Gibraltar, el otro sacrificio en la huida hacia adelante del Brexit: más europeo y español que antes

La segunda ola de coronavirus en Europa está provocando un récord de contagios en la mayoría de países del continente y es la principal fuente de preocupación de los distintos Gobiernos. Sin embargo, hay otro tema cuyo desenlace se acerca rápidamente y que también tiene una gran importancia. Se trata del Brexit.

El 31 de diciembre de 2020 finaliza el periodo de transición y desde el primer día de 2021 los caminos de Reino Unido y la Unión Europea se habrán separado definitivamente. A apenas dos meses de que llegue la fecha, todavía no hay acuerdo sobre el divorcio, por lo que se empieza a acabar el tiempo.

La situación de Gibraltar tras el Brexit es fuente de preocupación. (Photo by María José López/Europa Press via Getty Images)
La situación de Gibraltar tras el Brexit es fuente de preocupación. (Photo by María José López/Europa Press via Getty Images)

Pese a que la mayoría de conversaciones han estado enfocadas a la situación de la frontera irlandesa, lo cierto es que hay un segundo lugar de soberanía británica que comparte frontera con la UE y que necesita una solución. Es Gibraltar.

El territorio, que se encuentra al sur de la Península Ibérica y que apenas cuenta con 6,8 kilómetros cuadrados, fue cedido a los británicos en 1713 mediante el Tratado de Utrecht. Desde entonces España ha reivindicado su soberanía, aunque siempre sin éxito y la Roca nunca ha vuelto a estar en manos españolas en los últimos 300 años.

Cabe recordar que cada día miles de personas (unas 15.000, de las cuales 10.000 son españolas) cruzan la verja para trabajar en el Peñón. Algo que no podrán hacer a partir del 1 de enero de 2021 si no se ha producido un acuerdo antes entre el Reino Unido y la Unión Europea, ya que las fronteras estarán cerradas.

Pese a que en Gibraltar se votó mayoritariamente por la permanencia en Europa (más de un 95% de sus residentes así lo eligieron) el hecho de que el Brexit saliera adelante por una escueta mayoría en todo el territorio británico obliga a que el Peñón también abandone la Unión. Una circunstancia que puede ahogar su economía, por lo que se están buscando soluciones.

España, que lleva años reivindicando la soberanía compartida del territorio, ha propuesto la fórmula de la responsabilidad compartida. Una medida en la que el país pasaría a convertirse en una especie de enlace del Peñón con la UE y representaría sus intereses en Bruselas. Esta propuesta no gusta a las autoridades del Peñón, ya que temen que esta responsabilidad compartida podría ser el primer paso hacia la soberanía compartida, una reivindicación que rechazan.

Hay otra posibilidad encima de la mesa que ahora mismo es la que está más cerca de prosperar. Se trata de que Gibraltar se una al espacio Schengen, lo que eliminaría los controles fronterizos y permitiría que tantos los ciudadanos europeos como los del Peñón puedan moverse libremente.

Se da la circunstancia de que pese a su pertenencia a la Unión Europea durante más de 40 años el Reino Unido nunca ha pertenecido al espacio Schengen, por lo que esta medida haría que Gibraltar estuviera más unido a Europa y a España que antes.

Las banderas del Reino Unido, de Gibraltar y de la Unión Europea ondean en el Peñón. (Photo by María José López/Europa Press via Getty Images)
Las banderas del Reino Unido, de Gibraltar y de la Unión Europea ondean en el Peñón. (Photo by María José López/Europa Press via Getty Images)

Sería la forma en la que el Peñón se libraría de tener que usar un mediador y seguiría el ejemplo de otros microestados, como por ejemplo Liechtenstein, que se benefician de estas áreas de viaje comunes. La diferencia respecto a otros casos es que Gibraltar no es un estado independiente, por lo que habría que encontrar un acuerdo a medida, algo que en principio no entrañaría ninguna dificultad y podría hacerse.

La paradoja en todo caso sería que el Brexit nació con el objetivo de recuperar el control de las fronteras y una vez que este se materialice la solución para Gibraltar puede pasar por su inclusión en Schengen, que aboga precisamente por lo contrario.

De momento esta última posibilidad parece que es la que más convence a las autoridades del Peñón, aunque empieza a acabarse el tiempo. A falta de dos meses de que se cumpla el plazo, miles de personas todavía no saben si podrán seguir yendo a trabajar a Gibraltar. El tiempo corre.

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