La fuerza de la mujer cubana, de una celda de castigo al Festival de Cine de Miami

En su apartamento de La Pequeña Habana, con sus ojos claros y llenos de vida, Gloria Argudín no parece que una vez —estando presa en Cuba— sus torturadores la acostaron junto a un cadáver, le hicieron un simulacro de fusilamiento y la amenazaron con lanzarla del techo del sanatorio de Topes de Collantes, que se encuentra a 850 metros por encima del nivel del mar, en la sierra del Escambray.

“Me pusieron en mitad del bosque, me tiraron con balas de salva, frente a un hueco”, cuenta a el Nuevo Herald Argudín, que recuerda el fango en los pies descalzos, que se le quedó por días, por todos los que estuvo sin bañarse, sometida a interrogatorios, o amarrada en una ambulancia que iba pitando sin parar, desde el Escambray a La Habana, como si llevaran a un reo peligroso.

En la lucha de las mujeres cubanas que se opusieron al castrismo, las más rebeldes que vivieron duras experiencias en las tenebrosas cárceles de Cuba en los años 1960 y 1970, como Argudín, se enfoca Plantadas, la nueva película de Lilo Vilaplana. Filmada en Miami, en escenarios como el Hialeah Park y el hotel Biltmore, el filme se estrena el 5 de marzo en el Festival de Cine de Miami con un elenco de actores veteranos del exilio y otros llegados de Cuba recientemente.

La expresa política cubana Gloria Argudín, de 83 años, en su apartamento de Miami. Condenada a 15 años de cárcel a los 21 años de edad, su historia y la de otras mujeres del presidio político inspira la película ‘Plantadas’, de Lilo Vilaplana.
La expresa política cubana Gloria Argudín, de 83 años, en su apartamento de Miami. Condenada a 15 años de cárcel a los 21 años de edad, su historia y la de otras mujeres del presidio político inspira la película ‘Plantadas’, de Lilo Vilaplana.

Vilaplana también dirigió Plantados, que narró la odisea de los presos políticos cubanos. En las cárceles del régimen, los plantados se negaron a entrar en planes de reeducación forzados por el gobierno, y no vistieron el uniforme de presos. Por ello fueron castigados, a veces en celdas tapiadas o en las “gavetas”, un espacio mínimo en el que encerraban a varios presos desnudos, que permanecían parados y se turnaban para que al menos uno pudiera dormir.

“Jamás fui comunista, mis ideas siempre fueron de libertad”, dice Argudín, que tenía 21 años cuando entró en prisión el 19 de septiembre de 1960.

No era hija de una familia pudiente ni le habían confiscado un central azucarero. Era solo una joven que trabajaba en la Universidad de La Habana, y que se sumó a la actividad opositora clandestina contra el castrismo. Cuando la arrestaron iba en un auto para el Escambray, donde combatía la insurgencia que el gobierno calificaba de “bandidos”.

Se suponía que Argudín operaría una planta de trasmisiones en las montañas, cuando a ella y a otros luchadores los detuvieron a la altura de Manicaragua, en la base de la cordillera, quizás por una delación. No tenía armas, solo un cuchillito, cuenta, porque si no, se hubiera “batido”.

El director Lilo Vilaplana en el set del filme ‘Plantadas’, que cuenta la historia de las mujeres más rebeldes y que más duro sufrieron la represión del castrismo, se estrena en el Festival de Cine de Miami.
El director Lilo Vilaplana en el set del filme ‘Plantadas’, que cuenta la historia de las mujeres más rebeldes y que más duro sufrieron la represión del castrismo, se estrena en el Festival de Cine de Miami.

El fiscal del tribunal revolucionario le pidió 30 años, la condenaron a 15 años y cumplió una década en las peores condiciones en la cárcel. El resto lo pasó en prisión domiciliaria, sin poder trabajar por su ficha como prisionera política, un estatus que también se les negaba porque Castro había afirmado ante organismos internacionales que en Cuba “no había presos políticos”.

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“Dios no quiso que yo muriera, porque, ¡me dieron una cantidad de golpes!, sobre todo en la espalda; yo me defendía para que no me dieran en los senos”, rememora Argudín, que una vez estuvo seis meses en las celdas tapiadas, donde no entra la luz del sol ni hay ventilación.

Las presas cubanas ‘van a salir en cuatro patas’

En enero de 1963, Manolo Martínez, el jefe de prisiones de Cuba, dijo una frase que resume el maltrato sostenido al que sometieron a “las plantadas”: “Cuando estas mujeres salgan del engaleramiento van a salir caminando en cuatro patas”. Está recogida en uno de los libros en que se basa Plantadas, Todo lo dieron por Cuba, de la activista y periodista Mignon Medrano. El otro libro que sirvió de referencia al filme es Las garras de los cuervos verdes, de Emelina Núñez, que fue arrestada con 16 años.

Por falta de esfuerzos para destruirlas no fue. A Argudín, como a otras presas políticas cubanas, la internaron en Mazorra, el hospital psiquiátrico de La Habana. Por suerte no le dieron electroshocks, una tortura que han practicado a presos y opositores. Pero sí la pusieron junto a las presas comunes –algunas cumplían condenas por asesinato. Sin embargo, Argudín no tiene quejas de ellas.

Esas mujeres, que habían vivido tragedias inimaginables, aprendieron a respetar a las presas políticas, porque se enfrentaban a los guardias que las maltrataban también a ellas. Argudín cree que tiene “algo de psicóloga, porque si las presas comunes se alteraban, las sedaba”.

La actriz cubana Claudia Tomás interpreta a una de las plantadas en la película que se enfoca en tres presas políticas cubanas, una alzada en el Escambray, una líder estudiantil y una líder sindical, que se opusieron al castrismo.
La actriz cubana Claudia Tomás interpreta a una de las plantadas en la película que se enfoca en tres presas políticas cubanas, una alzada en el Escambray, una líder estudiantil y una líder sindical, que se opusieron al castrismo.

A sus 83 años, Argudín, desafía todos los pronósticos que hizo el jefe de las cárceles en Cuba. Nunca pudo tener hijos, posiblemente como una consecuencia de las golpizas y de una mala cirugía que le hicieron al salir de la cárcel, pero sigue viva y camina con la frente en alto.

“Nunca me he arrepentido. Solo de que me hayan cogido”, apunta.

Su rutina, como la de cualquier adulto mayor, es ofrecer café para que los invitados a su casa se sientan bien. Te viene a recibir a la puerta y te muestra sus objetos queridos. Aun sigue denunciando el maltrato del gobierno cubano, y va con frecuencia a la Casa del Preso, donde se reúne con compañeros y compañeras de lucha.

¿Se considera una persona valiente?

“En la vida uno reacciona en el momento que tiene que reaccionar”, dice. “Si usted no me ofende, soy pacífica. Si es cuestión de política, saben las pulgas que yo calzo. Lo único que no digo malas palabras”. Y esta fue una de las características de su personalidad que le ganó también el respeto de las presas comunes.

Fue la fe de Argudín la que la salvó en los momentos más duros. “En las tapiadas le rezaba a Dios, a la Virgen”, dice. Y quizás su sentido del humor, que hoy le hace recordar la estrategia para ir al baño y no molestar a su compañera de celda en lo que llamaban “el patín”, el hueco en el suelo donde las presas hacían sus necesidades. “Por suerte no era estreñida”, comenta sobre la celeridad con que lo hacía. Y uno agradece ese respiro en una conversación tan fuerte.

Plantadas, la belleza y el valor de la mujer cubana

A diferencia de Plantados (2021), el tráiler de Plantadas no es tan opresivo. Predominan los lugares abiertos que buscan imitar a la capital cubana, y la acción, que se manifestó en la valentía de estas rebeldes —algunas se habían opuesto al régimen de Batista— que libraron una batalla, desconocida para varias generaciones en Cuba.

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La juventud y belleza de las actrices que interpretan a las presas ilumina una historia oscura desde la raíz. Alina Robert, que hasta concursó en Nuestra Belleza Latina; Rachell Vallori, que como modelo participó en un videoclip de Don Omar, Claudia Tomás, que interpretó a Amalia Simoni en El Mayor, de Fernando Pérez, y Yuliet Cruz, con una larga trayectoria actoral en la isla, son las protagonistas.

Rachell Vallori interpreta a una de las presas políticas cubanas en el filme ‘Plantadas’, de Lilo Vilaplana.
Rachell Vallori interpreta a una de las presas políticas cubanas en el filme ‘Plantadas’, de Lilo Vilaplana.

Las generaciones maduras —que interpretan a las madres que sirvieron de apoyo a las presas, que iban hasta Oriente tratando de llevarles una bolsita de comida, para que al final los carceleros se burlaran de ellas y no las dejaran ver a sus hijas— están representadas por actrices muy respetadas como Lili Rentería y Vivian Ruiz, y Juanita Baró, que interpreta a una de las carceleras.

“A las más rebeldes las mandaron para Baracoa, ahí por poco muero. Lo único que daban de comida era un plátano duro. Cogí una avitaminosis”, cuenta Argudín, recordando que la gente del pueblo de Baracoa les dio albergue a las madres, que, efectivamente, no pudieron ver a sus hijas presas.

Vilaplana, que tuvo como compañero en la dirección de Plantadas a su hijo Camilo Vilaplana, indica que las vejaciones y abusos que algunos puedan considerar una exageración en sus películas, ocurrieron de verdad. Así lo atestiguan la veintena de presas que ofrecieron su testimonio para el guion escrito por Ángel Santiesteban y Ninoska Pérez Castellón.

“Si la gente salió el 11 de julio a protestar y los golpearon frente a las cámaras, qué no harán en las cárceles allá dentro, con total impunidad”, ejemplifica Vilaplana sobre la represión desatada por el gobierno cubano el 11 de julio del 2021 contra manifestantes desarmados.

“Son asesinos. La orden de combate está dada”, dice Vilaplana, repitiendo la amenaza del gobernante cubano Miguel Díaz Canel como respuesta a los reclamos de la ciudadanía. “¿Contra quién? Contra el pueblo”.

El gobierno cubano tiene en este momento presos por motivos políticos a 1,077 personas, según la organización Prisoners Defenders. Integran esta lista, entre otras mujeres, las hermanas Angélica y María Cristina Garrido; Lizandra Góngora –madre de cinco hijos– que las carceleras amenazan con no indultarla por su rebeldía, y Donaida Pérez Paseiro, condenada junto con su esposo, el sacerdote yoruba Loreto Hernández García, y recluida en la prisión de mujeres de Guamajal, en Villa Clara.

Vallori dedicó un agradecimiento a las presas políticas que visitaron a los actores en el set y les “dieron tantas fuerzas”.

“Estoy tan feliz de ser parte de una historia que se había quedado en el olvido para muchos, mientras que para otras ha sido la peor pesadilla de su vida”, dijo en su perfil de Instagram, indicando que, “por todo lo que sacrificaron por su país y por lo que aún está pasando en Cuba, es importante seguir contando la verdad”.

El filme “Plantadas” se estrena en el Festival de Cine de Miami, el 5 de marzo a las 9:30 p.m., en el Silverspot Cinema 16, en el 300 SE 3 St #100, en el downtown de Miami. Para entradas, www.miamifilmfestival.com