Gavin Newsom y Ron DeSantis se enfrentarán en Fox. ¿Quién corre el mayor riesgo político?

Gavin Newsom y Ron DeSantis se adentran en territorio desconocido en su búsqueda del estrellato político.

Un debate televisado a nivel nacional entre dos políticos que no se postulan para las elecciones es una rareza. El paralelo moderno más cercano es el enfrentamiento de noviembre de 1993 entre el vicepresidente Al Gore y el candidato presidencial de 1992 Ross Perot sobre política comercial, moderado por Larry King de la CNN.

Esto significa que se desconocen en gran medida los riesgos y las recompensas.

Fox News anunció el lunes que Newsom y DeSantis se reunirán el 30 de noviembre en Georgia con Sean Hannity, presentador de Fox News, como moderador. El canal de noticias llama al evento “Debate del Estado Rojo vs. el Estado Azul”.

DeSantis, gobernador de la Florida, aspira a la nominación presidencial republicana el próximo año. Newsom, el gobernador de California, está tratando de establecerse como la principal voz demócrata en la era posterior a Joe Biden.

Lo que digan –y cómo se vean– probablemente fijará sus imágenes en la mente de los electores durante mucho tiempo. Cuenten con que ambos se presentarán utilizando una serie de ideas cuidadosamente pulidas.

“Lo que recordamos de estos debates son los chistes”, dijo Gibbs Knotts, decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales del College of Charleston.

“Si a alguien le va mal y mete la pata, se harán memes sobre ello”, añadió. Gibbs es autor de “First in the South: Why South Carolina’s Presidential Primary Matters”.

La mayor recompensa puede venir simplemente de presentarse.

“Ambos candidatos ganan el debate por el solo hecho de que se celebre”, dijo Jacob Thompson, experto en debates presidenciales de la Universidad de Nevada, en Las Vegas. “Su objetivo es tanto la atención mediática como el reconocimiento del nombre”.

Las meteduras de pata tienden a ser menos importantes ahora, dijo. Esto es especialmente cierto en un debate como este, en el que cada candidato intenta consolidar su base ofreciendo a sus partidarios un montón de puntos destacados, temas de conversación y gritos de guerra.

La política es amargamente partidista, y “el partidismo inspira a la gente a votar en contra de alguien más que a favor”, dijo Thompson. “Estás ahí para animar a la otra persona a que lo haga bien. Uno cree que son perfectos”.

Ambos tienen el dinero y la experiencia para dar forma a sus imágenes tanto a través de la publicidad como de la política. Lo que hace que un debate entre ellos sea tan impredecible es que se trata de un acontecimiento poco frecuente que ninguno de los dos puede controlar por completo.

DeSantis

DeSantis podría estar en un punto en el que tiene poco que perder.

Las nuevas encuestas muestran que su posición se erosiona a nivel nacional y en los primeros estados de las primarias. Una encuesta de CNN/Universidad de New Hampshire de la semana pasada encontró que ha perdido alrededor de la mitad de su apoyo en los últimos dos meses.

Está por detrás del ex presidente Donald Trump (39% frente a 10%) y prácticamente empatado con Vivek Ramaswamy (13%), Nikki Haley (12%) y Chris Christie (11%). Las encuestas entre los electores de Iowa siguen más o menos igual.

Pero un buen debate contra Newsom pudiera ayudar.

“Si DeSantis lo hace bien, puede que sea un buen impulso”, dijo Tobe Berkovitz, profesor emérito de publicidad en la Universidad de Boston.

“DeSantis necesita cualquier cosa para conseguir algo de impulso y tiene un 50-50 de posibilidades de que este debate lo sea”, dijo Berkovitz, un veterano consultor de campaña. “Si ni siquiera puedes debatir con Newsom, ¿cómo vas a debatir con nadie más?”.

Los puntos de discusión de DeSantis deberían ser fáciles, dijo. “California es la otra cara de la Florida. Estás viendo dos polos opuestos en términos de economía y cuál estado parece estar en alza y cuál está a la baja”.

El gobernador de la Florida ha demostrado su capacidad para desgranar los hechos en apoyo de sus afirmaciones, el tipo de estilo que “puede unir a la base republicana”, dijo Knotts.

El inconveniente para DeSantis es parecer demasiado pedante, demasiado aburrido. Y cualquier desliz, o percepción de que es aburrido, es probable que tenga consecuencias a corto plazo para DeSantis, no para Newsom.

“DeSantis tiene inherentemente más en juego porque es quien realmente es candidato nacional en este momento”, dijo Kyle Kondik, editor administrativo de Sabato’s Crystal Ball, una firma de análisis político no partidista.

La mayor incógnita es qué puede necesitar DeSantis políticamente. Eso puede quedar más claro esta semana, después de que el Partido Republicano celebre su segundo debate presidencial hoy miércoles por la noche en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan en California.

¿Tendrá DeSantis impulso y usará el evento de Newsom para mantener esa energía? ¿O será un perdedor que enfrenta un último esfuerzo para salvar su candidatura?

Newsom

El gobernador de California enfrenta una mezcla diferente de riesgos y recompensas. Fuera de California, apenas se le conoce, lo que significa que pase lo que pase es probable que deje una fuerte impresión.

“En estos momentos, nadie lo toma en cuenta”, dijo Dennis Goldford, profesor de política en la Universidad Drake de Des Moines. Iowa ha sido tradicionalmente el primer caucus presidencial del país, aunque ahora los demócratas se están decantando por otros estados.

Newsom ha estado trabajando duro para establecer una presencia nacional entre los iniciados en política, viajando a estados conservadores y reprendiendo a DeSantis y otros gobernadores republicanos. Incluso usó el dinero de su reelección como gobernador para financiar anuncios televisivos, impresos y vallas publicitarias a favor de las políticas de California en la Florida, Texas y otros bastiones del Partido Republicano.

Apareció en el programa de Hannity dos veces en junio, pero enfrentar a DeSantis pudiera suponer un impulso mayor.

“Ser un enemigo de Ron DeSantis construye tu perfil nacional”, dijo Scott Brennan, miembro del Comité Nacional Demócrata de Iowa. “Tiene que ser divertido para Newsom decir: ‘Estas son las políticas que nos importan en California. Nos importa la gente y la educación’”.

Newsom, sin embargo, pudiera tropezar si la charla gira en torno a asuntos federales. DeSantis fue congresista durante unos seis años, presidiendo una subcomisión de seguridad nacional. Tiene experiencia estudiando legislación que afecta a la defensa nacional y a la deuda nacional.

“Como gobernador realmente no ha tenido que tomar posición en esos temas”, dijo Knotts de Newsom. “Se está adentrando en territorio nuevo”.

El resultado

Las presentaciones televisadas a nivel nacional tienen un largo historial ya que establecen la imagen que va a perdurar en la mente del público.

El gobernador de la Florida corre el riesgo de alienar a los electores a pocas semanas del caucus de Iowa del 15 de enero. La candidatura presidencial del ex gobernador de Texas, Rick Perry, en 2012 se vino abajo rápidamente cuando no pudo recordar la tercera de las tres dependencias federales que había propuesto eliminar durante un debate en 2011.

El senador Mario Rubio, republicano por la Florida, era una prometedora estrella republicana. Pero durante años fue reprendido porque tomó una botella de agua mientras pronunciaba la respuesta republicana al discurso del presidente Barack Obama sobre el Estado de la Unión de 2013.

Al final, lo que está en juego es el debate, y punto. Las estrategias de campaña son una ciencia en constante cambio, y un enfrentamiento Newsom-DeSantis –un debate entre dos políticos prominentes que no compiten directamente entre sí– pudiera seguir sus propias reglas, incluso en lo que respecta a los errores.

“La historia está repleta de meteduras de pata que se convierten en potenciales acontecimientos que arruinan campañas políticas”, dijo Thompson, de la UNLV. “Pero en el actual entorno político, increíblemente polarizado, las meteduras de pata desempeñan un papel menos importante, a menos que dañen su reputación entre sus bases”.