"Aún tengo fuerza suficiente", afirma López Obrador

Enrique Gómez

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 24 (EL UNIVERSAL).- El presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a minimizar el que los activistas de Guacamaya hayan hackeado y robado seis terabytes de documentos con información sensible a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

"Hace poco hackearon los archivos de la Sedena y decían que venía un bombazo con toda esa información, y que se iba a caer el gobierno. ¿Qué creen que fue lo más importante de toda esa información, cuál fue el bombazo? Que estaba yo enfermo, pues claro que tengo achaques, ya estoy chocheando, esa fue la gran nota", refirió.

Ayer, durante la inauguración de la ampliación a cuatro carriles de la autopista La Pera-Cuautla, López Obrador dijo que aun con achaques y el coctel de pastillas que debe tomar, tiene fuerza suficiente para hacer giras por el país, como la de este fin de semana por Guerrero, Puebla y Morelos.

"Enfermito, enfermito, pero todavía hay fuerza para seguir luchando", comentó antes de cortar el listón de dicha obra, que aún está inconclusa y tuvo una inversión de 4 mil 396 millones de pesos, admitió el Titular del Ejecutivo federal. "Les acepté a sabiendas [de] que todavía falta, porque si no vengo, no le meten más", afirmó.

"El pueblo tiene otros datos". Por otro lado, este fin de semana no fueron integrantes de la oposición los que le señalaron al presidente López Obrador las inconsistencias o deficiencias de sus programas sociales, sino los mismos afectados de dichas circunstancias.

En su visita a Olinalá, Guerrero, el Presidente se refirió al plan de fortalecimiento al sector salud, que inició una vez que la emergencia sanitaria ocasionada por la pandemia de Covid-19 ha disminuido, y aseveró que el gobierno trabaja para que haya cobertura universal y medicamentos gratuitos para todos.

Ahí, un habitante que asistió a escuchar su discurso gritó: "¡No hay medicamentos!". "Ahora no, pero va a haber, es mi compromiso", respondió el Mandatario.

En Chilapa de Álvarez, López Obrador refería a los congregados para escucharlo sobre los beneficios de los Programas Integrales de Bienestar y la entrega de becas a los estudiantes desde el nivel preescolar hasta la universidad, cuando fue "corregido" por los gritos de algunos inconformes: "¡No hay becas!".

"Les voy a decir cuántas becas se entregan aquí en Chilapa", continuó el Presidente, pero cuando hablaba del número de beneficiados, entre la concurrencia se escuchó un grito que negó la afirmación.

"Pérate, aquí en Chilapa para nivel licenciatura se entregan 2 mil 206 becas de 2 mil 450 pesos mensuales", reviró el Titular del Ejecutivo desde el templete en el que daba su discurso. "No es cierto, porque UPN no recibe", le señaló otra habitante de Chilapa.

En el rubro de apoyo para mantenimiento de las escuelas, afirmó que también se entregan dichos recursos, cuando, nuevamente, otro grito de los asistentes lo negó. "Sí, ¿cómo no? Hay en Chilapa 408 escuelas y todas ya recibieron su presupuesto para el mantenimiento", contestó el Mandatario un poco contrariado.

Jóvenes tampoco se callan. Los estudiantes de Enfermería y Obstetricia de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez (UBBJ) de Tixtla, Guerrero, le solicitaron al presidente López Obrador que les construya una sede en su localidad, ya que llevan tres años sin tener dónde tomar clases y a veces lo hacen en casas o, como actualmente, comparten instalaciones con un bachillerato, pero tienen que adaptarse a los horarios de éste.

Le platicaron que ninguna de las autoridades de la universidad les ha hecho caso a sus reiteradas peticiones e incluso la coordinadora de las UBBJ, Raquel Sosa, en lugar de solucionar el problema, les ha exigido que se callen y "no estén de ociosos", por lo que pidieron su renuncia.

Le explicaron que tampoco tienen un respaldo jurídico porque la SEP no ha certificado a quienes ya terminaron sus estudios y no tienen cédula profesional, señalaron que es preocupante que no hayan realizado prácticas desde que iniciaron la carrera y los funcionarios, entre ellos el director de la universidad en Tixtla, Abel Alonso Hernández, han ignorado sus peticiones.

Una situación similar viven 104 alumnos de la Escuela Media Superior No. 90, en el municipio de Tlatlauquitepec, en Puebla, quienes se acercaron al Presidente para pedirle que les construya salones porque llevan seis años tomando clases en aulas de madera y ya no soportan el frío y la lluvia, comentaron.

No obstante, el Titular del Ejecutivo federal, quien iba en una Suburban que lo trasladaba de Guerrero a Puebla, sólo accedió a tomarse unas fotos, desde la ventanilla del copiloto, con algunos de estos jóvenes.