Giras presidenciales internacionales: fotos, cenas, glamour, ¿y ya?

Desde que gobernó el presidente Adolfo López Mateos de 1958 a 1964, los presidentes de México han viajado por todo el mundo utilizando el argumento de diversificar los mercados para los productos mexicanos y buscar inversionistas que arriesguen su capital para promover la industria, el empleo, realizar intercambio educativo y cultural con las naciones visitadas y demás.

Pasaron más de 60 años y el objetivo sigue siendo el mismo. Hoy el presidente Enrique Peña Nieto se encuentra de gira por Alemania y Dinamarca donde se propone firmar diversos documentos.

Con Alemania se formalizaron acuerdos de cooperación en materia de energía, transporte, educación, salud, medio ambiente, financiamiento de nuevas tecnologías, promoción de pymes y en el área científico-tecnológica. Para México es el primer socio comercial entre los países de la Unión Europea y el quinto a nivel mundial, con 2.2 por ciento de participación en el comercio total del país. En el territorio mexicano radican mil 825 empresas con inversión alemana, que generan más de 120 mil empleos, destacan Volkswagen, Audi, BMW, Continental Tire, Bayer y BASF.

Con el gobierno de Dinamarca se firmarán acuerdos relacionados con energía, exportaciones, comercio y salud. Entre los países nórdicos es el segundo socio comercial de México y el décimo cuarto de la Unión Europea. Nuestro comercio se ha incrementado en casi 300% entre 1999 y 2015 y suma 657.4 millones de dólares. Hay inversión danesa en 218 empresas.

En el comunicado de prensa de la presidencia se dice que las visitas a Alemania y Dinamarca “contribuirán a refrendar que México es un actor con responsabilidad global, un socio confiable y con futuro, y un destino atractivo para invertir y visitar. Además, nos permitirán aprender de las mejores prácticas y beneficiarnos de los vínculos con países de gran desarrollo e importancia global.”

A partir de que el presidente Peña Nieto asumió el poder ha realizado más de 40 giras internacionales y diversos países en todo el mundo, algunos han sido visitados en más de una ocasión.

El especialista en política internacional Günther Maihold (Revista Nexos, 8 enero 2015), Titular de la Cátedra Guillermo y Alejandro de Humboldt en El Colegio de México, señala que en la “gestión de política exterior del gobierno de Enrique Peña Nieto, se puede afirmar que ha seguido a una matriz lopezmateista, tratando de volver a colocar el país en el escenario internacional y buscando una diversificación hacia aquellas regiones del mundo donde México no ha tenido una presencia en términos tradicionales.”

Comenta el investigador de El Colegio de México que no obstante los esfuerzos del gobierno de Peña Nieto por divulgar la imagen de un país como destino atractivo para las inversiones extranjeras, el panorama se dificulta ante sucesos como “Ayotzinapa, Tlatlaya y los problemas de la seguridad no pueden sacarse de la foto, son parte de la realidad del país y necesitan integrarse en el diseño de políticas. La violencia interna ha cambiado la percepción del país.”

Es un hecho que por más de sesenta años el Estado ha buscado posicionar a México como un actor significativo en el concierto internacional, pero el retraso económico, social y político de la nación no le ha permitido alcanzar este objetivo.

Las giras presidenciales son reiterativas en cuanto a los objetivos que se plantean y en la mayoría de las ocasiones significa la firma de convenios que no se cumplen, excepto cuando las empresas de los países se interesan en aprovechar las ventajas que el gobierno mexicano ofrece para que sus inversiones se radiquen en México, como son pago de bajos impuestos; garantía de estabilidad laboral; mediante “sindicatos blancos o de empresa”, facilidades para la importación de materiales y para la exportación de su producción, estabilidad salarial y demás.

Por décadas las giras presidenciales han servido para promocionar al país como destino para las maquiladoras y como proveedor de materias primas, entre ellas el petróleo que en la coyuntura actual de reformas estructurales creó el efímero “Mexican Moment” que por la vía de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, pasó en breve plazo a la exhibición mundial del gobierno de Peña Nieto como ineficaz y autoritario.

Los viajes a países desarrollados, como Alemania y Dinamarca, de Peña Nieto y los presidentes que lo antecedieron no han logrado beneficios significativos para México porque no puede haber equidad entre los que son diferentes, en principio esos países disfrutan y tienen una tecnología propia e invierten en investigación científica, lo que les permite explotar sus patentes por largo plazo mediante sus industrias en su territorio o en otras partes del mundo.

Países atrasados y dependientes en ciencia y tecnología, como México, solo pueden participar en el comercio internacional con la oferta de materias primas y eso es lo ofrecido por los presidentes mexicanos, además, claro está, de la hospitalidad, el folklor, el clima y el paisaje del país, en el campo del turismo, actualmente explotados en los principales destinos por empresas trasnacionales. Los viajes del presidente Peña Nieto no son para hacer negocios son para promover las ventajas que México ofrece para que los extranjeros vengan a hacer fortuna y para que empleen la mano de obra barata, compren algunos barriles de petróleo y bananas dulces.

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