El futuro de DACA aún es incierto una década después de su inicio

WASHINGTON— Bruna Sollod solicitó por primera vez el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) semanas después de su inicio en 2012. Después de ser aceptada, la estudiante universitaria nacida en Brasil pudo evitar la deportación, trabajar legalmente y disfrutar de cierta estabilidad al comenzar su vida adulta.

Diez años más tarde, Sollod sigue beneficiándose de las protecciones que puso en marcha el ex presidente Barack Obama. Solo que ahora lleva más de 20 años viviendo en Estados Unidos, está muy avanzada en su carrera y le preocupa que la separen de su hijo de tres meses si se rescinde el programa.

"Como veinteañera cuando obtuve DACA por primera vez, pensé con seguridad que, para cuando llegara aquí, a esta etapa de la vida, para cuando tuviera una familia [...], sería ciudadana", dijo Sollod, quien trabaja como directora de comunicaciones en United We Dream, un grupo de defensa de jóvenes inmigrantes.

Una década después del inicio del programa DACA, su destino es profundamente incierto después de numerosas impugnaciones judiciales y años de inacción legislativa. Eso también significa incertidumbre para Sollod y otros llamados Soñadores originales, así como para una generación más joven de inmigrantes que no pueden acceder a los beneficios en absoluto.

El pasado mes de julio, el juez de distrito Andrew Hanen, de Texas, bloqueó las nuevas solicitudes del programa, dejando a unos 80,000 jóvenes inmigrantes traídos a Estados Unidos cuando eran niños sin derecho a sus protecciones.

El Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos para el 5º Circuito está programado para escuchar los argumentos orales el próximo mes respecto a ese caso, iniciado en 2018 cuando un grupo de estados liderados por los republicanos desafió el programa por la forma en la que la administración de Obama lo creó.

Y en el Congreso, la incapacidad de los legisladores durante años para encontrar una solución legislativa permanente para los Soñadores parece poco probable que cambie, a medida que se acercan las elecciones de mitad de periodo y aumentan las tensiones relacionadas con la inmigración y la seguridad fronteriza.

Una historia controvertida

El gobierno de Obama inició el programa DACA el 15 de julio de 2012, para proteger a los jóvenes inmigrantes que habían sido traídos a Estados Unidos cuando eran niños sin que lo hubieran elegido. En la década siguiente, más de 800,000 personas obtuvieron los beneficios de DACA.

Pero el programa —creado por el poder ejecutivo, no por el Congreso— siempre ha sido controvertido y precario. En 2017, el ex presidente Donald Trump prometió ponerle fin al programa, calificándolo de enfoque de "amnistía primero" en la política de inmigración e instando a una solución legislativa.

El intento de Trump de ponerle fin al programa forzó un ajuste de cuentas en el Congreso, y los legisladores acabaron buscando un acuerdo que protegiera a los Soñadores a cambio de una mayor seguridad fronteriza. El acuerdo nunca llegó a estar en buenos términos, y las luchas partidistas relacionadas con la inmigración y el muro fronterizo de Trump acabaron provocando un cierre del gobierno.

Luego, en 2020, la Corte Suprema falló en contra de la rescisión de Trump, dejando las protecciones de DACA en su lugar, aunque un memorando posterior del entonces Secretario de Seguridad Nacional en funciones, Chad Wolf, intentó frenar la elegibilidad.

"El presidente en ese momento, él mismo, era ambivalente respecto a si mantener el programa o no", dijo Jeanne Batalova, analista de políticas sénior en el Instituto de Políticas Migratorias (MPI). "Por un lado, diciendo que se trata de buenas personas; por otro, tratando de deshacer el programa, lo que refleja actitudes muy polémicas dentro del Partido Republicano".

Los defensores de los inmigrantes estaban esperanzados después de la toma de posesión en enero de 2021 del presidente Joe Biden, quien había hecho campaña con una política de inmigración humana que prometió que sería diferente a la de Trump, pero sus esfuerzos para deshacer las acciones de inmigración de la era Trump han sido repetidamente obstaculizados en los tribunales.

La decisión judicial de julio de 2021 que bloqueó las nuevas solicitudes fue un revés para muchos inmigrantes, en particular para las personas que no habían podido solicitar DACA bajo el gobierno de Trump. El gobierno de Biden ha prometido una acción regulatoria para fortalecer y preservar DACA, pero una regla final aún está por llegar.

"Uno de los primeros anuncios de política en el comienzo mismo de la presidencia fue una promesa de fortificar DACA", dijo Batalova. "Realmente no ha ocurrido".

Mientras tanto, la presión que hay sobre el Congreso para encontrar una solución legislativa no ha hecho más que aumentar. A finales de 2021, los demócratas intentaron ofrecerle una vía a la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados a través de la reconciliación presupuestaria, pero ese plan se vio obstaculizado por problemas parlamentarios y la oposición de los moderados.

Para los legisladores que aspiran a una nueva política de inmigración —muchos de los cuales ni siquiera estaban en el Congreso cuando inicialmente se creó DACA—, la marca de 10 años es un sobrio recordatorio de que las profundas divisiones relacionadas con la inmigración han obstaculizado la protección de un grupo de inmigrantes con amplio apoyo entre el público estadounidense.

"Es otro recordatorio de que la reforma migratoria está pendiente desde hace mucho tiempo", dijo el senador demócrata de California Alex Padilla, quien lidera el panel de inmigración del Comité Judicial. "Estos inmigrantes se merecen algo mucho mejor".

Pantano legislativo

Con las elecciones de medio término acercándose, la esperanza de una solución legislativa para DACA este año es cada vez más tenue. La Cámara de Representantes aprobó a principios de 2021 una legislación que le permite a los inmigrantes indocumentados traídos a Estados Unidos cuando eran niños solicitar la ciudadanía, pero el proyecto de ley no ha sido considerado en el Senado.

"Hemos tenido algo de drama en los tribunales, pero no hemos tenido suficiente actividad en el Congreso como para darle a los beneficiarios de DACA alguna esperanza de que haya un camino permanente hacia la ciudadanía", dijo el senador Richard J. Durbin, demócrata de Illinois, el jefe de la mayoría demócrata.

Las conversaciones bipartidistas relacionadas con la inmigración están actualmente en marcha —y DACA será parte de esas conversaciones, dijo Durbin—, pero aún no han producido ningún progreso definitivo.

La representante Lucille Roybal-Allard, demócrata de California, quien en 2001 presentó la primera ley para proteger a los inmigrantes indocumentados traídos al país cuando eran niños, es decididamente pesimista respecto a la posibilidad de lograr algo este año.

"Particularmente durante esta pandemia, se ha demostrado que estos jóvenes Soñadores, quienes son nuestros maestros, nuestros trabajadores de la salud, que cuidan de los ancianos, son absolutamente esenciales para proporcionar una calidad de vida en este país", dijo Roybal-Allard.

Acerca de la falta de voluntad de los republicanos para aprobar protecciones para los Soñadores, dijo: "Honestamente no lo entiendo. Y no sé qué hará falta".

Los republicanos tienen poco interés en comprometerse con los demócratas en los proyectos de ley de inmigración, ya que la administración de Biden busca ponerle fin a las restricciones de asilo de la era de la pandemia, un escenario que el gobierno ha advertido que podría llevar los encuentros fronterizos ilegales a 18,000 por día.

Incluso los republicanos, que apoyaron proyectos de ley para proporcionarle alivio a los Soñadores en el pasado, se han deteriorado en esas propuestas, en medio de una migración históricamente alta en la frontera entre Estados Unidos y México.

El senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, quien copatrocinó una legislación con Durbin a principios de 2021 que le proporcionaría una vía para la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados traídos a Estados Unidos cuando eran niños, dijo que los Soñadores eran "víctimas" de divisiones más amplias relacionadas con la inmigración.

"Se trata de una población simpática, pero este completo colapso en la frontera va a hacer muy difícil cualquier acuerdo", dijo Graham. "No se puede hacer nada en cuanto a la legalización, incluyendo DACA, sino hasta que se detenga el flujo de inmigrantes ilegales".

Vivir con la incertidumbre

Mientras el Congreso sigue paralizado ante la política de inmigración, los defensores de los inmigrantes esperan con nerviosismo el resultado del caso DACA en el 5º Circuito. Pero para las personas que alcanzaron la mayoría de edad después de que se bloquearan las nuevas solicitudes del programa, el daño ya está hecho.

Kirlish Orozco, una estudiante de segundo año de universidad en Florida que emigró a Estados Unidos desde Nicaragua cuando tenía dos años, acababa de solicitar DACA cuando se produjo el fallo del juez Hanen.

"Tenía una beca completa para la universidad que eligiera; estaba planeando comprarme un coche; estaba planeando salir del estado... y esas fueron todas las cosas que me quitaron", dijo Orozco. "No pude hacer ninguna de las cosas que había planeado".

Orozco, quien espera convertirse en una abogada de inmigración, no puede solicitar las prácticas que le proporcionarían una valiosa experiencia en su campo previsto. Su condición de indocumentada crea una inestabilidad que otros estudiantes universitarios de su edad no tienen que afrontar.

"Siempre estás pensando dos veces cada acción que haces, porque un error puede poner en peligro todo tu futuro", dijo.

Sollod y otros beneficiarios de DACA que tienen protección y pueden volver a solicitarla tienen más seguridad que Orozco, pero siguen viviendo con el conocimiento de que sus protecciones podrían terminar por las acciones de un futuro presidente o por la decisión de un tribunal.

Y sus vínculos con Estados Unidos se hacen más profundos cada año: el hijo de Sollod es uno de los más de 250,000 ciudadanos con un padre que recibe la protección de DACA.

"Creo que es muy, muy difícil estar alcanzando esta meta, porque es agridulce", dijo Sollod. "Es la mayor historia de éxito que tenemos en materia de inmigración en 40 años, pero también es triste en el sentido de que aún no hay soluciones permanentes".