En un gesto sin precedentes, Cuba permitirá que compañías rusas arrienden tierras en la isla
En otra señal de la fortaleza de su alianza, el gobierno cubano otorgará un trato preferencial a los inversionistas rusos, permitiéndoles arrendar tierras por 30 años, un gesto sin precedentes en la isla comunista, anunció este jueves un funcionario ruso en una reunión con representantes empresariales rusos en La Habana.
Boris Titov, Comisionado Presidencial para los Derechos del Empresario de Rusia y presidente del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, dijo el jueves a representantes de más de cincuenta empresas rusas que las autoridades cubanas “están listas para brindar condiciones especiales a los empresarios rusos”, informó el medio ruso Sputnik.
Según Sputnik y la agencia de noticias Reuters, el funcionario ruso dijo que las concesiones incluían el derecho a hacer uso de tierra cubana por plazos de 30 años, la importación libre de impuestos de maquinaria agrícola y el derecho a repatriar las ganancias en moneda extranjera, que el gobierno cubano actualmente restringe.
En otro anuncio, el viceprimer ministro de Rusia, Dmitry Chernyshenko, quien llegó a la isla el jueves en una visita oficial, dijo que el gobierno cubano también ha dado luz verde a que bancos rusos abran filiales para financiar empresas rusas en la isla y que ambos países utilizarán el rublo sus proyectos conjuntos, según un comunicado del gobierno ruso.
El viernes, Chernyshenko anunció que la aerolínea estatal rusa Aeroflot reanudaría los vuelos regulares a Cuba el 1 de julio, informó la agencia de noticias rusa Tass.
“Las relaciones entre Rusia y Cuba tienen un significado histórico y no están sujetas a coyunturas políticas”, dijo Chernyshenko a su llegada a la isla, y agregó que llevaba instrucciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, según indica el comunicado del gobierno ruso. “Tenemos la intención de hacer todo lo posible para ayudar a que la economía cubana alcance un nivel decente”.
La ráfaga de anuncios es la señal más clara hasta el momento de la decisión del gobierno cubano de alejarse más de la apertura de su economía a los inversionistas estadounidenses, especialmente a los cubanoamericanos, a favor de su antiguo aliado político cuando la isla busca un salvavidas para salir de su crisis económica. También podría agregar tensión a la relación ya tensa de Cuba con los Estados Unidos en un momento en que la administración de Joe Biden está expandiendo las sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania.
“Nada ni nadie puede detenerlo”, dijo el ministro de Comercio Exterior de Cuba, Ricardo Cabrisas, sobre los lazos económicos con Rusia, informó Reuters.
En contraste, el gobierno cubano aún tiene que responder a la autorización de la administración de Biden a una empresa estadounidense para ofrecer un préstamo e invertir en una pequeña empresa privada en Cuba el año pasado, el primero de esos permisos en varias décadas.
Cuba culpa de la crisis económica de la isla al embargo de Estados Unidos y al impacto de la pandemia de COVID, al tiempo que se niega a realizar reformas sustanciales a su ineficiente economía de planificación centralizada que restringe la propiedad privada, la competencia de mercado y las inversiones. El gobierno cubano autorizó a sus nacionales a poseer pequeñas y medianas empresas privadas en 2021 por primera vez en varias décadas. Pero diferentes facciones dentro del gobierno están divididas en cuanto a qué tan lejos quieren llegar para impulsar el sector privado, que los intransigentes dentro del Partido Comunista ven como una amenaza para su control sobre la población.
Funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores han tratado de asegurar a los posibles inversionistas estadounidenses, en particular a los cubanoamericanos, que podrían hacer negocios en la isla. Aún así, la falta de respuesta a la licencia de Estados Unidos y los mayores lazos con Rusia indican que el ala más conservadora está ganando por ahora.
Permitir que las empresas rusas arrienden tierras puede ser particularmente controversial porque los ciudadanos y las empresas estadounidenses todavía tienen derechos de propiedad certificados sobre las tierras confiscadas por Fidel Castro poco después de que asumiera el poder en 1959.
La medida, que no fue reportada en los medios estatales cubanos, también podría avivar el descontento de la población con el gobierno de Miguel Díaz-Canel.
El gobierno cubano es el mayor terrateniente del país después de que Castro ordenara la confiscación de la mayoría de las tierras a través de la llamada Reforma Agraria. El control excesivo del gobierno sobre las tierras, la agricultura, la distribución de alimentos y los precios ha provocado que la producción agrícola se desplome, y los economistas han aconsejado al gobierno que permita que más cubanos posean o arrienden tierras para dedicarse a la producción de alimentos.
Para Rusia, encontrar nuevos mercados para sus productos se ha vuelto más crucial después de que la invasión de Ucrania derivó en sanciones financieras y económicas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea. Varios funcionarios han viajado a la isla en los últimos meses a la isla, que Putin ve como un aliado clave a solo 90 millas de las costas estadounidenses.
Los funcionarios rusos en La Habana promocionaron una serie de acuerdos en el tintero, entre ellos que los hoteles cubanos acepten las tarjetas de pago rusas Mir, el aumento de los vuelos chárter que conectan los dos países, la apertura de una casa comercial rusa en La Habana y el establecimiento de una ruta directa para el transporte de carga. Los funcionarios también dijeron que el comercio ruso con Cuba creció a 452 millones de dólares, tres veces la cantidad en 2021. La mayor parte corresponde al petróleo, aclararon los funcionarios.
Pero algunos expertos dudan del interés real de las empresas rusas por invertir en la isla y aprovechar los beneficios prometidos, dada la larga historia de incumplimiento de pagos de Cuba y los temores a litigios por los derechos de propiedad.
Estas concesiones “no son representativas de una economía sólida dirigida por el gobierno; es casi un mensaje de desesperación”, dijo John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, cuya empresa recibió la licencia del gobierno estadounidense para invertir en un negocio privado en Cuba.
“Rusia está actuando como un fondo buitre”, dijo. “Y dada la historia financiera de Cuba, es muy probable que la experiencia rusa no sea duradera”.