Gordéyeva da voz a los ucranianos "que nadie escucha" mientras negocian su futuro
Madrid, 18 mar (EFE).- Una anciana que hubiera preferido morir antes de que empezara la guerra para morir feliz y una mujer que recorre todo el Donbás buscando a su hijo desaparecido son algunos de los "héroes" de 'Llévate mi dolor', un libro en el que Katerina Gordéyeva da voz a "los verdaderos protagonistas de la guerra de Ucrania, los que nadie escucha".
Gordéyeva es una periodistas rusa crítica con el Gobierno de su país que a lo largo de tres largos años de guerra ha entrevistado a decenas de víctimas ucranianas, algunas varias veces, y mantiene contacto con muchas de ellas.
Desde que empezaron las negociaciones de paz que impulsó recientemente el presidente estadounidense, "de este tema casi no se habla" en las muchas conversiones por chat que tiene con los entrevistados porque a todos les parece un movimiento diplomático "tan extraño" que no se sienten involucrados.
"Los políticos están hablando sobre territorios, dinero y minerales, es decir, sobre sus ambiciones, pero no sobre personas", añade la escritora en una entrevista con EFE durante su visita a España para presentar la edición en español.
Según cuenta, los que lo han perdido todo en esta guerra se sienten lejanos a "las ambiciones" que los políticos expresan en estas negociaciones y prefieren dedicar sus pensamientos a un objetivo que requiere de todas sus fuerzas: sobrevivir y soportar el dolor.
La supervivencia ocupa el día a día Tania, Marina, Yulia y todos los entrevistados por Gordéyeva, a los que la escritora pone nombre y da voz para que quede constancia de que "detrás de los número de muertos y desplazados hay personas reales".
Comprender la historia a través de los relatos de personas anónimas
En 'Llévate mi dolor' (Editorial Comanegra), Gordéyeva sigue la estela de la Premio Nobel rusa Svetlana Aleksiévich, de la que se reconoce gran admiradora, y busca comprender la historia a través de las opiniones y relatos de personas anónimas.
Si Aleksiévich captó el alma del pueblo soviético, Gordéyeva busca transmitir el dolor de los ucranianos, personas que ella siente muy cercanas porque nació en Rostov, una región del sur de Rusia fronteriza con Ucrania, culturalmente muy parecida a la Ucrania Oriental.
Aleksiévich fue una de las primeras personas que leyó el libro y dijo: "estas voces son la mejor defensa contra el mal".
Gordéyeva tiene familiares a los dos lados de la frontera, aunque no puede moverse libremente por Rusia porque fue declarada 'agente extranjero', la etiqueta con la que el Gobierno de su país marca a los disidentes.
A pesar de haberse mostrado abiertamente opuesta a la guerra, los ucranianos la reciben con recelo cuando se acerca a ellos para entrevistarlos porque es rusa.
Un recelo inicial que ella ha sabido transformar en confianza, complicidad y largas conversaciones llenas de humanidad, de las que recoge extractos en el libro.
Como el encuentro con Yulia, una mujer que todavía tiene metralla en el cuerpo y está en un centro de refugiados ucranianos en Rusia intentado sacar adelante a un hijo de dos años que no habla, pero obedece al instante si le dices 'al suelo' porque ha vivido muchos bombardeos.
"La guerra la comenzasteis vosotros -dice Yulia a Katerina-, pero de ahí en adelante, salvajadas cometieron todos. (...) La guerra la filtran del lado ruso, pero también del otro lado".
Otra de las entrevistadas, Tania, que perdió a sus dos hijos y su madre -toda su familia- en la toma de Mariúpol, cuenta que en el subterráneo donde se refugiaron en aquellos días negros vio morir a un bebé de hambre y frío.
"Si el infierno existe, estará ahí para albergar a las personas que pusieron en marcha esta guerra -dice la autora-. Y ese infierno debe lucir, precisamente, como un sótano en el que una criatura nace y se muere enseguida, y que aquel que cae en el infierno sabe que todo ello es culpa suya"
"No creo en el perdón -añade-, pero creo en el futuro", por eso, a pesar de que el libro se titula 'Llévate mi dolor', ella no quiere que nadie se lleve el dolor que ha concentrado en estas páginas, sino que quede atrapado para que "no volvamos a repetir errores".
Rosa Díaz
(c) Agencia EFE