Grasa abdominal: lo peligroso no es lo que puedes ver y tocar, sino lo que hay dentro

Lo que pellizcas es grasa que te sobra, un indicador de una mala alimentación y de falta de ejercicio físico. Pero lo realmente peligroso para tu salud está más adentro, rodeando tus órganos abdominales. De hecho, la obesidad abdominal o visceral se revela como un importante factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (como la hipertensión y la insuficiencia cardiaca), metabólicas (como la diabetes o la hipercolesterolemia) e incluso de cáncer, entre otras complicaciones.(Foto: Getty)

La grasa corporal es un componente esencial del organismo, con una serie de funciones necesarias como mantener la temperatura corporal, proteger los órganos vitales o almacenar nutrientes para asegurarnos la energía, pero tener un exceso de grasa en el abdomen, en concreto de grasa visceral, resulta mucho más peligroso que la grasa subcutánea habitual, y a la vez es más difícil de eliminar.

Este tipo de grasa abdominal está relacionado con la diabetes tipo 2, la gota, la hipertensión arterial y las enfermedades cardíacas. Prestar atención a la grasa visceral es muy importante, ya que genera una serie de sustancias tóxicas que dan lugar al conocido como síndrome metabólico o de resistencia a la insulina, y que se encuentra relacionado con las enfermedades metabólicas, como por ejemplo, la hipertensión o la diabetes.

No solo es factor de riesgo de enfermedad cardiometabólica, sino también de cáncer, demencia y mortalidad. Y también puede provocar otras afecciones como patologías osteoarticulares o problemas respiratorios.

Así que aunque la grasa subcutánea que hay debajo de la piel es la que se nota cuando nos miramos en el espejo (la que es blanda y se puede pellizcar), no es la que debería preocuparte. Tienes que ir un poco más lejos: es la capa de grasa que hay debajo de esa grasa subcutánea la que es realmente dañina para tu salud. Es imposible de pellizcar, y tampoco se aprecia a simple vista, por eso solemos 'descuidarla' y se nos acumula en riñones, hígado y páncreas.

Para que no quede duda: la grasa visceral es la grasa abdominal que se acumula en el abdomen, pero no la que cuelga por fuera sino la que se oculta dentro, en los espacios que hay entre los órganos. Ese exceso de grasa visceral se denomina 'obesidad visceral' y está relaciona estrechamente con un mayor riesgo de sufrir problemas graves de salud, y ojo porque las personas 'delgadas' también corren el riesgo de tenerla.

Para detectarla, los especialistas en Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), explican que hay que medir la grasa abdominal y el nivel de grasa visceral, además de someterse a una valoración antropométrica, procedimiento que comprende la medición del peso, talla, así como del perímetro de la cintura, cadera y cuello. Así se podrá diagnosticar la obesidad visceral en todo el espectro poblacional, independientemente de su índice de masa corporal (IMC), dado que existe una notable tasa de error en el diagnóstico de la obesidad que arroja este indicador, ya que se estima que un 29 por ciento de las personas consideradas delgadas según su IMC presentaban obesidad en mediciones más precisas del porcentaje de grasa corporal.

Por otro lado, igual que pasa con la grasa localizada en flancos y cartucheras, la grasa visceral es la más difícil de eliminar. Pero se puede lograr con ciertos hábitos y mucha constancia. Revisar lo que comes y modificar tu dieta para perder la grasa abdominal que te sobra sería solo una parte del proceso, e incluiría los siguientes cambios:

  • Tomar mucha fibra soluble. Es una fibra dietética que absorbe agua y se convierte en una forma similar a un gel que ralentiza la digestión de los alimentos. La ciencia ha probado que este tipo de fibra puede ayudar a promover la sensación de saciedad. Esto, a su vez, ayuda a administrar su ingesta diaria de alimentos y calorías. Un estudio que analizó directamente el vínculo entre la fibra soluble y la grasa abdominal concluyó que cada aumento de 10 gramos en la ingesta de fibra soluble condujo a una reducción de la grasa abdominal de un 3,7 por ciento en 5 años.

  • Los alimentos ricos con proteínas también pueden ayudar. Se trata de un nutriente esencial que necesitas no solo para controlar el peso (la evidencia no falla) sino para mantener tu salud general. Y además resulta que también es eficaz para reducir la grasa del vientre. Se ha demostrado que una dieta rica en proteínas es eficaz para perder peso, reducir el apetito y aumentar la saciedad. Asimismo, un alto aporte de proteínas ayuda a aumentar el metabolismo y construye y retiene músculos magros, esenciales para un metabolismo eficiente. Como beneficio adicional, algunos alimentos ricos en proteínas como el pescado y los mariscos contienen ácidos grasos omega-3 saludables para el cerebro que están relacionados con una reducción de la grasa visceral.

  • Cortar con el alcohol y las bebidas azucaradas, además de reducir los alimentos ultraprocesados. Comer con frecuencia bocadillos, dulces, comida rápida y productos de granos refinados está relacionado con una mayor circunferencia de la cintura, como se ha observado en el estudio Predimed, tal y como recoge Alimente.

Vamos que la pérdida de grasa abdominal comienza con una dieta limpia y la ingesta de nutrientes que se ha comprobado que queman grasa y previenen la acumulación de esta en tu dieta, como la fibra soluble.

El estrés es otro de los factores que se esconde detrás de la grasa abdominal. La hormona del estrés llamada 'cortisol' dificulta la lucha contra la grasa abdominal "obstinada". Y unos niveles altos de cortisol pueden provocar un aumento del apetito y la acumulación de grasa. Adquirir hábitos nuevos y más agradables puede ayudar a compensar el alto nivel de estrés.

Dormir lo suficiente también es fundamental; la mala calidad del sueño se asocia con la acumulación de grasa visceral. Una revisión que incluyó a más de 56.000 personas vinculó la duración del sueño más corta con una mayor circunferencia de la cintura. Y por supuesto, necesitas hacer ejercicio para perder grasa. El ejercicio aeróbico es el mejor para eliminar la grasa visceral de forma natural. Son actividades que se realizan con menos intensidad, pero durante más tiempo. Por ejemplo: nadar, correr, caminar o montar en bici.

Además, el ejercicio te ayudará a trabajar tus músculos. "El músculo es lo opuesto a la grasa, ayuda a que tu metabolismo vaya más rápido, a que el hígado procese los ácidos grasos y a reducir la inflamación", cuenta el cardiólogo de la Clínica Mayo, Francisco López Jiménez en 'Men's Health'. Si tienes que quemar la grasa, lo mejor es que te dediques al entrenamiento de fuerza.

Como ves, la grasa visceral nos enferma. Por tanto debes intentar reducir el exceso de grasa abdominal aunque cueste (es difícil pero no imposible). Y antes de concluir, para no dar pie a confusiones, un par de apuntes: no hay ninguna duda de que la visceral es mucho peor, pero no hay que pensar erróneamente que la grasa subcutánea es inocua y es un mero problema estético. Además de su papel en el hígado graso no alcohólico, también se asocia a diabetes, hipertensión arterial y problemas cardiacos. Así es que es un suma y sigue.

Por eso debes trabajar por ambas cosas, primero por mantener o al menos acercarte a tu peso ideal para evitar así que tu barriga crezca con los años y aumente su capacidad de esconder la grasa visceral. Si lo consigues, ¡bien por ti! Pero recuerda que estar 'aparentemente' delgado no te libra de la grasa visceral. Es lo que se conoce como el “delgado obeso”, una persona visualmente delgada pero con grasa visceral ya que tiene una mala capacidad de almacenaje.

Una de las formas más fáciles de identificar el exceso de grasa corporal es mediante el Índice de Masa Corporal o IMC y la medición de la cintura, estos dos valores nos indicaran los parámetros y límites saludables de nuestro organismo. Acude a tu médico para salir de dudas y ponerte remedio cuanto antes si ese fuera tu caso para prevenir futuras enfermedades.

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