Los golpes de timón de Russo y Riquelme en Boca: qué cambios aplicaron en apenas 64 días

Los nuevos aires de una renovada conducción se empiezan a sentir en Boca. Si bien son muchas las decisiones que ya tomó el gobierno de Jorge Amor Ameal, como las modificaciones en la Bombonera y un mayor goce de las instalaciones del club para los socios, entre otras cuestiones, lo que está principalmente en el foco es todo lo referido a lo futbolístico. Y ahí la gran figura del equipo es Juan Román Riquelme, cabeza de un grupo de ex jugadores xeneizes que tienen la confianza de los hinchas por lo hecho en el pasado. Ese equipo de trabajo empieza a pisar fuerte y, a sólo dos meses de haber asumido, ya puso en práctica muchos ítems del proyecto que idearon para "volver a ser".

De por sí, ese fue el primer gran cambio en la institución. Boca venía de tener a Nicolás Burdisso como director deportivo, que se encargó de llevar adelante las negociaciones de incorporaciones o salidas, sumado a otras decisiones vinculadas a las Inferiores. En lugar de una sola persona, las responsabilidades ahora son repartidas: Raúl Cascini, Jorge Bermúdez y Marcelo Delgado acompañan en el Consejo de Fútbol a Román, más allá de que el 10 ocupa también el cargo de vicepresidente segundo.

Con ellos, una nueva forma de comunicar: el hermetismo es fuerte, lo que produce que algunas informaciones sorprendan o se sepan recién con el transcurso del tiempo. También, a la hora de informar despidos: Cascini levantó el teléfono y comunicó la no renovación de varios contratos a los DT de las inferiores.

Así fue como hubo una importante modificación en la estructura amateur. No le renovaron los vínculos al coordinador Regenhardt ni a los técnicos Schiavi, Bracamonte, Saturno, Marchesini, Testone y Luquez. Los únicos que continuaron fueron Pinto y Jorge Martínez, aunque cada uno fue bajado una categoría: el Chavo ahora dirige la séptima, mientras que el Negro está en novena, acompañado por Barijho, que dejó el lugar de cazatalentos. También Ibarra, que se mantuvo como colaborador en la Reserva.

Navarro Montoya y Diego Soñora (como coordinadores), Battaglia y Krupoviesa (DT y ayudante en la Reserva), Giunta y "Cata" Díaz (dupla técnica de la Cuarta), Pompei (Quinta), Walter Pico (Sexta) y Matías Donnet (Octava) fueron parte del nuevo grupo. Incluso, las decisiones de Román dejaron afuera a un amigo suyo de la infancia: tampoco fue renovado el contrato de "Suchard" Ruiz, que apoyó al entonces oficialismo de Angelici, como cazador de talento.

En la relación Primera-Inferiores hubo otra determinación clave. El predio que el club ostenta en Ezeiza, encarado y presentado por la anterior directiva, paradójicamente está siendo más utilizada por la actual. Si bien de la mano de Burdisso y Gustavo Alfaro (técnico en 2019) el plantel profesional se entrenaba una vez por semana en ese Centro de Entrenamientos, actualmente con Miguel Ángel Russo lo hace todos los días.

Y eso tiene un fin. "La intención es que la Reserva se entrene de forma espejada con la Primera, en canchas contiguas. Se busca una convivencia muy cercana, con Battaglia vinculado todo el tiempo con Russo. Si Miguel quiere un juvenil, ya sea por necesidad o gusto, lo pide y lo tiene", le detallaron a LA NACION desde las cercanías al plantel.

"Este trabajo es desde arriba hasta abajo, con conexión entre todos. Este lugar nos da la posibilidad de trabajar todos juntos y hay que saber aprovechar estas oportunidades. Ese es el camino futbolístico", marcó Russo.

En las últimas horas se dio a conocer otra de las tantas medidas que tienen que ver con los más chicos. Existe una bajada de línea hacia esos nuevos encargados de hacer crecer a los jóvenes proyectos para que cada categoría emplee el dibujo táctico 4-3-1-2, que incluye -como parte fundamental en el juego- el rol del enganche que tan bien supo representar Riquelme y fue una marca de la época dorada del club.

"Es la idea que bajamos, que tratemos de jugar así. Si no tenemos esos jugadores, tendremos que salir a buscarlos", reconoció Cascini anoche, en Fox Sports. ¿Hay contradicción con el esquema que utiliza Russo (4-1-3-2)? No. Las urgencias por lucharle la Superliga a River hacen que el planteo deba amoldarse a las características de aquellos jugadores que, entiende el DT, están más preparados.

De todas maneras, en el último receso, Boca tuvo la intención de sumar a Edwin Cardona, un '10' clásico. Todo un síntoma que se une a otro punto fundamental de esta gestión: la búsqueda de jugadores que hayan pasado por el club para que la adaptación sea mucho más corta ante la necesidad de ganar la Copa Libertadores cuanto antes. El colombiano reunía todas las condiciones, pero terminó llegando "Pol" Fernández: no es enlace, pero sí un ex Boca que aporta juego y sacrificio.

El propio volante dio detalles de cómo son las pautas con este cuerpo técnico: "Nos pesan dos veces a la semana. No podemos excedernos, hacemos lo que nos gusta. También hay multas por faltar a entrenamientos, agresiones o faltas de respeto". Nueva conducción, nuevas reglas de convivencia. Apenas pasaron 64 días desde la asunción, pero las intenciones de este nuevo Boca ya se ven muy claras.