¿Por qué la Fundación Denaes, vivero de Vox y trampolín de Abascal, oculta sus cuentas?

Iván Espinosa de los Monteros y Santiago Abascal saludan a sus simpatizantes tras el éxito de Vox en las últimas elecciones generales.
Iván Espinosa de los Monteros y Santiago Abascal saludan a sus simpatizantes tras el éxito de Vox en las últimas elecciones generales. (AP Photo/Andrea Comas)

La página de inicio de la web de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) tiene grabado en portada que “la actitud patriótica se funda en la conciencia de pertenecer a una gran Nación, pero el patriotismo no puede ser completo ni sano sin el ánimo crítico para mejorar nuestra propia Nación”. A partir de ahí, apenas incluye nueve artículos en un año -tres de ellos repetidos, por cierto-. En twitter son un poco más activos, aunque la mayoría de sus interacciones son retweets de otros usuarios o simples mensajes de felicitación para momentos señalados como el ‘Día de las Fuerzas Armadas’. Y poco más. En la actualidad apenas hay rastro de su presidente fundador, Santiago Abascal, quien posteriormente cedió el testigo a Ricardo Garrudo Cayón.

Se ve que desde que entró en el Congreso de los Diputados, Abascal ha descuidado el vínculo o no ha tenido mucho tiempo para una fundación que tuteló durante más de una década con un importante éxito de ingresos, que no de actividades. Se calcula que la fundación Denaes-íntimamente ligada a Vox- ha percibido 1,2 millones solo en subvenciones opacas y donaciones.

Decimos bien se calcula, porque el mismo descuido de Abascal con Denaes lo tiene Denaes con el resto de españoles ya que sus cuentas no son claras a ojos del Ministerio de Justicia, bajo el que se circunscribe el Registro de Fundaciones de España. Hay datos entre 2011 y 2014, primer año de Gobierno de Mariano Rajoy, cuando Abascal aún era miembro del PP. Esos años, Moncloa le concedió a Denaes 156.000 euros:

33.680 euros en 2014

37.422 euros en 2013

41.580 euros en 2012

y 43.770 euros en 2011

A los que se sumaron otras ayudas igual de cuantiosas y sufragadas por Esperanza Aguirre desde la Comunidad de Madrid que presidía. Fueron años en los que la fundación de Abascal premió a Carlos Espinosa de los Monteros -padre de Iván, también dirigente nacional de Vox- porque "lejos de representar el modelo de empresario dependiente del sector público y silente, se ha atrevido a señalar en voz alta algunos de los más graves problemas de España". La cuadratura del círculo llegó cuando el diputado, hijo del premiado, fue nombrado vicepresidente de Denaes.

Desde entonces, las cuentas empiezan a no estar claras. Hasta el punto de que el senador de Compromís Carles Mulet, solicitó formalmente una 'auditoría' de la misma tras no ser capaz de hallar los datos públicos. ¿Y por qué no constan esos datos? Pues porque las cuentas de Denaes están paralizadas por presentar, según desvela Eldiario.es, “defectos formales que impiden que sean aprobadas.

El caso es que a Denaes se le acaba el plazo para regularizar sus cuentas y arrojar luz sobre sus ingresos. Porque nadie sabe cómo, ni con qué dinero, ha trabajado Denaes para ser, según sus estatutos, un “punto de encuentro” de los ciudadanos que, “sin perjuicio de sus planteamientos ideológicos y de sus diversas y peculiares pertenencias o identidades regionales”, quieran “reivindicar su condición de españoles”. Puntos de encuentro tan cuestionables como la poco ética movilización que impulsaron el 1 de diciembre 2018 durante la jornada de reflexión por las elecciones autonómicas de Andalucía.

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