Grecia acude a las urnas con la mirada puesta en unas posibles segundas elecciones

Grecia decide. 9,8 millones de ciudadanos están llamados a las urnas para decidir la formación de su Parlamento y por extensión a su nuevo primer ministro: Kyriakos Mitsokakis, líder de Nueva Democracia, y Alexis Tsipras, de Syriza, parten como favoritos. Pero será difícil que alguno de los dos salga esta noche como ganador absoluto.

Por primera vez desde hace casi 30 años, Grecia celebra unas elecciones con sistema proporcional, lo que en la práctica significa que no se espera que ningún partido obtenga la mayoría absoluta. Por lo tanto, el Gobierno que se forme en estas elecciones deberá ser de coalición.

Basándonos en lo que escuchamos de los líderes de los partidos durante el periodo preelectoral, este escenario no parece demasiado probable, aunque no es del todo descartable. Una cifra que hay que seguir de cerca es la de la abstención, que durante las últimas elecciones de 2019 superó el 42 % y que lleva años mostrando una tendencia al alza.

"Nadie merece nuestro voto", decía un ciudadano antes de ejercer su derecho. "Es elegir al tuerto para guiar al ciego. Nadie lo merece, estamos aquí sólo porque no queremos abolir nuestro derecho al voto".

En caso de no conseguir formar un nuevo Gobierno, Grecia se vería abocada a la celebración de unas nuevas elecciones, en julio, en cuyo caso el partido ganador sí que obtendría escaños extras por su victoria, pudiendo ser hasta 50. Pero esa es otra historia.