Ecuador busca sobrevivientes tras sismo que dejó 246 muertos
Por Daniel Tapia PEDERNALES, Ecuador (Reuters) - Equipos de rescate y ciudadanos con sus propias manos buscaban el domingo sobrevivientes entre los escombros después del mayor terremoto en Ecuador en casi cuatro décadas, que dejó al menos 246 muertos y daños considerables en zonas costeras. El sismo de magnitud 7,8 causó temor hasta en los habitantes de la capital andina Quito, pero provocó devastación en pueblos costeros y graves daños en Guayaquil, la mayor ciudad del país. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, anticipó su regreso de un viaje a Italia por la tragedia y escribió por Twitter que la "prioridad inmediata" es el "rescate entre escombros". "Todo se puede reconstruir, pero no se puede reconstruir las vidas perdidas y eso es lo que más nos duele", dijo Correa desde Roma por un canal estatal en la madrugada del domingo. Desde la zona golpeada por el terremoto, el vicepresidente Jorge Glas dijo que había más de 2,500 heridos y pidió calma a la población. "No se metan en los escombros para tratar de salvar pertenencias", pidió. En Pedernales, la ciudad más cercana al epicentro y donde todas las viviendas tenían algún tipo de daño o estaban destruidas, la gente buscaba personas debajo de los escombros o intentaba recuperar objetos, según un testigo de Reuters. "Se veía como se caían las casas, los postes, se fue la luz y todo era devastador. Todas las calles se cuartearon, estaban abiertas las vías, hubo derrumbes", relató Enner Muñoz, un profesor de educación física de 40 años de Pedernales, una zona de construcciones rústicas y pequeños hoteles a la vera del mar. El movimiento, que se desató el sábado en la noche frente a las costas de la nación andina a una profundidad de 19 kilómetros, provocó pánico en otras ciudades costeras y activó por unas horas alertas de tsunami en Perú, Colombia, Costa Rica y Panamá. "Fue algo horrible, parecía que (el edificio) se desmoronaba como un cartón. Yo rezaba y me arrodillé para pedir a Dios nos proteja", dijo Galo Valle, de 56 años, custodio de un edificio en el centro de Guayaquil, la ciudad más grande del país, mientras limpiaba los vidrios y pedazos de mampostería. Muchas casas se derrumbaron en Guayaquil, otras estaban cuarteadas, un puente colapsó aplastando un auto y los escombros obstruían varias calles. La gente pasó la noche fuera de sus hogares, temerosa de las réplicas que, según el Instituto Geofísico de Ecuador, eran más de 160 hasta el domingo. El terremoto fue el más fuerte desde el sismo de magnitud 7,7 que golpeó al país en diciembre de 1979 y causó entonces unos 600 muertos y 20.000 heridos, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés). Glas dijo que las autoridades estaban elaborando listas desaparecidos, mientras llegaba ayuda de países latinoamericanos y de la Unión Europea. México enviará a 25 rescatistas del grupo Topos, un equipo que se formó tras el devastador sismo de 1985 y que suele auxiliar en emergencias a nivel mundial. Los especialistas dijeron a CNN en español que llegarán el lunes y que llevan equipo de demolición para poder entrar en estructuras colapsadas. El Gobierno de Estados Unidos también estaba listo para colaborar con "el pueblo ecuatoriano en este momento difícil", escribió en Twitter el secretario de Estado, John Kerry. El terremoto pone más presión sobre la economía del miembro más pequeño de la OPEP, que ya estaba sufriendo por los menores precios del petróleo y pronosticaba un crecimiento cercano a cero para este año. "DEVASTADOR" El Gobierno dijo que movilizó a 13.500 efectivos de las fuerzas de seguridad para garantizar el orden público y declaró el estado de emergencia en seis provincias de la costa. Correa tiene previsto llegar en la tarde del domingo a la golpeada localidad de Manta, a orillas del Pacífico, donde se derrumbó la torre de control del aeropuerto local. El presidente anunció que se activaron líneas de crédito de contingencia con organismos multilaterales por 600 millones de dólares para atender la emergencia. En algunas partes de la capital Quito, a 170 kilómetros del epicentro, hubo cortes de electricidad y de los servicios telefónicos, pero no hubo reportes de víctimas. El domingo, algunas personas en la capital donaban agua, alimentos y ropa y médicos se registraban para ser enviados a las zonas más golpeadas. La situación era más grave en la costa, donde se habilitaron alojamientos temporales en centros comerciales tras la destrucción de hoteles, casas y carreteras, y donde muchos pasaron las noches en las calles. Mucha gente en Pedernales improvisaba ataúdes y vigilias para velar a sus deudos, otros ayudaban a policías, militares y bomberos y otros se quedaban en la calle sin saber que hacer, dijo un testigo de Reuters. El epicentro del terremoto no estuvo muy lejos de la localidad costera de Esmeraldas, donde está la refinería del mismo nombre, que se mantiene detenida preventivamente. Los poliductos del país operaban con normalidad, según el ministro de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda. (Reporte adicional de Alexandra Valencia y Cristina Muñoz en Quito, de Yury García en Guayaquil, de Guillermo Granja en Manta y de Adriana Barrera en Ciudad de México.; Editado por Javier López de Lérida y Diego Oré)