La gobernabilidad, atada a la relación de Gustavo Petro con un Congreso atomizado

Gustavo Petro, durante la campaña presidencial
Gustavo Petro, durante la campaña presidencial - Créditos: @Long Visual Press

BOGOTÁ (El Tiempo/GDA).–. Los primeros movimientos de Gustavo Petro, nuevo presidente de los colombianos, serán una de las principales claves para determinar el rumbo de su relación con el Congreso y de la gobernabilidad del nuevo mandatario en los próximos cuatro años.

Así se lo dijeron varios congresistas de los principales partidos políticos con asientos en el Congreso, los cuales comenzarán esta semana a analizar los posibles caminos frente al nuevo gobierno.

Los resultados de la primera vuelta parecieron evidenciar un duro rechazo de varios sectores de la opinión sobre las agrupaciones.

De hecho, casi todos los partidos dejaron en libertad a sus militantes para la votación de anteayer y algunos guardaron silencio.

Pese a esto, existe un escenario con el que el nuevo jefe del Estado tendrá que contar: el Congreso, en el cual las organizaciones políticas tienen la posibilidad de aprobar o frenar sus iniciativas legislativas y hacerle un control político a su gestión.

Como lo han advertido varios observadores, algunas de las propuestas de campaña de Petro tendrían que pasar por allí y la posición de los legisladores frente a ellas será fundamental.

Sin lugar a dudas el resultado electoral fue un primer paso para aclarar el panorama del nuevo gobierno en el Congreso, pero todavía faltan algunos procesos políticos que deben tomar cuerpo.

Esto se traduce en que en este momento no se sabe cuál será la posición de todas las bancadas frente al nuevo presidente y, por ello, no es posible hacer sumas y restas de lo que le espera a Petro en el Poder Legislativo.

Una imagen de archivo del Congreso de Colombia
Una imagen de archivo del Congreso de Colombia


Una imagen de archivo del Congreso de Colombia

En este sentido, una fecha clave será el 7 de septiembre próximo, cuando, según el Estatuto de la Oposición, los partidos deben declararse de gobierno, independientes o de oposición.

Dentro de los pocos puntos claros por el momento está que Petro arranca con el respaldo de las bancadas del Pacto Histórico en el Senado y la Cámara baja, al igual que las del Partido Comunes. Esto podría significar, aproximadamente, un 35% del Congreso.

Y aquí comienzan las cuentas. En el Senado tendrá asiento también una convergencia entre sectores de la antigua Coalición Centro Esperanza y el partido Alianza Verde, en la cual parece haber divergencias.

Dentro de esta alianza hay quienes se unieron a Petro, como, por ejemplo, la senadora Angélica Lozano, pero también hubo otros que apoyaron a su rival, el ingeniero Rodolfo Hernández, entre ellos el senador Iván Name. Y otros más se mostraron inclinados a la independencia, como el exnegociador de paz Humberto de la Calle, una de las mayores votaciones de la lista.

“Por fortuna concluyó esta sucia campaña. El triunfo de Gustavo Petro es nítido. Desde el Senado adoptaré una posición independiente. Apoyaré las iniciativas provechosas y me opondré a las nocivas. Espero nuevos bríos para el proceso de paz”, manifestó De la Calle.

Esto significa que esa bancada, por el momento, no necesariamente se uniría a una eventual coalición de gobierno, sino que habrá que esperar el desarrollo de los primeros días del ganador.

Otro de los puntos que parecen claros es que el Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe, estará nuevamente en las filas de la oposición.

Entre 2014 y 2018, cuando el movimiento uribista llegó al Legislativo, esta fuerza política le hizo oposición a varias iniciativas del entonces presidente Juan Manuel Santos, especialmente en todo lo relacionado al proceso de paz con las FARC.

Tras conocerse el triunfo del candidato presidencial del Pacto Histórico, la senadora y exprecandidata del Centro Democrático María Fernanda Cabal anunció: “Aquí estoy y soy oposición. No los voy a abandonar. Los socialistas sólo saben destruir y nuestra obligación es defender la libertad”.

Y su compañera de bancada Paloma Valencia manifestó: “A esos colombianos que tienen como yo preocupaciones, les aseguro que estaré atenta a la amenaza sobre la propiedad privada y el sector productivo, únicos cimientos para construir equidad social. Así mismo, frente a la confiscación de las pensiones y del sistema mixto de salud”.

Una posición similar tendría el partido cristiano Colombia Justa Libres, el cual anteayer manifestó su intención de estar en esa orilla. Su excandidato presidencial John Milton Rodríguez afirmó que “respetando la decisión mayoritaria del pueblo colombiano” invita a los que “no tenemos identidad” con Petro a que “hagamos una oposición firme y digna, defendiendo la vida y la familia”. Entre estas dos fuerzas podrían tener casi un 20% del Congreso.

En el resto de los partidos todavía reina la incertidumbre. En el Partido Conservador, que tendría 16 senadores y 25 representantes, todavía no se sabe qué camino se tomará. El senador Efraín Cepeda afirmó que se debate “entre la oposición y la independencia” y que hay “sectores importantes” que se inclinan por ser opositores.

En cuanto al Partido Liberal, que tendrá 15 senadores y 32 diputados, tampoco se sabe. El senador Mauricio Gómez Amín, cercano al director de esa fuerza, el expresidente César Gaviria, afirmó que “las señales que Petro envíe en estos 15 primeros días serán claves”.

Según el congresista, estos mensajes “marcarán la pauta de lo que sería su mandato y ahí se sabrá si viene con un tono de venganza o, por el contrario, de unión y tranquilidad en el país”.

En Cambio Radical, el partido del exvicepresidente Germán Vargas Lleras y la familia Char, también se tomarán unos días para analizar la ruta que se tomará en el Congreso.

Cambio Radical contará con 11 senadores y 16 diputados.

El partido de La U, que ostentaría 10 escaños en el Senado y 15 en la Cámara baja, se mostró dispuesto a trabajar con el nuevo gobierno, pero a la espera de que se produzcan los cambios que el país espera.

Los anuncios del nuevo mandatario y los análisis que hagan los partidos políticos en los próximos días marcarán la ruta de la relación del Congreso con Petro y de la gobernabilidad que requieren el nuevo jefe de Estado.