se han separado, en circunstancias que reflejan la vida real de la pareja.

Cuando las cámaras rodaron su primera escena juntos, fue un momento de lágrimas, y no solo porque el guion lo exigiera. Cox dijo sobre Arquette: “Se emocionó mucho mientras la filmaba. Contó que, al día siguiente, el equipo técnico no lo miraba a los ojos”.

A modo de explicación, Arquette representó el proceso de arrancarse el corazón que aún latía y sostenerlo en sus manos. “Me di cuenta de que algunas personas no se sienten cómodas con ese nivel de emoción”, señaló.

Por supuesto, habrá conversaciones sobre más películas si esta versión de “Scream” alcanza sus objetivos pero, por ahora, sus veteranos protagonistas están satisfechos de haber llevado a sus personajes hasta la marca del cuarto de siglo.

Campbell se mostró agradecida de haber interpretado a la protagonista de una película de terror que nunca se presenta como una víctima indefensa. “Soy muy afortunada, como mujer, de haber conseguido un papel por el que la gente se me acerca y me dice: ‘Sidney Prescott me inspiró; Sidney Prescott me hizo más valiente, me hizo menos insegura, me ayudó a defenderme’”, declaró.

Cox prefirió extraer lecciones más pragmáticas de su experiencia en “Scream” y de las cambiantes identidades de las personas que se han puesto su reveladora máscara en cada entrega.

“Hay un significado más profundo en el hecho de que cualquiera podría ser Ghostface”, dijo. “Lo que me ha enseñado es que nunca debemos entrar a un estacionamiento por la noche. No debemos ir al baño en un cine. Cualquiera podría enloquecer”.

© 2022 The New York Times Company