Tras el huracán Trump, Biden impone un vínculo minimalista con la prensa

Joa Biden, en un discurso de esta noche
Agencia AFP

WASHINGTON.- En casi dos meses en la Casa Blanca, Joe Biden desarmó gran parte de la presidencia de Donald Trump, aceleró la campaña de vacunación y firmó su histórico plan de rescate a la economía por casi dos billones de dólares. Pero Biden también impuso un cambio de estilo que, para muchos, marcó un notable retroceso: responde muchas menos preguntas de los periodistas. Un dato que ya se ha ganado titulares en los medios: a diferencia de sus antecesores más cercanos, como Trump, Barack Obama, Bill Clinton, los Bush o Ronald Reagan, Biden aún no ha brindado una conferencia de prensa.

Trump y George H.W. Bush tuvieron su primer mano a mano con los periodistas apenas una semana después de asumir. Obama esperó 20 días. Reagan y Clinton, nueve días. George W. Bush dejó pasar un mes antes de pisar la sala de prensa de la Casa Blanca por primera vez. Biden aún no lo ha hecho.

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El mandatario ha dado varios discursos para reforzar la lucha contra la pandemia del coronavirus, difundir su mensaje y sus medidas y el trabajo de su administración, y esta semana se embarcará en una gira por el país para promocionar su “Plan de Rescate Americano”, el histórico paquete de casi US$ 2 billones que incluye una ampliación de la cobertura social del gobierno federal para millones de norteamericanos con un fuerte acento en la pobreza infantil. Luego de algunas de sus apariciones, Biden ha respondido una o dos preguntas de los periodistas, y también ha tenido algunas entrevistas “uno a uno” para la televisión. Pero nada más.

Más allá de esos intercambios efímeros, Biden ha esquivado hasta ahora una tradición de los presidentes norteamericanos. The Washington Post destacó que el trecho de más de 50 días de Biden sin cumplir con ese ritual marcaron el período más largo para un presidente sin responder preguntas directas de varios periodistas del último siglo, desde Calvin Coolidge, quien se ganó el sobrenombre de “Silencioso Cal”.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ya ha tenido que responder interrogantes al respecto –muchos ya la toman como la primera gran polémica de la presidencia de Biden– y prometió que Biden dará su primera conferencia de prensa antes de que termine marzo.

“Esperamos tener una conferencia de prensa completa en las próximas semanas, antes de fin de mes, y estamos trabajando para establecer una fecha final para eso, y tan pronto como lo hagamos, se lo haremos saber”, Psaki dijo a los periodistas en la rueda de prensa del viernes último.

El estilo de Biden es notorio porque además ha marcado un claro repliegue en la comunicación oficial respecto de Trump, su antecesor directo, quien respondía preguntas casi a diario de los periodistas y solía tener conferencias de prensa un tanto caóticas e improvisadas cada vez que se topaba con el pool de prensa de la Casa Blanca en el jardín sur de la residencia oficial antes de subirse al helicóptero Marine One para emprender un viaje.

La renuencia de Biden para tener un contacto directo y frecuente con la prensa dista de ser nueva. Biden ya había impuesto esa impronta para guiar su vínculo con los periodistas desde su campaña presidencial, cuando también se lo criticó por brindar apenas un puñado de conferencias de prensa. El tema se convirtió en una crítica frecuente a Biden por parte de Trump y sus aliados, que continúa al día de hoy, ya con Biden en la Casa Blanca.

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“Creo que su equipo no tiene fe en que él pueda estar en el podio y tener una conferencia de prensa como lo hizo el presidente Trump muchas veces”, dijo a la cadena Fox Kayleigh McEnany, la última vocera de Trump en la Casa Blanca. “No creo que esto sea el presidente Biden diciendo: ‘No quiero hacer esto’. Creo que quienes lo rodean reconocen que cuando habla, no siempre sale tan bien, como cuando llamó a los republicanos ‘neandertales’, como lo hizo recientemente en el Salón Oval”, se quejó.

Los defensores y aliados de Biden ningunean las críticas de la derecha, y enumeran los logros de Biden en sus primeras semanas en la presidencia para indicar que el mandatario está mucho más concentrado que Trump en el diseño y la implementación de políticas públicas, y menos enfocado en ser el centro de atención de los medios. Además, recuerdan la cantidad de mentiras diarias que Trump solía decir en su contacto con la prensa para instalar su relato.