El eterno dilema sobre los gatos: ¿adorables mascotas o despiadados depredadores?

Sylvia y Wesley Goshe intentan hacer que Catson, una de las mascotas de la familia, salga a los alrededores de su casa de Moreland Hills, Ohio, el 24 de junio de 2022. (Dustin Franz/The New York Times)
Sylvia y Wesley Goshe intentan hacer que Catson, una de las mascotas de la familia, salga a los alrededores de su casa de Moreland Hills, Ohio, el 24 de junio de 2022. (Dustin Franz/The New York Times)

Zeke, un gato blanco con gris de pelo corto aficionado a atrapar ratas, es conocido en su vecindario de Boston por ser un merodeador temerario.

Una vez, un vecino le llamó a su propietaria, Tricia Brennan, un poco asustado.

“Zeke está allá atrás y parece que está atacando a un mapache”, dijo el vecino, de acuerdo con Brennan, una ministra de la Iglesia Unitaria Universalista.

“¿Qué hago?”.

El enfrentamiento terminó cuando el vecino espantó a ambos animales con una escoba, pero el relato no hizo más que reafirmar la leyenda de Zeke. También fue un recordatorio de que los gatos son descendientes del gato montés del cercano oriente, un cazador fiero y solitario.

Ya los hemos visto: gatos bien alimentados, a veces con collar, acechando en las calles como si estas les pertenecieran o tumbados en una cálida acera para tomar el sol.

Los amantes de los gatos los consideran encantadores. Los conservacionistas de la vida silvestre y los amantes de las aves solo ven a asesinos peludos y los culpan del descenso de la población de aves y la muerte de un sinnúmero de ratas de campo, ardillas y otros animales pequeños.

Tricia Brennan cargando a Zeke, un gato que sale a las calles a vagar por el vecindario, en Jamaica Plain, Massachusetts, el 18 de junio de 2022. (Vanessa Leroy/The New York Times)
Tricia Brennan cargando a Zeke, un gato que sale a las calles a vagar por el vecindario, en Jamaica Plain, Massachusetts, el 18 de junio de 2022. (Vanessa Leroy/The New York Times)

Lo que opines acerca de los gatos que andan en la calle también puede depender del lugar del mundo en el que te encuentres. De acuerdo con un estudio de 2021 sobre la población de gatos, en Estados Unidos, cerca del 81 por ciento de los gatos domésticos se quedan dentro de la casa. Pero en otros lugares puede ser mucho más común que los dejen andar vagando. Según este mismo estudio, en Dinamarca, solo el 17 por ciento de los gatos son estrictamente gatos de casa. En Turquía, es tan común que los gatos ferales entren y salgan libremente de las cafeterías, restaurantes y mercados, que se realizó un documental sobre este fenómeno. En Polonia, hace poco se les consideró como una “especie ajena invasiva”.

Y en el Reino Unido, donde el estudio de 2021 reveló que el 74 por ciento de los propietarios de gatos los dejan salir a vagar, muchas organizaciones benéficas para gatos ofrecen recomendaciones a los dueños de mascotas sobre la mejor forma de mantener a salvo a los gatos que andan en la calle. Tal vez esta idea les suene espantosa a sus homólogos estadounidenses, quienes casi siempre se rehúsan a dar gatos en adopción a la gente que quiere que sus mascotas anden en la calle.

“Siempre lo hemos hecho de esa manera”, comentó Nicky Trevorrow, una conductista del Reino Unido especialista en gatos que trabaja en Cats Protection, que exhorta a los propietarios de gatos a meterlos en la noche y alimentarlos con comida de buena calidad para evitar que tengan una conducta predatoria.

“Como conductista, tendría que decir que estoy a favor de darles su espacio a los gatos para que respiren y anden en el exterior”, comentó Trevorrow.

Pero, ¿acaso los gatos deben tener tanta libertad?

‘No podemos quitarles su instinto animal’

Durante gran parte del siglo XX, la mayoría de los gatos se quedaban en el exterior, comentó David Grimm, autor del libro “Citizen Canine: Our Evolving Relationship With Cats and Dogs” y editor adjunto de noticias en la revista Science.

En 1947, el invento de la arena para gatos hizo que fuera más admisible tener adentro a los gatos.

“Pero incluso entonces, la gente consideraba a los gatos animales menos domesticados”, señaló Grimm. “Y nadie quiere limpiar la arena”.

En 1949, la asamblea general de Illinois aprobó “el proyecto de ley para los gatos”, una medida destinada a proteger a las aves, mediante el cual se multaba a las personas que dejaban a sus gatos en el exterior, pero el gobernador Adlai Stevenson vetó este proyecto de ley.

“La naturaleza de los gatos es vagar un poco sin compañía”, aseveró en una carta a los legisladores. “Yo creo que el estado de Illinois y los órganos de gobierno locales ya tienen suficiente que hacer sin tratar de controlar la delincuencia felina”.

No fue sino hasta la década de 1980 y principios de la de 1990 aproximadamente, que más estadounidenses comenzaron a tener a sus gatos dentro, cuando los conservacionistas alertaron sobre un descenso en la población de aves y los veterinarios advirtieron que un gato que anda en la calle es más propenso a contraer enfermedades, parásitos e infecciones y podría ser presa de ataques de depredadores más grandes, como coyotes y halcones, o de autos a gran velocidad.

Pero a muchos propietarios de gatos también les genera conflicto el hecho de mantener en el interior a una criatura curiosa e inquieta, explicó Grimm, quien ha entrenado a sus propios gatos a caminar con correa cuando están afuera.

“No me sentía bien” de tenerlos adentro, comentó. “Al igual que no tendría a mis hijos dentro de la casa todo el día. No podemos quitarles su instinto animal”.

Al principio, Brennan, la propietaria de Zeke, trató de mantenerlo dentro, pero él mordisqueaba las suelas de los zapatos, le jalaba el cabello y embestía tanto, que su hija adolescente tenía que encerrarse en su habitación.

“Tener un gato que anda en la calle es como una tensa calma”, comentó Brennan, de 65 años.

¿Una asesina llamada Tibbles?

Los especialistas en la vida silvestre a menudo cuentan la historia de Tibbles, una gata que, en 1894, se fue con su dueño a Nueva Zelanda.

Ambos se instalaron en Stephens Island, un lugar que estaba lleno de una clase de ave pequeña que no puede volar.

Pero los conservacionistas han afirmado que cuando llegó Tibbles, esta cazó, sin ayuda de nadie, todas las aves hasta llevarlas a su extinción.

Según un estudio de 2011 realizado por biólogos, los gatos han exterminado a las criaturas nativas en todos los lugares en que estos han ingresado.

“Estoy convencido de que es una especie invasiva bastante destructiva”, señaló Jason Luscier, profesor adjunto de Biología en LeMoyne College, en Siracusa, Nueva York. Luscier colaboró en el desarrollo de una aplicación llamada “Cat Tracker” diseñada para obtener una información más precisa sobre la cantidad de gatos que deambulan por las calles en todo el mundo.

Luscier, quien subrayó que le encantan los gatos (“son muy abrazables”), mencionó que las colonias de gatos ferales, las cuales se multiplican con mucha facilidad y pueden saturar un ecosistema, son la mayor amenaza para las aves y otros animales silvestres, no los gatos domésticos que salen a las calles, luego regresan en la noche y reciben sus alimentos de manera habitual.

Luscier cree que la mejor solución es adoptar a los gatos ferales, esterilizarlos y domesticarlos, lo cual es una política que fomenta la Sociedad de la Vida Silvestre.

¿Los gatos pueden vagar en el exterior ‘sin que haya mortandad’?

Trevorrow, la conductista del Reino Unido, mencionó que la gente casi nunca logra ver las amenazas más importantes para las aves, como la pérdida de su hábitat y el uso comercial de pesticidas que matan a los insectos, el alimento natural de los pájaros.

“Tengo la sensación de que los gatos son usados como chivos expiatorios”, comentó Trevorrow.

La Real Sociedad para la Protección de las Aves en el Reino Unido señaló que el descenso de las poblaciones de aves ha sido resultado principalmente de los problemas provocados por el ser humano, como el cambio climático, la contaminación y el manejo de la agricultura.

Aunque hay pruebas de que los gatos pueden matar hasta 27 millones de aves al año en el Reino Unido, “también existen pruebas de que los gatos tienden a cazar las aves débiles o enfermas que están en los jardines”, comentó Anna Feeney, vocera de la organización.

“Es poco probable que los gatos afecten mucho a las poblaciones”, aseveró en un correo electrónico.

Trevorrow ha escrito manuales para los propietarios de gatos que desean mantener afuera a sus mascotas y tener un jardín que atraiga a las aves y a otros polinizadores.

“Se pueden tener ambas cosas sin que haya mortandad”, afirmó Trevorrow.

© 2022 The New York Times Company

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