Dicen que es el más grande de todos los tiempos, pero su pelea en la UFC 285 puede cambiar esa percepción

Cuando Jon Jones desfiló delante de miles de aficionados para su primera conferencia de prensa en tres años, los gritos de “el más grande’‘ conmovieron a un artistas marcial que muchas veces parecía hecho de hierro. Ahora tendrá que validar esta descripción con su pelea en la UFC 285.

Llamar a esto un gran combate sería un eufemismo, y aunque es decepcionante no ver a Francis Ngannou defender el título de peso pesado, no hay duda de que Ciryl Gane pertenece a este choque por el título vacante en el evento que tendrá lugar este sábado en la T-Mobile Arena de Las Vegas.

Bon Gamin” sólo ha perdido contra Ngannou en su carrera en el octágono y derrotado de forma convincente a rivales de la talla de Derrick Lewis, Jairzinho Rozenstruik y Tai Tuivasa, pero no cabe duda de que en Jones enfrenta a un animal diferente, a pesar de varias interrogantes.

El ex campeón de las 205 libras nunca ha luchado como peso pesado, y lleva más de tres años fuera de combate, para no hablar de ciertos problemas fuera del octágono, pero en sus mejores momentos, la UFC no ha visto a nadie mejor que Jones.

Sin encontrar mucha oposición y sobre verdaderas leyendas, Jones dominó la división de peso semipesado con puño de hierro durante la mayor parte del periodo comprendido entre 2011 y 2020. También nunca ha perdido realmente una pelea dentro de la jaula.

Claro, sus pruebas positivas a dopaje en par de ocasiones ponen un amortiguador en su pretensión de ser el mejor luchador de todos los tiempos, pero en puro talento y en habilidades naturales, él está definitivamente entre los cinco mejores en el peor de los casos.

¿Podrá triunfar en el peso pesado contra uno de los rivales más difíciles posibles para él sobre el papel? El éxito de Jones en el peso semipesado se basó en varias cosas. En primer lugar, con sus 1,90 metros de estatura y su alcance de 84,5 pulgadas, solía disfrutar de una enorme ventaja sobre sus enemigos en términos de alcance.

En segundo lugar, su lucha era ridículamente buena, hasta el punto de que el ex olímpico Daniel Cormier no podía competir con él en ese terreno. Jones siempre tuvo una dureza y una durabilidad infravaloradas. Parecía difícil para cualquiera de sus oponentes hacerle daño, sin importar lo fuerte o limpio que le golpearan.

Sorprendentemente, Jones seguirá teniendo una ligera ventaja en el alcance sobre Gane. A pesar de que el francés es dos centímetros más alto, “Bones” tiene mayor alcance, pero no cabe duda de que el francés es un striker fantástico.

Tampoco se puede dejar fuera el hecho de que Gane probablemente será el golpeador más duro al que Jones se haya enfrentado nunca. El galo se mueve con tremenda rapidez y entra y sale de la zona de impacto como si fuera un peso welter. Será difícil encontrarlo.

Jones todavía tiene ese fantástico juego de lucha, y es justo decir que ‘Bon Gamin’ no se veía bien en ese departamento contra Ngannou. ¿Podría haber mejorado su defensa contra los derribos en el año transcurrido desde aquel combate? Por supuesto, pero eso no borra el peligro de enfrentar a un luchador de extrema calidad.

En general, mucho depende de lo bien que se vea Jones después de una ausencia tan prolongada y de lo bien que su cuerpo se adapte a un peso mayor. Si está bien físicamente, entonces su lucha debería sacarle adelante a pesar de recibir algunos golpes fuertes, pero a Gane no se le puede descartar así como así.

Si Jones logra coronarse campeón en dos divisiones, como bien dijo el presidente de la UFC, Dana White, la discusión sobre el más grande de todos los tiempos habrá terminado de una vez y por todas.