Greta Gerwig habla sobre el éxito en taquilla de ‘Barbie’ y cómo se salió con la suya

Greta Gerwig, directora de “Barbie”, en Nueva York, el 5 de noviembre de 2022. (Clement Pascal/The New York Times).
Greta Gerwig, directora de “Barbie”, en Nueva York, el 5 de noviembre de 2022. (Clement Pascal/The New York Times).

Es el mundo de “Barbie”. Nosotros solo vivimos en él.

Tras un año y medio de expectativa, una gira de prensa vertiginosa y críticas preliminares increíbles, “Barbie”, de Greta Gerwig, por fin llegó a los cines el fin de semana pasado, batiendo récords de taquilla con un debut de 162 millones de dólares, el más exitoso del año. Se trata del fin de semana de estreno más taquillero en la historia para una película dirigida por una mujer, y si bien Gerwig tenía grandes esperanzas puestas en “Barbie”, le cuesta trabajo creer lo bien que ha resonado entre el público su visión particular de la muñeca de Mattel.

“Quería hacer algo anárquico y loco y chistoso y catártico, y la idea de que en realidad la estén recibiendo así es un poco extraordinario”, me dijo el martes por teléfono una patidifusa Gerwig.

Hoy en día, pocas películas taquilleras tienen tanto en la mente como “Barbie”; citando a “Ni idea”, en realidad es “superexistencial”. Debajo de su exterior azucarado, “Barbie” trata con aplomo temas como el sexismo y la autodeterminación, pero sin olvidarse de darles a sus estrellas Margot Robbie (como Barbie) y Ryan Gosling (como Ken) chistes bastante inteligentes, algunos casi arcanos. (¿Quién hubiera esperado una broma sobre Pavement, la banda de rock de los noventa, en la película de “Barbie”?).

Gerwig está feliz de haberse salido con la suya. “Creo que fue una cierta onda en el universo lo que permitió que sucediera”, me dijo desde su casa en la ciudad de Nueva York, donde Harold, su hijo de 4 años con Noah Baumbach, coguionista en “Barbie”, interrumpió la llamada para cerrar definitivamente el ciclo de prensa de Gerwig. “Me hizo un pastel rosa con una ‘B’ y me dijo: ‘Así es como nos despedimos de Barbie’”, contó Gerwig entre risas. “Pensé: ‘Oh, ya tuviste suficiente’”.

A continuación, los fragmentos editados de nuestra conversación.

En esta entrevista se desvela el final de “Barbie”.

P: acabas de tener uno de los fines de semana más importantes de tu vida. ¿Cómo te sientes?

R: Estoy tan agradecida. Estoy tan sorprendida. No tengo palabras, de verdad. He estado en Nueva York y me pasé el jueves y el viernes revisando distintos cines, escuchando los niveles y asegurándome de que la imagen se viera bien e intentando ceder el control, lo cual es difícil. Pero sinceramente ha sido increíble pasear y ver a la gente vestida de rosa. Ni en mis sueños más locos me imaginé algo así. Es que... es que... lo siento, nada más estoy haciendo ruidos.

P: ¿Qué en específico te ha hecho entender la relevancia que está teniendo la película?

R: Creo que en parte me obsesioné tanto con los niveles de volumen porque era algo en lo que podía enfocarme. Sobre todo, ha sido encontrarme por la calle con gente emocionada, feliz y exuberante, porque gran parte de esta película fue un intento por crear algo que la gente quisiera vivir junta. Así que son esos pequeños detalles.

Mi productor David Heyman me envió un correo electrónico de alguien que vive en una pequeña ciudad escocesa, y hay un cine allí que ha estado batallando, y las entradas para “Barbie” de todo el fin de semana se agotaron. Me dijo: “¡El pueblo está presente!”. Y mi hermano, sus hijos y su esposa fueron al cine en Sacramento, California, y me enviaron una foto, luego escribieron un mensaje de texto diciendo que su hijo mayor iba a volver a ir al día siguiente con sus amigos. Estos chicos de 15 o 16 años de Sacramento me envían mensajes diciendo: “¡Estuvo genial! Nos encantó la broma del Porsche”. Esas son las cosas que me parecen increíbles. Nunca había vivido algo así.

P: Lo que yo escucho todo el tiempo de gente de Hollywood es: “No sé cómo se salió con la suya”. Cuando una película de este presupuesto se estrena en cines, todo lo que sea idiosincrásico o provocador suele atenuarse por culpa de las exigencias del estudio. ¿Cómo fue que lograste conservar tu estilo a lo largo de todo el proceso?

R: En un principio solo iba a escribirla con Noah, pero luego terminamos el guion y eso fue lo que me hizo querer dirigirla. Lo tenía muy claro: si ellos no querían hacer esa [versión], yo no tenía por qué hacerla. Margot, que era la productora y la estrella, fue realmente la primera persona que se apuntó y dijo: “Quiero hacerlo como ella quiere”. Y luego, cuando empezamos a añadir colaboradores y a juntar más reparto, de repente había un gran número de personas que estaban entusiasmadas por hacer algo que era tan alejado de lo blanco y negro, por decirlo así.

Una parte de mí piensa que, como todo era tan idiosincrásico y tan desenfrenado, casi nadie sabía por dónde empezar a desgajarlo. Es decir, ¿dónde vas a empezar a recortar lo extraño que era? Tal vez, como tenía este sentido de alegría pura detrás, era difícil decir: “Oh no, no queremos eso que es alegría pura”. La gente quería que existiera, en toda su rareza.

P: Una de las escenas que más reacciones suscita entre el público es el monólogo de America Ferrera sobre la cuerda floja que tienen que caminar las mujeres en esta sociedad. ¿Qué querías lograr con ese momento?

R: Siempre tuve la esperanza de que America interpretara este papel, y me siento muy afortunada de que dijera que sí. A lo largo de mucho tiempo de preparación, lo adornamos con su propia especificidad y hablamos de las experiencias y la propia vida de ese personaje y de ella, y a las tres tomas yo ya estaba llorando. Luego miré a mi alrededor y todo el mundo estaba llorando, hasta los hombres. De repente, pensé que esta cuerda floja que ella explica es algo que existe para las mujeres en la forma en que ella lo describe, pero también existe para todo el mundo.

Todo el mundo teme equivocarse y que todo se venga abajo y, en ese momento del monólogo, ella le estaba dando permiso a la gente para salirse de esa cuerda floja. No creo que me diera cuenta hasta entonces del propósito de ese momento. Ella tenía una pieza del rompecabezas como actriz, colaboradora y artista que me lo explicó.

P: ¿Esperabas que los comentaristas de derecha criticaran a tal grado la película por ser “progre” y que quemaran sus Barbies?

R: No. Sin duda hay mucha pasión. Mi esperanza para la película es que sea una invitación a que todo el mundo participe en la fiesta y deje de lado las cosas que no nos sirven en realidad, ni como mujeres ni como hombres. Espero que toda esa pasión, si la ven o se sienten atraídos por ella, pueda darles algo del alivio que dio a otras personas.

P: ¿Cómo supiste que habías descubierto la escena final de la película, en la que Barbie, ahora humana, se dirige a una recepcionista del mundo real y anuncia que está allí para ver a su ginecólogo?

R: No estaba muy segura hasta que estuve en los ensayos y lo leí con Margot. Tenía una idea de cómo quería que fuera, pero entonces ella lo hizo, y había algo tan increíblemente cautivador e hilarante y empático en la forma en que dijo esa última línea. Yo pensé: “¡Eso es!”. Es tan sincera e ingenua al mismo tiempo.

P: En tu sentir, ¿esta película es el comienzo de una franquicia o crees que “Barbie” es una historia completa con un final definitivo?

R: En este momento, eso todo lo que tengo. Me siento así al final de cada película, como si nunca fuera a tener otra idea y todo lo que he querido hacer, ya lo hice. No quisiera destruir el sueño de alguien más, pero para mí, en este momento, estoy totalmente en cero.

c.2023 The New York Times Company