Gary Neville: su “martirio” como DT de Valencia, los duelos perdidos con Simeone y Valverde, y el “no saludo” de Luis Enrique
Fueron 28 partidos de sufrimiento. Más allá de que las estadísticas no lo acompañaron, lo cierto es que Gary Neville (49 años) padeció ser DT de Valencia, de España. El inglés, que había sido asistente de Roy Hodgson en la selección de Inglaterra, hizo catarsis de lo que vivió luego de que Peter Lim lo eligiera para ser entrenador.
El 2 de diciembre de 2015, se anunció oficialmente la contratación de Neville como primer entrenador del Valencia, firmando un contrato hasta el final de la temporada 2015/16. El club es propiedad de su socio y amigo Peter Lim, que por entonces buscaba un técnico para al menos terminar el campeonato tras la destitución de Nuno Espírito Santo. Pero la historia no terminó como pensaban la principal autoridad del club ni el entrenador, por supuesto. Neville solo dirigió al Valencia en 28 encuentros, sumando 10 victorias, 7 empates y 11 derrotas.
Los números tampoco fueron tan caóticos, pero el sufrimiento (y el mal momento) fueron internos. Neville sinceró sus sensaciones en el podcast Stick to Football contando lo que fue esta etapa como director técnico de Valencia: “Después de un par de meses en el trabajo en Valencia, recuerdo que me miré al espejo una mañana y pensé que me veía enfermo”, comenzó explicando.
Fueron varios los partidos en donde el exreferente de Manchester United se vio desbordado por la situación. Su nombramiento había causado una gran sorpresa en el mundo ché. La poca experiencia en la profesión y no saber el idioma lo condicionaron negativamente. Y encima le tocó tener duelos tácticos y estratégicos con entrenadores de la talla de Ernesto Valverde, Diego Simeone, Luis Enrique...
“Recuerdo que jugamos tres veces contra el Athletic de Bilbao y Ernesto Valverde era el entrenador. Jugó con un sistema diferente al que pensé que usaría y luego cambió durante el partido, Recuerdo haber pensado que no estaba ni cerca de ese nivel. Me sentí enormemente inferior a él porque me costó controlar y ver el juego desde la banda”, agregó. Ahí estuvo el principal malestar de desesperación de Neville, ya que -a medida que iba dirigiendo- no se sentía preparado para el desafío.
“Te pones en la línea de banda y estás viendo un partido donde lo único que puedes ver son las piernas, y cómo piensas el juego tácticamente o cómo los entrenadores ven las cosas, no tengo idea porque recuerdo haber pensado que no tenía idea de qué estaba pasando. Con Valverde fue la primera vez que sentí que estaba a kilómetros de distancia y luego me enfrenté a Simeone, y ese día sentí que me estaba golpeando en todos los sentidos: con su táctica, su intimidación y sus gestos”.
Neville estaba superado por la situación. Vivía los partidos con nerviosismo y hasta recibió gestos que lo desubicaban aún más, por ejemplo, luego de perder con Barcelona 7-0. “Me acuerdo de Luis Enrique, cuando el Barcelona nos ganó 7-0 en la Copa del Rey. Ganaban 5-0 y no sustituyó a Neymar, ni a Lionel Messi, ni a Luis Suárez... Al final del partido pasó junto a mí y no me estrechó la mano, lo que sentí que me estaba enviando un mensaje de que no pertenecía...”, dijo el inglés, que marcó una diferencia positiva cuando le tocó medirse contra el Real Madrid de Rafa Benítez: “Benítez fue bueno conmigo durante mi etapa en el Valencia. Jugamos contra el Real Madrid y él estaba bajo presión en ese momento, pero después del partido se acercó a mí y me estrechó la mano, y en realidad se portó muy bien conmigo”.
Había llegado a un equipo en el puesto 8º con aspiraciones de ingresar a las copas europeas, pero además de las propias dificultades que notó Neville consigo mismo, tuvo complicaciones extras, con diez jugadores lesionados, un plantel muy joven y con desequilibrio de características para los puestos de la defensa y el ataque. Le costó bastante conectar con los jugadores, aunque desde el primer día se puso a estudiar castellano. Las cosas no salieron como pretendía y casi diez años después de aquella experiencia, reconoció lo que padeció desempeñándose en una profesión, que -seguramente- no era la suya.
“Yo no quería ser entrenador en ese momento, había rechazado una oferta del Newcastle, las lecciones de Valencia fueron enormes para mí sobre cómo decir no. En ese momento dije que sí a un par de cosas que se me presentaron, y la de Peter (Liam) en Valencia fue simplemente para hacerle un favor. Es cierto que fallé en el trabajo porque no me esforcé”, se sinceró Neville.
Fue despedido el 30 de marzo de 2016, dejando al equipo eliminado de la Europa League y en el 14º puesto tras 30 jornadas de la Liga de España.