Grigor Dimitrov dio el gran golpe y eliminó a Carlos Alcaraz en el Masters 1000 de Miami
Más de uno imaginó, en la noche del viernes, una semifinal de alto voltaje en el Masters 1000 de Miami entre Alexander Zverev y Carlos Alcaraz, una revancha del reciente duelo en Indian Wells. El alemán cumplió su parte y le ganó temprano al húngaro Fabian Marozsan. Pero, en el duelo nocturno, el que completó los cuartos de final, Grigor Dimitrov sorprendió y se impuso al número 2 del ranking mundial por un marcador contundente: 6-2 y 6-4, en poco más de una hora y media.
Ubicado en el puesto 12° de la clasificación semanal, el búlgaro redondeó una actuación notable. Alcaraz, reciente campeón en Indian Wells, llegaba a este encuentro sin ceder sets en su paso por el cemento de Florida. Pero Dimitrov tenía otros planes. El búlgaro, que estuvo a dos puntos de la derrota frente a Tabilo en la segunda ronda, ya se metió entre los cuatro mejores.
Ante la mirada del futbolista Sergio Busquets, el basquetbolista Jimmy Butler y Mike Tyson, entre otros notables en el court central del Hard Rock Stadium, Dimitrov construyó un triunfo muy valioso, de los más importantes para su trayectoria en los últimos tiempos. Alcaraz llegaba en gran forma, pero el búlgaro, primero, aceptó la demanda de un partido intenso y muy físico. Fue agresivo en el juego, le quitó la iniciativa al español, y comenzó a presionarlo con la devolución; cuando Alcaraz jugaba con el segundo saque, muchas veces se encontraba con su rival metido en la cancha, listo para jugarse a un impacto profundo, y por esa vía consiguió varios tiros ganadores que dejaron desconcertado al español. También empleó puntos rápidos, y consiguió llevar el juego a su ritmo.
Para ese éxito, Dimitrov encontró apoyo en el servicio (77 por ciento de primeros saques), y capturó 4 de los 7 break-points que tuvo. Subió varias veces a la red (ganó 12 de 16 puntos), y a pesar de arriesgar bastante, sólo cometió 14 errores no forzados. Alcaraz intentó estar cerca en la cuenta, pero el primer set se le escapó muy rápido; luego quedó 1-4 y, con un envión importante, logró recuperar el quiebre para igualar 4-4. Dimitrov frenó en seco el intento de arremetida, ganó su saque, y en el décimo game se jugó a terminar pronto el partido: una devolución ganadora, un punto ganado en la red para dejar 0-30 al español, y quedó match-point con un passing paralelo ante un drop muy alto de Alcaraz. El español terminó por despedirse con un derechazo ancho, frustrado ante los ataques del búlgaro, vio cómo se terminó una racha de nueve victorias seguidas, y sin el objetivo de conquistar el doblete conocido como ‘Sunshine Double’; esto es, ganar los dos torneos de la gira en California y en Miami. El último en conseguirlo fue Roger Federer, en 2017.
Lo mejor del partido
Para Dimitrov, fue su segunda victoria seguida sobre el español, al que había superado a fines del año pasado en el Masters 1000 de Shanghai. Diestro, con un exquisito revés de una mano, el búlgaro tiene 32 años, mucha experiencia en el circuito, llegó a ser el número 3 del mundo hace siete temporadas y cuenta con 9 títulos en su haber, incluido un ATP Finals en 2017, y un Masters 1000 en Cincinnati en la misma temporada. Desde entonces, pasó mucho tiempo sin celebraciones, hasta que en enero pasado cortó la mala racha y se consagró en Brisbane, luego fue finalista en Marsella y semifinalista en Rotterdam. Buenos números para un jugador con capacidad para llegar lejos -fue cuarto finalista en todos los Grand Slams y semifinalista en ocho de los nueve Masters 1000-, y que ahora parece haber encontrado otro aire para su carrera.
“Para ganarle a Carlos tienes que jugar a tu mejor nivel”, subrayó Dimitrov, que había perdido tres de sus cuatro duelos anteriores con el murciano. ”Entré en el partido muy concentrado y con las ideas muy claras sobre lo que tenía que hacer. Fui capaz de dictar y leer el juego mejor que la última vez. En general, creo que fue un gran partido por mi parte. Estoy contento de haber terminado en sets corridos”, agregó el 12 del mundo.
Alcaraz abundó en elogios a su vencedor: “Jugó un tenis casi perfecto. No he podido encontrar soluciones, ni hacerle sentir incómodo. Yo creo que he jugado un gran tenis. Dejé la pista sintiendo que jugué bien. Se lo he dicho a mi equipo, que me ha hecho sentir como si tuviera 13 años. Ha sido una locura lo que jugó Grigor. No recuerdo haberme sentido de esta manera. No sabía qué hacer, no tenía puntos débiles. Me siento con frustración, pero eso sí, la próxima vez que me enfrente contra él intentaré cosas diferentes. Jugando él en este nivel, es muy difícil ganarle”.
Así, Dimitrov se enfrentará este viernes en la sesión nocturna, a las 20 de la Argentina, con Zverev, que superó a Marozsan por 6-3 y 7-5. La primera semifinal estará a cargo del ruso Daniil Medvedev y el italiano Jannik Sinner, una remake de la final del año pasado en el Miami Open, que entonces se llevó el moscovita. Se prevé un duelo parejo, y el historial favorece por 6-4 a Medvedev, pero con la particularidad de que el ruso ganó los seis primeros partidos, y el italiano se impuso en los últimos cuatro, incluida la final del Australian Open, tras remontar dos sets de desventaja.